Manuel Cebrián: «Lo que me ha salvado para aguantar la tensión diaria es incorporar a mi vida el yoga y la meditación»
«Este verano quiero ir a la montaña y poder escalar, hacer un poco el cabra, pegar cuatro gritos por ahí, correr con mi chiquillo, coger la bici de montaña, reírme todo lo que pueda, tomarme alguna cerveza y desconectar»
El director del ICA, Manuel Cebrián, fue padre primerizo con 44 años. Hoy, con 48, piensa en dedicarse en un futuro al cine. Es abogado, ... el cuarto de seis hermanos; la meditación le ha cambiado la vida. Su libro favorito es 'El hombre autorrealizado', de Abraham Maslow, psicólogo estadounidense.
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–¿Qué mezcla genética tiene?
–Mi padre era valenciano, fue de los muchos emigrantes que vinieron a Cartagena con la creación de la refinería y la térmica, ya estaba en Hidroeléctrica, y aquí conoció a mi madre, que era de de Cartagena, y aquí nacimos los seis hermanos. Por cuestiones del trabajo de mi padre y de la familia, hemos vivido en otros sitios fuera de la Región de Murcia. La casa familiar de Ayora, en Valencia, la mantenemos, aunque fallecieron mi padre y mi abuelo. Los hermanos decidimos conservarla como casa de verano.
–¿Cómo se conocen sus padres?
–Mi abuela materna era de Murcia, y se fue a Cartagena a montar una casa de comidas con servicio de hospedaje. Tenía varios huéspedes y, de hecho, mi padre se alojó allí, conoció a mi madre y encontró una medio familia.
–¿Qué le dijo su familia cuando decidió meterse en política?
–Yo soy el cuarto de seis hermanos. Me dijeron: ¡Lo que te faltaba! Entiendo que en el sentido negativo, porque yo he sido siempre una persona muy inquieta. Y entre todas esas inquietudes me faltaba ya cubrir el currículo personal. No creo que la política sea una profesión, pero sí me apetecía conocer la gestión y la administración pública desde otro punto.
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–Lleva dos años y medio al frente del ICA. ¿Le parece mucho?
–En realidad, desde febrero de 2022. ¡Parece que han pasado 20 años! Antes de trabajar en el ICA estaba en una fundación para la innovación e investigación innovativa y cultural. Fue una apuesta personal, ya llevaba tiempo pensando en hacer cosas en la línea de mi vocación. Quería dedicarme a lo que siento que me gusta de verdad. Irrumpió el covid, y al poco de empezar de nuevo la actividad me llamaron para ponerme al frente del ICA. Si soy sincero, cuando llegué aquí nunca pensé lo que iba a durar, porque estos son puestos de servicio público, y con vocación de servicio público, si no no aguanta nadie. Porque hay un desgaste diario, hay estrés y poco tiempo libre, y tienes que saber desde el principio a dónde quieres llegar. Hasta que tenga fuerza, ilusión y ganas, me gustaría seguir.
–Al borde de los 50. ¿Qué balance hace de su experiencia vital?
–Soy una persona atípica porque en todo momento he hecho lo que sentía que tenía que hacer. En cada momento de la vida he tenido la necesidad de emprender mis propios proyectos, he sabido lo que suponía apostar y arriesgarse, y cuando acaba una etapa siempre piensas qué hacer después. Yo soy abogado de base, licenciado en Derecho, y he dedicado la mayor parte de mi vida a la gestión de proyectos creativos. Incluso sin haber terminado la carrera ya estaba trabajando y desarrollando. Siempre he tenido inquietudes y eso me ha llevado a pulsar la vida.
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–Una máxima.
–La parte educativa y social, por mi carácter más humanista. No he ido nunca al tuntún, me ha gustado vivir experiencias, y cuando he tenido la certeza de que he aprendido lo que había que aprender, borrón y cuenta nueva, y a empezar otra cosa.
–¿Le ha sorprendido descubrir a tanta gente talentosa en la Región de Murcia?
–Ya partía de que conocía bastante bien a mucha gente de la Región de Murcia que forma parte de las industrias culturales, y de empresas productoras, artistas, diseñadores... todo esto es muy amplio. He conocido a mucha gente, claro. Me ha sorprendido y he tenido la suerte de empujar muchas cosas. De los últimos cinco años para acá hay una tendencia, un resurgimiento en todos los sectores, y tenemos la certeza de que hay tejido industrial porque al final el ICA son industrias culturales, cuantificadas económicamente, que mueven dinero y puestos de trabajo. El sector audiovisual, por ejemplo, no tenía estrategia, y se ha desarrollado y se ha creado en dos años la Film Commission, y tendrá que seguir, y vamos a ver los resultados que da. Dentro de unos años seguirán diciendo qué está pasando en la Región de Murcia porque seguimos produciendo artistas y nos queda esa parte de que tengan capacidad para poder hacer de su vocación un medio de vida.
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«Este verano quiero ir a la montaña y poder escalar, hacer un poco el cabra, pegar cuatro gritos por ahí, correr con mi chiquillo, coger la bici de montaña, reírme todo lo que pueda, tomarme alguna cerveza y desconectar. Tampoco tenemos tantas vacaciones, no llegan a 14 o 15 días. Vacaciones muy normales, pero se necesita desconectar»
–¿Qué deportes practica?
–Siempre me ha encantado el deporte: bicicleta, correr, nadar, deporte de montaña... y ahora estoy yendo al gimnasio Enjoy! cuando termino aquí sobre las cuatro de la tarde. Me escapo una hora y media, y aprovecho para nadar y para hacer algo de mantenimiento. Lo que me ha salvado de poder aguantar la tensión diaria es que hace 20 años tuve la suerte de incorporar a mi vida el yoga y la meditación; esto me ha quitado muchísimos problemas.
–¿Hasta qué punto?
–Practico el yoga y la meditación casi a diario, y no tengo que estar en un sitio tranquilo o en la playa. No es lo que imaginamos en televisión de alguien haciendo la posición de los mudras, sino realmente en cualquier momento, incluso aquí trabajando, cierras los ojos cinco minutos y ordenas la mente para continuar.
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En tragos cortos
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Un sitio para tapear Mares Bravas, en Cala Cortina (Cartagena). Solía ir con mi padre.
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Una canción 'El mar no cesa', de Héroes del Silencio ('El espíritu del vino', 1993).
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Un libro para el verano 'El hombre autorrealizado. Hacia una psicología del Ser', de Abraham H. Maslow.
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Un aroma que recuerde El olor a jazmín.
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¿Con quién no cenaría jamás? No siento animadversión por nadie.
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¿Quién dejó de caerle mal? No lo puedo decir...
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¿Le gustaría ser invisible? Más que invisible, la capacidad de detener el tiempo para reírme de mí mismo y de algunas situaciones.
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¿Qué le gustaría ser de mayor? En lo profesional, me encantaría encarar mi vida hacia el cine y la escritura. Ya publiqué un libro, y quiero poner de manifiesto ideas importantes sobre la vida en un ensayo.
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¿Tiene enemigos? La envidia es inherente al ser.
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¿Qué es lo que más detesta? La falsedad.
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Un baño ideal El Portús y Calblanque.
–¿Qué piensa cuando deja la mente sin trabajar? ¿Llega a ver elefantes blancos en la playa?
–No piensas en nada, solo consigues, como consecuencia del ejercicio continuado de los años, que cuando cierras los ojos la mente se quede en blanco y de alguna forma todo el batiburrillo interno desaparece. Parece que has dormido siete horas seguidas.
–¿Qué sorprendería a la ciudadanía conocer de lo que sucede de puertas para adentro en los despachos? ¿Sería bueno generalizar la práctica del pensamiento divergente llegado el caso?
–La meditación ayudaría mucho. El sosiego y el equilibrio también. Te voy a decir una cosa: la visión que tiene un ciudadano antes de entrar aquí, reconozcamos que no es muy positiva hacia la política, hacia el político, hacia la persona. Pero cuando estás aquí, entiendes muchas cosas. Porque por muchas ganas e ilusión que tengas dependes de factores externos: presupuestos, la operativa de funcionamiento interno, los procesos administrativos, los tiempos, las estructuras... y muchas veces también nos sentimos frustrados porque queremos hacer más cosas. Esto es algo que hemos comentado muchas veces entre compañeros. Hasta que no estás aquí no empatizas con eso. Pero yo he encontrado una preocupación por hacer muchas cosas y por resolver, y para ello hay que tener la capacidad de poder comunicar correctamente y luego también de explicar las cosas.
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–Debe gustarle caminar cómodo, solemos verle en zapatillas deportivas y con americanas...
–Hombre, me gusta la comodidad. Hay un estereotipo en la política, ese del traje a medida, ajustado y con corbata, pero es que somos seres humanos, y esto ya me ha pillado con muchas cosas resueltas a nivel personal. Y, claro, yo ya dentro de la comodidad intento vestir como me gusta, no quiero cambiar al Manuel que era por otra persona que no soy.
Padre en la cuarentena
–Es padre desde hace tres años.
–Sí, crianza a lo bestia, lo tuve con 44 y está a punto de cumplir los 4 años, porque nació en 2020. Te voy a decir una cosa respecto a los hijos, que no todo el mundo quizás comparta. Yo ya había cubierto varias etapas de mi vida, y sabía lo que quería, y creo que estaba en disposición de darle a mi hijo una referencia. No era un padre que estaba pensando en ver qué hacía. A esa edad ya tienes claro lo que quieres, has viajado... Yo quería ser padre, y me he dedicado a hacer proyectos educativos y he sido profesor y he formado a cerca de 9.000 o 10.000 docentes en toda España, en la mayoría de comunidades. Formando precisamente en el desarrollo de hábitos, desde los centros de formación o de innovación del profesorado o, a veces, directamente en los colegios. Ser padre, sin duda, es la experiencia más dura que hay, porque ahí ya no tienes el libro ni el manual, tienes que mostrar caminos, pero no condicionarles en exceso.
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–¿Y cómo se le da ese papel?
–Yo creo que bien, siempre he disfrutado en compañía de la gente joven. Al final, tanto en la infancia como en la adolescencia está la esencia pura de cada ser humano. Trabajar con personas que te regalan cada día esa energía y ese entusiasmo, no tiene precio.
–¿Cómo imagina el futuro de estas nuevas generaciones?
–Lo he pensado varias veces. Tenemos la suerte de que vivimos en el oasis democrático más grande del mundo, que es Europa. Y digo oasis porque tenemos el mayor reconocimiento de derechos y libertades que existe en el globo. Es fácil responder a esta pregunta viviendo en España, en Europa. Mi padre, la última nómina que cobró, le permitía mantener a seis hijos. Tú ahora no podrías hacerlo. Yo no he cobrado todavía en mi vida profesional las nóminas que cobraba mi padre, y mi padre era un trabajador cualificado medio. Ves el mundo, y es cierto que seguimos viviendo en un lugar donde podemos hablar y expresarnos, hacer una carrera, cambiar de país y tener movilidad para trabajar... Pero sí me preocupa que por primera vez en la historia de la humanidad sean las empresas las que gobiernen el mundo. Eso nunca se había dado, y ahí ya entran otros aspectos. Esas empresas van a determinar qué cosas debemos comer y cómo tenemos que pensar. Es un momento en que no nos hemos dado cuenta de que no son los gobiernos los que gobiernan sino estas grandes corporaciones.
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–Podemos pensar que hay políticos que acaban acostumbrándose a los agasajos y que creen que la gente les quiere. Pero, ¿qué es para usted un gran lujo?
–Sentirme bien conmigo mismo. Acostarme y pensar en la gente que quiero. El mayor regalo que cada uno tiene es sentirse en paz. Sé que el momento en que salga de aquí, el 99,9% de esas personas que se acercan a mí no me van a saludar por la calle. En ningún momento se me ha subido la tontería que se le sube a la gente. Nosotros no tenemos coche oficial, eso son solo los consejeros y el presidente, y por cuestiones obvias, porque si nosotros tenemos dos o tres cosas al día, ellos tienen diez. Es más una necesidad para desempeñar el puesto.
–¿Para qué aprovecha el verano?
–Este verano quiero ir a la montaña y poder escalar, hacer un poco el cabra, pegar cuatro gritos por ahí, correr con mi chiquillo, coger la bici de montaña, reírme todo lo que pueda, tomarme alguna cerveza y desconectar. Tampoco tenemos tantas vacaciones, no llegan a 14 o 15 días. Vacaciones muy normales, pero se necesita mucho desconectar. Es importante para mí crecer, el sentido humanista de la vida, y no hacer a nadie lo que no quieras que te hagan a ti. Así, sencillamente.
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–¿Qué le haría más ilusión?
–¡Dirigir una película! En varios momentos he hecho intentonas. Aunque mi profesión frustrada en un momento fue la arqueología. Es más, en cada viaje he buscado sitios con una riqueza histórica y cultural.
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