César Verdú Zapata: «Hay que ser valiente para ser uno mismo»
«Estábamos cerca de cumplir los cuarenta y León Benavente nos cambió la vida»
No es muy hablador César Verdú Zapata, que sí se prodiga en sonrisas. «Nací el 28 de enero de 1974 en Murcia», cuenta el batería ... de la banda León Benavente, con la que ahora está en plena gira veraniega y de la que aprovecha los parones para retirarse al norte en busca de un poco de fresco.
El segundo hijo de los cuatro que tuvieron María Dolores y José, «tengo dos hermanos (José Alberto y Alejandro) y una hermana (Marieta)», es también ingeniero de sonido y como tal ha sido el responsable de dar al público, a los mandos de las mesas de sonido, lo mejor de los artistas que han pasado por festivales como el Cante de las Minas de La Unión, La Mar de Músicas de Cartagena, o los festivales de jazz de Murcia y San Javier, y también por el Auditorio Regional Víctor Villegas. «Desde que tengo uso de razón la música y el sonido siempre me han atraído mucho».
-¿Cuál fue su primer contacto con la música?
-Tengo el recuerdo, siendo muy pequeño, de estar en las rodillas de mi abuelo Emilio mientras tocaba su viejo piano de pared festejando cualquier día que lo mereciese. Imagino que ese fue el primer contacto directo con la música. Me quedaba embelesado viéndolo tocar y escuchando ese instrumento.
-¿Qué le encantaba?
-De adolescente, ir a las tiendas de música a buscar discos y luego tirarme las tardes enteras escuchando vinilos con los amigos. En ese tiempo surgió la idea de formar nuestro propio grupo e imitar todo aquello que escuchábamos.
-¿Por qué la batería?
-Simplemente, a la hora de elegir un instrumento, me decanté por la batería. Fue a los dieciséis años cuando empecé a tocarla con pequeños grupos de amigos, más tarde formaría parte de bandas como The Braslips o Schwarz, las cuales han sido unas de mis mayores influencias como músico.
-¿Qué le interesaba?
-Más adelante, me interesó el sonido y empece a estudiar la carrera. Eso me llevó a compaginar los estudios con el trabajo en una empresa de sonido llamada Cross Sonido Directo, allá por 1992, de la que el dueño era Javier Toral, al que considero mi maestro.
-¿Qué fue una suerte?
-Que gracias a Javier Toral acabé de ingeniero de sonido de directo en muchas giras (Nacho Vegas, Los Planetas, Manta Ray, Elbicho, Enrique Morente, La Buena Vida, Nada Surf, Josh Rose, Second...) y también de muchos festivales (el Cante de las Minas, La Mar de Músicas, el Festival de Jazz de Murcia o el de San Javier...). También me encargué del sonido en salas de conciertos de Murcia, como 12&Medio o El Garaje de la Tía María. También acabé, montando el Colectivo Moog, como agitador cultural allá por el 2002.
-¿Cómo eran los veranos de la infancia?
-Eran en familia. Los pasábamos en una pequeña urbanización pegada al mar llamada Punta Prima. Solo tenía cuatro calles y una pequeña playa, pero teníamos la suerte de que estaba rodeada de maravillosas calas. En ese lugar forjé grandes amistades de verano, algunas las mantengo a día de hoy. Nos tirábamos todo el día en la playa y nos encantaba ir en bicicleta a todas partes. Recuerdo escuchar por primera vez a KK de Luxe o los Pixies en alguna fiesta veraniega.
-¿Y luego?
-Cuando empecé a trabajar como ingeniero de sonido, mis veranos se convirtieron en una gira tras otra, y ahí cambió la cosa.
-¿Qué cambió su vida?
-En 2012, después de una gira con Nacho Vegas, Abraham Boba, Luis Rodríguez, Edu Baos y yo decidimos formar una banda, se llamaría León Benavente por el tramo de carretera por el cual habíamos pasado tantas veces después de tantos conciertos. Estábamos cerca de cumplir los cuarenta y ese movimiento nos cambió la vida a los cuatro.
-¿Cómo se presenta el verano?
-Estoy inmerso en la gira de verano con León Benavente y pendiente de disfrutar los días que me quedan libres para viajar por el norte. En septiembre empezamos con la preproducción del próximo disco.
-¿Qué es lo mejor de ser el batería de una banda de éxito?
-Ser batería de una banda como León Benavente es un privilegio. Crear música, hacer feliz a los demás con tus conciertos, viajar, conocer gente, hacer lo que más te gusta... No me imagino un oficio mejor que el que tengo.
-¿Y lo peor?
-El tiempo que te pasas fuera de casa, alejado de los tuyos.
-En diciembre se cumplen 10 años del primer trabajo de León Benavente. Eche la vista atrás, ¿cómo fueron los comienzos?
-Fueron muy divertidos y emocionantes. Teníamos un puñado de canciones y muchas ganas de salir a tocarlas en directo. Grabamos el disco en cuatro días gracias a una beca en los Estudios Red Bull en Matadero (Madrid), ya que no andábamos muy bien económicamente.
-¿Qué no imaginó?
-Jamás pensamos que todo fuese a ir tan rápido. Recuerdo que el primer concierto que dimos fue en la sala 12&Medio de Murcia para ochenta personas. Y ahora volveremos, el próximo 24 de noviembre en la sala Mamba!, para celebrar el décimo aniversario del primer disco con los murcianos.
-¿Qué ha sido lo mejor de esta última década?
-Poder haber disfrutado y vivido de lo que más me gusta.
Su 'playlist' para...
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Hacer deporte 'A New Error', de Moderat.
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Relajarte '20210310', de Ryuichi Sakamoto.
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Conducir o viajar 'Al lado del camino', de Fito Páez.
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Ir a dormir 'Sleep', de Max Richter.
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Activarte 'Do you realize??', de Flaming Lips.
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Para estar con amigos 'Amigos', de Fermi.
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Para hacer el amor '4 33', de John Cage.
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Para bailar sin control 'Fuego', de Bomba Estéreo.
-¿Cómo le ha cambiado la vida León Benavente?
-Pues lo más notable fue que tuve que dejar mi profesión de ingeniero de sonido para dedicarme de lleno a la música desde otro ángulo.
-Todos los componentes de León Benavente veníais de otras bandas, ¿cuál es el pegamento que os unió / os une?
-Los cuatro nos conocimos girando con Nacho Vegas, venía existiendo una gran amistad de años y ganas de hacer música los cuatro juntos. La sorpresa fue la energía que se generó ese primer día que quedamos para ensayar. Cada uno trajo sus influencias y lo mejor que sabía hacer, todo eso lo metimos en la batidora y es lo que dio forma a las canciones de ese primer disco.
-¿Prefiere conciertos en salas de pequeño formato o macrofestivales?
-Soy más de sala, como oyente y como músico.
-¿Qué le provoca subir al escenario?
-Entre vértigo y emoción.
-¿Cuál es el momento más emocionante que ha vivido sobre él?
-El más emocionante, hasta el momento, fue tocar con León Benavente y la Banda Sinfónica en el Teatro Real de Madrid.
-¿Y el más surrealista?
-La primera gira que hicimos Schwarz por Rusia.
-¿Siente nervios antes de empezar un concierto?
-Es inevitable tener algo de nervios antes de salir a un escenario. Los combato caminando por el camerino y charlando con mis compañeros.
-Está claro que la faceta de músico va viento en popa, ¿cómo va la de productor?
-Aprovecho los momentos que me deja León Benavente para hacer trabajos de estudio. El último disco que he producido ha sido 'Arrecife', de Fino Oyonarte. Salió hace unos meses. Una maravilla.
-¿Cuál ha sido su último descubrimiento musical?
-Peces Raros.
-¿Con qué artista le gustaría hacer una colaboración?
-Martí Perarnau IV.
-Un gallego, un aragonés, un asturiano y un murciano... Cuénteme un chiste que hayan protagonizado.
-Hacer un grupo con nombre de carretera. El final del chiste está por llegar.
-¿Con qué se parte de risa?
-Con cualquier historia que me cuente mi amigo Chema.
-¿Cuál sería su verano ideal?
-Cerca del mar.
En tragos cortos
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Un sitio para tomar una cerveza Ya Te Vale Bar, en La Manga.
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Una canción 'Simulacro', de Rafael Berrio.
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Un libro para el verano 'Los Asquerosos', de Santiago Lorenzo.
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¿Qué consejo daría? No suelo dar consejos a no ser que me lo pidan, y según en qué temas.
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¿Cuál es su copa preferida? Martinez.
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¿Les gustaría ser invisible? Me encantaría.
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Un héroe o heroína de ficción Ellen Ripley.
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Un epitafio Al mal tiempo, buena cara.
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¿Qué le gustaría ser de mayor? Menor.
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¿Tiene enemigos? Los justos.
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¿Qué es lo que más detesta? La mala educación.
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Un baño ideal En Calblanque.
-Un verano que no olvida.
-El primer verano que pasé en el Náutico de San Vicente do Mar.
-¿Para qué aprovecha en su tiempo libre?
-Descansar, cocinar, leer, oír música, pasear y estar con los que quiero.
-¿Qué no le puede faltar?
-Unos auriculares.
-¿Para qué hay que ser valiente?
-Para ser uno mismo.
-¿Dónde encuentra o busca la paz?
-En casa.
-¿Con qué se vuelve loco?
-Tocando la batería
-¿Qué es mano de santo?
-La familia y las amistades.
-¿Qué es lo bueno de envejecer? ¿Y lo malo?
-Imagino que lo bueno es la experiencia que uno adquiere; y lo malo es el envejecer en sí mismo.
-¿Qué estilo de música es su preferido?
-Escucho de todo y música muy diferente.
-¿Y el grupo de su vida?
-León Benavente
-¿Qué canción no se cansa de escuchar?
-'Vivo', de Andrea Laszlo de Simeone.
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