Flavio: «La calma es importante para superar los problemas»

–¿Para qué cree que es el momento?

–Para aprovechar el 'boom' del programa, sacar mis propios temas y empezar mi carrera musical de verdad.

–¿Alguna vez imaginó quedar tan cerca de la final?

–Tanto como llegar hasta ahí no, pero sí deseé estar en el programa el mayor tiempo posible, y estoy súper agradecido y contento con el apoyo que he recibido de la gente, por haberme permitido conseguirlo. He aprendido cosas que, de no haber estado allí, habría tardado años en comprender.

–¿A nivel personal, qué le ha supuesto la experiencia?

–Entré siendo una persona más cerrada, y salí siendo todo lo contrario, entre comillas.

–¿Más extrovertido?

–Sí, aunque sigo en mi mundo y en mis pensamientos. Estoy contento por cómo era y por cómo sigo siendo ahora.

–¿Tiene muchas metas?

–Intento marcarme pequeños objetivos y a medida que los voy cumpliendo, avanzo. Ahora lo que quiero es empezar, que la gente me vaya conociendo y seguir hacia adelante.

–¿Qué le motivó para comenzar a cantar?

–De pequeños, mi hermana y yo íbamos a un coro. Ella después empezó en el conservatorio y yo seguí sus pasos. Yo tocaba el piano, pero en casa también había una guitarra porque mi madre la había tocado de joven. Me puse con ella a ver qué pasaba y me gustó. Me fui acompañando con la voz y lo subí a internet. Por supuesto, a mí me gustaba un montón lo que estaba haciendo, pero vi que a la gente también, y me motivé. Después, me cogieron para el OT Fest [cita con la que arrancaron los casting del concurso el pasado verano] y me lo tomé más en serio.

–¿Cree que ha encontrado su verdadera vocación?

–... Sí.

–Lo piensa demasiado.

–Sí, porque tenía muy presente que mi carrera iba a ser el piano y que me iba a dedicar a él, pero surgió esto. Con el piano quiero seguir, pero pausadamente.

–¿Para qué ha sido valiente?

–Me presenté al casting sin saber muy bien qué iba a pasar. Después, conforme iba avanzando, me dije: '¡Ostras! Esto parece que es de verdad'.

–¿Qué le da miedo?

–Siempre me ha gustado tener las cosas muy planificadas y ordenadas, y me ha dado miedo el futuro: no saber dónde iba a estar, qué iba a estar haciendo, cómo iba a ser mi vida o si iba a estar a gusto o no...

–Ahora le ha cambiado todo.

–Sí, pero estoy teniendo la suerte de poder dedicarme a algo que me gusta un montón y voy a apostar por ello.

–¿Qué consejo ha intentado seguir?

–Hay que creer de verdad para que las cosas pasen. Y si no ocurren como tú tenías previsto, no pasa nada, la vida sigue.

–¿Quién o quiénes le dieron ese consejo?

–En la Academia, Samantha [también concursante del programa de TVE] lo tenía muy presente, y a todos nos hizo interiorizarlo bastante.

–¿Ha tenido que romper muchas barreras personales?

–Cada persona es un mundo, y tiene sus problemas, que va superando como puede.

–¿Qué obstáculos le han hecho crecer?

–De joven tenía siempre en la cabeza que tenía que soltarme, abrirme con la gente y expresarme, pero a medida que ha ido pasando el tiempo me he hecho a la idea de que me da igual lo que piensen los demás, yo soy así y voy a seguir siéndolo.

–¿A qué le ha ayudado la timidez?

–Más que timidez, yo diría introversión, y me ha servido para pensar las cosas dos veces. Para mantenerme alerta y analizar una situación de forma que salga lo mejor posible.

–¿Estar confinado le hizo reflexionar?

–Sí, claro. A todos nos hizo hablar con nosotros mismos y estar en nuestros mundos día sí y día también. He pensando bastante en ello.

–En su caso, el estado de alarma le sorprendió a mitad de concurso y tuvo que volver a casa. ¿Fue raro?

–Un poco. No sabíamos nada del exterior y cuando nos dijeron que teníamos que irnos porque había una pandemia mundial nos quedamos todos como si nos estuvieran tomando el pelo. Fue una sensación desagradable. No sabíamos qué iba a pasar, si el programa iba a seguir o no, y si volvíamos, cuánto tiempo iba a pasar...

–¿Le asusta este virus?

–Creo que se nos ha olvidado lo que pasó, todos los fallecidos, y no me gusta. Estamos volviendo a ver ciudades y pueblos confinados y no es agradable.

–¿Para qué es importante la calma?

–Para superar los problemas de la mejor manera posible.

–¿A usted qué le aporta paz?

–Escuchar música, tocar la guitarra y estar con mis amigos.

–¿Se ha enamorado en muchas ocasiones?

–[Ríe] Sí, unas cuantas.

–¿Y cree en el amor?

–Por supuesto.

–¿Para usted, qué es?

–Una persona que esté a tu lado, ya sea pareja, una amistad o familia, que te llene, que te alegre el día y te ayude en todo lo que esté en su mano.

–¿Qué le ha sacado una sonrisa en las últimas semanas?

–Volver a casa con mi familia.

–¿Qué abrazos echaba más de menos?

–Los de mi abuela, y, en general, los de toda mi familia.

–¿Llorar es sano?

–Sí, claro. Llorar es lo más sano que existe, sobre todo para descargar. Cuando terminas, te sientes súper bien.

–¿Usted lo hace a menudo?

–Si la situación lo requiere, sí. No soy de esas personas a las que les preocupa que les vean llorar; a mí no me importa.

–¿Se considera una persona madura para su edad?

–Sí, y además mi hermana también me lo dice. Y si lo dice ella, va a misa.

–¿Cómo es su relación?

–Muy buena. Yo la quiero mucho y ella está súper a tope conmigo y muy apegada a todos los trabajos que estoy realizando. Nos llevamos muy bien.

–¿Su familia es su punto de apoyo?

–Siempre lo ha sido.

–¿Ahora le piden más que cante?

–Sobre todo mi padre. En las reuniones familiares, me dice: 'Flavio, tráete la guitarra y cántate algo'. A mí me gusta porque también me sirve para ganar confianza y soltarme más.

–¿Qué es un vicio?

–En verano, la sandía.

–¿Recuerda sus vacaciones de niño?

–Sí, veraneábamos en el Mar Menor. Mis padres nos apuntaban a mi hermana y a mí a cursillos de natación, y pasábamos el resto del día jugando con la gente de la calle y en la playa. Ahora, por desgracia, las playas del Mar Menor han sufrido bastante y no ha habido mucho empeño en querer arreglarlas... Espero que se pongan manos a la obra y todos juntos consigamos reavivarlas.

–¿Cuál es la banda sonora del momento que vive ahora?

–'You and I', de Jacob Collier. Es una canción de amor, pero más que por el tema, la elijo por la armonía. Ese hombre me encanta.