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Sol Ferrándiz, junto a uno de sus diseños, frente a la isla del Fraile, en Águilas. Sonia M. Lario / AGM

«Quiero vivir de lo que sale de mi cabeza»

Sol Ferrándiz. Diseñadora

Viernes, 11 de agosto 2017, 08:50

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Estaba diciendo 'no' a demasiadas propuestas, pequeñas oportunidades que, dice Sol Ferrándiz (Lorca, 1994), «quizá, cuando fuera a buscarlas el día de mañana, ya no estuvieran ahí». Tiene 22 años -aún no ha cumplido los 23-, y atesora un cajón de sueños que ya ha empezado a cumplir. El pasado septiembre desfiló en la pasarela Samsung Ego de Madrid Fashion Week y hace solo un par de meses ganó la primera edición del premio Elle Fashion Now de talentos emergentes. Ahora se ha lanzado a crear su propia marca.

-¿Qué planes tiene?

-Había pensado en sacar una colección de baño para este verano, pero ya no llego y la he dejado para el año que viene. No quiero hacer las cosas a prisa y corriendo, quiero hacer un producto bueno, que esté bien elaborado, con mimo y con cariño.

-¿Qué le atrae de la moda?

-De pequeña, cuando iba a comprar ropa, me imaginaba lo que quería antes de ir a la tienda. Y, claro, era un desastre, porque nunca encontraba nada de lo que quería. A mí me encanta la moda, pero sobre todo me gusta crear. Por ejemplo, llevo dos semanas pensando en que quiero hacer una silla...

-¿Y en qué más?

-En ponerme con la cerámica otra vez. En la carrera hice una vajilla. Con la cerámica me pasa lo mismo que con el bordado, que me relaja. Mi cabeza no desconecta nunca: estoy todo el rato pensando qué hacer, pero cuando bordo, logro dejar la mente en blanco, y me viene muy bien.

-¿En su familia hay artesanos?

-No, aunque mi abuelo Juan siempre ha sido una persona súper creativa, y creo que me viene de ahí. De pequeña me ha gustado mucho jugar con el barro y hacer figuritas.

-¿Por qué viajó a sus raíces? [Su primera colección, 'Lines, en Cibeles el pasado septiembre, está inspirada en sus orígenes]

-Soy una persona súper familiar y y muy de mi tierra. Haber podido estudiar moda ha sido un sueño para mí. Cuando lo contaba en el colegio me tomaban por loca, me decían: 'Estudia primero'. Y, de hecho, me planteé hacer Derecho o Magisterio, pero opté por la moda.

-¿Qué encontró en esa travesía?

-Pensaba que para mi primera colección me había inspirado en mis raíces porque esa era una forma de decir: 'Hola, aquí estoy y este es el lugar de donde vengo', pero me he dado cuenta de que mis raíces van a estar siempre en mi trabajo. Para mí la familia es muy importante. Llevo tatuadas cuatro rayitas en la muñeca por mis cuatro abuelos.

«Me encantaría volver a Cibeles. Tengo muchas ganas»

-Ellos, ¿qué le dicen?

-Son muy mayores, pero se les cae la baba [sonríe].

-Ha vivido cuatro años en Madrid, uno en Barcelona y ahora ha vuelto a instalarse en Lorca.

-Aquí voy a preparar mi marca. Es donde mejor estoy porque aquí es donde también están los artesanos con los que colaboro, y además, me encanta pensar que voy a poder estar cerca de mis abuelos, que me apetece un montón.

-¿Qué recuerdo guarda de Cibeles?

-Uno increíble. Me encantaría volver, y tengo muchas ganas de presentarme de nuevo y poder desfilar. El día de antes del desfile fue súper bueno, vino a ayudarme un tutor al que le tengo mucho cariño y también mis amigos. Es una experiencia muy buena para crecer, aunque después piensas mucho en las cosas que te hubiera gustado hacer y no hiciste.

En la pasarela

-¿Alguna vez se había imaginado sobre esa pasarela?

-No, me presenté porque me animaron; sabía de mucha gente que se había esforzado mucho en hacer dosieres y no la habían cogido. En el desfile me quedé con ganas de trabajar un poco más la escenografía. Si hago una próxima me dejaría ayudar más, soy un poco cabezona para eso a veces. Me esforcé muchísimo en las prendas, pero la puesta en escena también es una parte importante.

  • 1 -¿Un sitio para tomar una cerveza? -Casa Labra, en Madrid.

  • 2 -¿Un concierto inolvidable? -Leiva, en Lorca.

  • 3 -Un libro para el verano 'La luz de Candela', de Mónica Carrillo.

  • 4 -¿Qué consejo daría? -Compárate contigo mismo.

  • 5 -¿Cuál es su copa preferida? -Gin-tónic.

  • 6 -¿Le gustaría ser invisible? No.

  • 7 -¿Un héroe o heroína de ficción? -Peter Pan.

  • 8 -Un epitafio -'Es más importante lo especial que lo mejor'.

  • 9 -¿Qué le gustaría ser de mayor? -Creadora.

  • 10 -¿Tiene enemigos? -No.

  • 11 -¿Lo que más detesta? -La falta de humildad.

  • 12 -¿Un baño ideal? -En Cala Pregonda, en Menorca.

-Y después de desfilar, ¿qué?

-Pues como que no me lo creía. Lo decía, además, con la boca pequeña. Soy muy autoexigente, me meto mucha presión porque quiero hacer bien mi trabajo. Siento que esperan mucho de mí, y la inexperiencia asusta un poco.

-¿Ha ganado confianza?

-Sí. Sobre todo siento que hay mucha gente que me apoya, que me sigue, que le gusta lo que hago, y eso te da seguridad.

-¿Dónde aprendió a bordar?

-Para preparar la prueba de acceso a la universidad, la tarde de antes me fui con mi madre a comprar hilos y bordé en el papel. A mí me gusta coger la aguja y probar. Luego, en tercero de carrera, me fui a Lyon a hacer un curso, y en Lorca aprendí con una bordadora. Ahora que estoy aquí quiero que me enseñe más.

-¿Qué ha sido una suerte en su vida?

-Soy una persona que tiene mucha suerte en general. Tengo mucha suerte con mi familia, con el lugar en el que he estudiado, con los profesores que he tenido... Me siento una persona muy afortunada.

-¿A qué aspira?

-A día de hoy, a poder vivir de lo que sale de mi cabeza y de mis manos. No me imagino con una empresa súper grande, sino haciendo lo que me gusta, y tengo muchas ganas. Mis padres me dicen que me relaje y tenga un poco de vacaciones porque acabo de parar, pero yo como que no puedo.

-¿Qué le asusta?

-He dejado un trabajo en una empresa importante [Inditex] para lanzar mi marca. Estaba diciendo que no a muchas cosas pequeñas que, quizá, cuando yo fuera a buscarlas el día de mañana, ya no estuvieran ahí. Tomas una decisión muy importante en un momento en el que estás muy bien: vivía con amigas de clase en Barcelona y había hecho muy buenas amigas en el trabajo, y, claro, te asusta que no funcione, haberte equivocado. Pero no me arrepiento, porque es algo a lo que llevaba dándole vueltas mucho tiempo y tenía que hacerlo.

-¿Qué tuvo que ver con esa decisión el concurso Elle Fashion Now que ganó en junio?

-Me animó. En este último año en Barcelona he aprendido un montón, pero no había día en que no pensase en mis cosas, en hacer mi marca, y al final me dije: 'Bueno, lo intento y a ver qué pasa. Si no funciona, soy muy joven'.

-¿De qué está segura?

-De que salga bien o mal, me voy a sentir bien. Sé que tengo que aprender mucho y tengo muchas ganas de hacerlo.

-¿Luchadora?

-Sí.

-¿Aventurera?

-Pensaba que no, pero me he dado cuenta de que un poco sí lo soy. No todo el mundo deja un trabajo en una empresa tan buena para seguir sus sueños.

-¿Y romántica?

-Sí, mucho.

-¿Dónde se encuentra a gusto?

-Diría que en Lorca, pero también cuando voy al IED (Instituto Europeo de Diseño), en Madrid, estoy como en mi casa, porque, al final, donde compartes tiempo con gente que te trata bien, que te hace sentir bien, es donde te sientes a gusto.

-¿Con qué se siente identificada?

-Con la gente campechana, con las cosas cercanas, con el campo; me encanta la naturaleza y la tranquilidad.

-¿Qué no le interesa?

-La política me interesa regulín. Tengo que estar al día, pero no me atrae.

-¿Con qué no está de acuerdo?

-Me pongo mala cuando veo plásticos en el mar. Ecoalf es una marca que ha hecho ropa a partir de material reciclado recogido de los mares, y me parece un trabajo increíble. Hay que cuidar lo que tenemos.

-¿Cuál sería un plan perfecto?

-La playa, Águilas. Me gusta mucho la isla del Fraile y tengo muchos recuerdos allí de pequeña, aunque me gusta más en invierno porque está más tranquila.

-¿Y una necesidad?

-La gente de la que me rodeo y en la que me apoyo: mis padres, mis abuelos...

-¿'Milenial'?

-Sí. Leí un artículo que decía que los 'milenials' cambiarán el mundo porque buscan algo más allá; no buscan un trabajo por ganar dinero, sino por vivir y estar bien. Y no tienen pelos en la lengua si tienen que decirle a su jefe que haga algo mejor.

-¿Esa filosofía de vida de luchar por lo que a uno le gusta independientemente de las consecuencias es la que sigue?

-Sí, aunque yo sí pienso en las consecuencias. Cuando tomé la decisión de apostar por mi marca fue justo la semana en la que murió [el diseñador] David Delfín. Te hace pensar. No sabes qué va a pasar el día de mañana y tienes que hacer lo que quieres, tienes que vivir cada día haciendo lo que te gusta, con todas las edades, pero siendo joven más.

«Llevo tatuadas cuatro rayitas en la muñeca por mis cuatro abuelos. Para mí la familia es súper importante»

-¿A qué recurre en los momentos malos?

-Me apoyo mucho en mi madre. Cuando era pequeña estaba en desacuerdo con eso de que tu madre sea tu amiga, pero ahora no. Cuando estoy mal ella me hace entender que no hay que darle tanta importancia a todo y que, a veces, hay que dejar la vida correr un poco.

-¿La imagen es tan importante?

-Para mí sí. Aunque es un conjunto, no es solo ser guapa, gana más una persona que tiene algo dentro y no es un bellezón. Creo que lo que viene ahora, la moda que viene, va a romper con los estereotipos y se va a imponer el ser natural y el sentirte bien contigo mismo.

-¿A quién le gustaría vestir?

-A Isabel Berz, mi directora en el IED; a Martas Botas, una profesora que tuve también en Madrid, o a la señora de un hotel de Menorca, del siglo XIX, en el que acabo de pasar unos días de vacaciones y que me ha resultado súper inspirador. Me gustaría vestir a gente que puede encajar con lo que yo hago y con la que, quizá, me sienta identificada.

-¿Qué ha ido aprendiendo?

-Hay que ser constante, trabajar y seguir lo que te dice tu yo de dentro. Hay que hacerle caso siempre al corazón, pensando con la cabeza, pero siempre haciéndole caso al corazón.

-¿Qué le emociona?

-Ver a los míos bien. Soy un poco sensiblona y me emociono fácil.

-¿Con qué disfruta?

-Con los detalles. Cuando era pequeña iba con mi abuela a coger flores al campo, y ahora, cuando voy a visitarla, hago a mi novio parar el coche para cogerle flores.

-¿Un verano ideal?

-Este. Voy a estar en casa y tengo muchas ganas de ponerme a trabajar, aunque también descansaré. Se puede compaginar todo.

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