«Ser madre es lo más bonito que he hecho»
Patricia Fernández, alcaldesa de Archena: «Desde los 7 u 8 años tenía claro que quería ser odontóloga. Es mi vocación»
Con ocho años tenía claro que quería ser odontóloga, la política vino después. Hoy compagina ambas actividades sabiendo que la primera es su vocación y, la segunda, una pasión, pero temporal. «Mis aspiraciones políticas están colmadas», asegura Patricia Fernández (1980), alcaldesa de Archena desde 2011 y diputada regional por el PP. La decisión más acertada de su vida, reconoce, ha sido «ser madre».
-¿Qué le aportan sus hijos?
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1 -¿Un sitio para tomar una cerveza? -En el paseo del río Segura, en Archena.
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2 -¿Un concierto inolvidable? -India Martínez, en el Auditorio Víctor Villegas, en Murcia, en 2015.
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3 -Un libro para el verano -'Los pilares de la Tierra', de Ken Follet.
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4 -¿Qué consejo daría? -Vive y deja vivir.
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5 -¿Cuál es su copa preferida? -Limoncello.
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6 -¿Le gustaría ser invisible? -No.
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7 -¿Un héroe o heroína de ficción? -Mi madre, Pepa.
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8 -Un epitafio -'Nada te turbe, nada te espante, la paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta'.
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9 -¿Qué le gustaría ser de mayor? -Una buena madre.
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10 -¿Tiene enemigos? -No lo sé.
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11 -¿Lo que más detesta? -La hipocresía.
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12 -¿Un baño ideal? -En el Balneario de Archena.
-Felicidad. Esa palabra tan bonita y tan complicada muchas veces. Después de un día intenso de trabajo, llego a casa con las pilas puestas porque sé que voy a verlos, que voy a pasar un rato con ellos, jugando, bañándolos, tirándome por el suelo..., lo que sea. Esos momentos son únicos.
«[En política] He conocido a gente maravillosa, pero amistades para toda la vida, no tantas»
-¿A qué no renuncia?
-A mis hijos, a la felicidad compartida con ambos: Martina, que tiene tres años, y Andrés, que con cinco meses está precioso. Ya puede llover o tronar, que eso es sagrado para mí.
-¿Qué ha descubierto de sí misma al llegar ellos?
-Sabía que tenía un gran sentimiento maternal, pero no tan fuerte. Ser madre es lo más bonito que he hecho, por encima de la política. Por muchos éxitos políticos o profesionales que tenga, nunca nada se acercará a lo que he sentido al tener a mis hijos.
-¿De niña, con qué soñaba?
-Desde los 7 u 8 años tenía claro que quería ser odontóloga. Nací con el paladar abierto y tuvieron que operarme a los tres meses de vida. He estado vinculada a la cirugía desde muy pequeña y siempre recibí un trato muy bueno por parte de los profesionales que me atendieron. Ese cariño que me trasladaron me llevó a querer ser dentista y cirujana. Lo de la política vino después, cuando tenía 17 años aproximadamente.
-¿Cómo fue?
-Conocí a un grupo de gente que pertenecía a las nuevas generaciones de Archena, donde se nos daba voz a los jóvenes y se nos tenía en cuenta. Me gustó este grupo, su forma de ser; gente sana. Me fui involucrando.
-¿Entonces imaginó que podía llegar a la alcaldía?
-¡Qué va! [risas]. Ni ser concejal, ni nada. Mi prioridad desde siempre ha sido la odontología, que es mi vocación. La política es una pasión, pero las pasiones no se mantienen durante toda la vida, la vocación sí. La política es un periodo que pasará, y el día que ocurra no me dedicaré a ella. Es verdad que mi compromiso ha ido cada vez a más; me he sentido muy respaldada por el partido a nivel local, a nivel regional, y eso ha ayudado para que, al final, casi sin darme cuenta, esté como alcaldesa de Archena, pero jamás imaginé llegar donde he llegado.
-¿La política en su vida es un periodo con final?
-Por supuesto. Llevo seis años como alcaldesa y mi compromiso con Archena es hasta 2019. No sé qué pasará después, pero tengo muy claro que la política es un periodo de mi vida, y que después yo volveré a ejercer la odontología al cien por cien.
-¿Cómo compagina ambas actividades?
-Es complicado. Renuncias a muchas cosas, pero al final, con ilusión, compromiso y organización, todo sale. Es una de mis grandes virtudes, la organización, y el pilar fundamental de ella son mis hijos. Siempre saco tiempo para estar con ellos, que es lo que más me apetece en el mundo.
-¿A qué sí renuncia?
-A momentos de la vida cotidiana a los que en otras circunstancias no renunciaría. Los fines de semana, por ejemplo, cuando no tienes un acto de partido o del municipio, tienes otra cosa. A mí me gusta estar casi en el 100% de todas las actividades que se organizan en el Ayuntamiento, y prácticamente todas son los fines de semana. Tienes que dejar en casa a tu familia cuando más cómoda estás..., pero la verdad es que luego me siento encantada porque, es tal el cariño que recibo de los archeneros, que merece la pena.
-¿Qué le dicen en casa?
-Cuando con 22 años les conté a mis padres que me habían propuesto para ser concejal me dijeron: 'Vale, tú termina la carrera en julio y luego dedícate a lo que quieras, pero con tu título en la mano'. Mis padres siempre me han apoyado, mis hermanos también, y mi marido es un pilar fundamental en ese apoyo. Por eso estoy aquí; si no, no sería posible.
-Dice que la política es solo un periodo de su vida, pero ¿se ve asumiendo cargos a otro nivel?
-Tengo muy claro que mis aspiraciones políticas están mucho más que colmadas dedicándome a Archena, volcándome con los archeneros y viendo progresar a mi pueblo gracias a mi trabajo y al de toda la administración local. Mis retos políticos a corto plazo están en los retos políticos de Archena, pero también digo que me encanta la política, y a pesar de que va a ser un periodo de mi vida, no sé lo que va a pasar, porque yo voy a seguir colaborando, con mi partido, y cuando mi partido quiera.
-¿Qué le atrae de la política?
-Poder servir sin esperar nada a cambio. Me dedico en cuerpo y alma a Archena y la verdad es que no se puede explicar con palabras lo que siento cada vez que me levanto, vengo a la Administración, tengo una jornada de trabajo intensísima... La satisfacción con la que me voy a casa es indescriptible.
-¿Qué ve cuando echa la vista hacia atrás?
-No me gusta mirar al pasado, siempre me gusta mirar al futuro. Quienes hoy nos dedicamos a un cargo público tenemos que hacerlo así, poner la vista en los nuevos retos y en las nuevas oportunidades. ¿Mirar al pasado, para qué? No merece la pena.
-¿Y en su vida personal?
-No puedo ser más feliz. Tengo una familia que he formado junto a mi marido, Andrés, con dos hijos sanos que son un regalo de Dios, unos padres y unos hermanos a los que adoro, y estoy disfrutando de las muchas obligaciones que tengo como una enana. Personalmente, no puedo pedirle más a la vida.
-¿Cuántos hermanos tiene?
-Dos mayores que yo. Dicen que soy la mimada, y en parte sí, siempre me he sentido muy protegida y muy apoyada por mis hermanos y por mis padres.
Críticas
-¿Cómo lleva las críticas?
-Nunca te acostumbras a ellas. Si son constructivas se agradecen, pero la persecución política, que en el Ayuntamiento de Archena hemos sufrido el anterior alcalde y yo, te afecta bastante. He intentado que casi nada desviase mi atención de lo importante, que era trabajar por Archena y los archeneros.
-¿Qué sí ha logrado desviarla?
-Al final ese tipo de persecución, esa política ruin que yo llamo, al final te afecta, porque le afecta a tu familia, porque tu madre sufre, Andrés lo pasa mal, porque ves noticias que no son ciertas, y ves sufrir a tu gente.
-Precisamente, la imagen actual de la política no es la mejor.
-Yo soy una persona muy normal, muy sana, que está en política porque no entiende la política de otra forma que desvivirme por mi pueblo y mi gente, y como yo, hay muchas personas. Tenemos que intentar darle la vuelta a esto. La política se ha deteriorado mucho por el tema de la corrupción y el servilismo, pero creo que la inmensa mayoría de políticos nos dedicamos de forma honrada y vocacional a este trabajo.
-¿Qué valora en la amistad?
-Andrés y yo tenemos un grupo de amigos de los de toda la vida que entienden que estoy más ocupada que antes, pero siempre buscan ese rato para estar conmigo y yo con ellos. Han estado conmigo en momentos muy felices de mi vida, en mi juventud... y ese vínculo es importante para mí.
-¿En política ha encontrado muchos amigos?
-He conocido a gente maravillosa y voy a seguir conociendo a gente maravillosa, pero amistades para toda la vida, no tantas.
-¿Cómo ve la situación judicial en la que se encuentra el expresidente Pedro Antonio Sánchez? Usted le dio su apoyo cuando se presentó como candidato para optar a la presidencia de la Comunidad.
-Entonces me llamó el presidente del partido a nivel regional, que en aquel momento era Ramón Luis Valcárcel, y me preguntó literalmente quién era mi opción para ser presidente del Gobierno [regional], y yo rotundamente dije Pedro Antonio Sánchez. Él ha sido y es la persona mejor preparada que hay en la Región para dirigir este barco. Lo que sí es cierto es que ha sido sometido a una persecución político-judicial injusta totalmente y sin precedentes que, al final, se lo ha hecho pasar muy mal a él y nos lo está haciendo pasar mal a muchos que confiamos en la Justicia y que estamos viendo cómo algunos con intereses partidistas están utilizándola.
-¿Qué le saca una sonrisa?
-Muchas cosas, soy una persona muy alegre, feliz y muy agradecida a la vida. Cualquier pequeño gesto me suele sacar una sonrisa. Y bueno, solo hablo de mis hijos, pero es que ellos me sacan una sonrisa continuamente.
-¿Dónde se refugia?
-Soy una persona creyente y practicante. Tengo esos momentos íntimos donde reflexiono y, sobre todo, le doy gracias a Dios por todo lo que me regala cada día. Lo más reciente ha sido mi familia, pero estoy bañada de bondades desde pequeña, el Señor me lo ha regalado todo y no puedo ser una persona más agradecida.
-¿A qué le ayuda la fe?
-A entender algunas situaciones, momentos complicados que se pasan tanto en política como en lo personal; la enfermedad de un familiar cercano, por ejemplo. Te ayuda a intentar entender esa situación y a llevarla.
-¿A quién admira?
-A mi madre. Es el ejemplo de mi vida, lo ha sido siempre y es mi guía y el espejo donde me miro.
-¿Cuál es su mayor virtud?
-Soy una persona muy cariñosa. Es lo que todo el mundo me dice que no debo perder.
-¿Y su defecto?
-Soy una persona cabezona, testaruda. Me dejo aconsejar, pero, a veces, cambiarme el criterio suele costar trabajo.
-¿Qué tiene pendiente?
-Me gustaría, en alguna etapa de mi vida, dedicarme a algún tipo de labor social. Me quedó pendiente, cuando terminé la carrera, irme de voluntaria con una ONG, y lo haré.
-¿A dónde le gustaría ir?
-Me da igual, a cualquier lugar del mundo.