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Miguelín, en la piscina de su casa de Altorreal, en Murcia.
ESTÍO A LA MURCIANA

«Siempre voy a intentar llevar un niño dentro de mí»

Miguel Sayago, 'Miguelín'. Jugador de ElPozo FS

Daniel Vidal

Viernes, 2 de septiembre 2016, 11:43

Reconoce Miguel Sayago, 'Miguelín' (Palma de Mallorca, 1985), que en unos días juega el Campeonato del Mundo de Fútbol Sala en Colombia: «Siempre voy a intentar llevar un niño dentro de mí». Sin embargo, es su novia y «mejor amiga de siempre», Tamara, la que lleva dentro el primer niño de la pareja, que nacerá a finales de año y ya tiene el nombre adjudicado. Se llamará Didier. De momento, el auténtico rey de la casa sigue siendo 'Jackson', el shar pei americano que es «como un hijo» para la estrella de ElPozo Fútbol Sala y de la selección española, para este humilde mago del balón, que también admite que se da «un aire» a Messi, aunque aclara: «Yo llevo el pelo así desde hace un par de años». Y también sentencia: «Dios me ha dado lo que soy y con eso voy servido. Siendo honrado, al final llegas a muchos sitios».

  • 1

  • -¿Un sitio para tomar una cerveza?

  • -La plaza de las Flores.

  • 2

  • -¿Qué música le suena en el teléfono móvil?

  • -La que viene de serie.

  • 3

  • -Un libro para el verano.

  • -'Mente poderosa', de Bernabé Tierno.

  • 4

  • -¿Qué consejo daría?

  • -Sé honrado.

  • 5

  • -¿Facebook o Twitter?

  • -Soy más de Facebook, aunque no tengo ninguna de las dos.

  • 6

  • -¿Le gustaría ser invisible?

  • -No.

  • 7

  • -¿Un héroe o heroína de ficción?

  • -Oliver Atom.

  • 8

  • -Un epitafio.

  • -[Se santigua]. Lo bien disfrutado siempre será recordado.

  • 9

  • -¿Qué le gustaría ser de mayor?

  • -Un buen padre de familia.

  • 1

  • 0

  • -¿Tiene enemigos?

  • -Alguno tendré.

  • 1

  • 1

  • -¿Lo que más detesta?

  • -A la gente falsa.

  • 1

  • 2

  • -¿Lo peor del verano?

  • -El calor.

-Lo de Miguelín... ¿Es porque sigue siendo usted un niño?

-Sí. Yo pienso que, aunque pasen los años, ese nombre me caracteriza y siempre voy a intentar llevar un niño dentro de mí. Eso es lo que me ha llevado a ser lo que soy, es un poco mi esencia.

-¿Y cómo es Miguel Sayago?

-Bueno, por momentos soy vergonzoso, aunque no lo parezca. Soy bastante cabezón. Caparrudo, como se dice en Mallorca. Intento ser sencillo, ayudar a la gente que tengo cerca...

-¿Y qué recuerda del niño que era?

-Creo que no he cambiado en nada, y de verdad se lo digo. Quizá estaba un poco más 'pirao' de la cabeza, en algunas situaciones, o quizá era más travieso, aunque creo que sigo siendo así. Sigo siendo el niño que era aunque en muchos momentos haya que guardar las formas o haya que ser más respetuoso. Pero luego hay otros momentos de locura, y creo que eso es bueno. Siempre intento estar alegre, e intento contagiar esa alegría al resto de la gente.

-Si no hubiese sido por el fútbol sala...

-No sé realmente lo que hubiese pasado. El fútbol sala me desvió de un camino que no sé a dónde me hubiera llevado.

-¿Qué camino?

-No sé, no sé. No sé lo que hubiera sido de mí. Cuando empecé a jugar con mis amigos jamás pensé en llegar a donde estoy hoy. Pues nada, habría trabajado honradamente, hubiese hecho cualquier cosa, pero tampoco sé realmente lo que hubiese sido porque no tenía una pasión clara. Yo trabajaba en la empresa de mi tío, en Limpiezas Sayago. Iba a jugar con mis amigos en plan 'hobbie'. Empecé a jugar al fútbol sala a los 17 años. Yo no tenía previsto dedicarme al fútbol sala. Cuando se presentó la oportunidad, ni siquiera me aconsejaron. Después, lo he contado muchas veces, cuando llegué a Manacor fue Pato quien me guió por el camino más correcto y gracias a él estoy hoy donde estoy.

-¿Empezó a jugar con 17?

-Sí. Había muchos jugadores buenos. Pero yo arriesgué. Me fui a Andorra con 18 años, dejando a la familia, a los amigos... Se me hizo duro, complicado. Pero al final ha tenido sus frutos. Ha sido positivo.

-¿Cambia mucho el Miguelín de dentro de la cancha al de fuera?

-No. Yo intento ser amable siempre. En la pista no tengo problema nunca con nadie, a no ser que toquen a alguien de tu gente, de tu equipo, y eso haga encenderte. Pero intento ser respetuoso con los árbitros, con los compañeros, con el rival y con la afición.

-¿No se habrá teñido el pelo Leo Messi para parecerse un poco a 'Miguelín'?

-[Risas.] No, no. No lo creo. Pero sí es verdad que recibí no sé cuántos mensajes de amigos, de mucha gente, que me decían: 'Mira, Messi te ha copiado'. Hombre, cuando lo ves así, con el pelo platino, con la barba y tal... Pues sí que nos damos un aire. Yo el pelo lo tengo así desde hace un par de años. Pero vamos, no creo que se haya fijado en mí, ni mucho menos. Como yo tampoco lo haría al revés. Ha sido una anécdota chula, unos días de bastantes risas.

-¿Se parece en algo a él?

-¡Ojalá! Sí, que los dos somos zurdos. Que los dos estamos entregados a nuestros equipos.

-¿Qué le gustaría tener de Messi?

-Pues a lo mejor el regate. Pero nada más, ni de personalidad ni nada. Dios me ha dado lo que soy, y con eso voy servido. Siendo honrado en la vida, al final llegas a muchos sitios.

-Si jugara con diez compañeros al fútbol, en vez de al fútbol sala, ¿sería usted rico y mucho más famoso?

-A lo mejor no. El dinero y la riqueza no lo son todo. Quizá no sería ni la mitad de feliz. Y a lo mejor no estaría jugando en un equipo grande, estaría en otra categoría. Eso nadie lo sabe.

-¿Dónde le gustaría estar?

-Me gusta el sitio en el que estoy. Pero sí es cierto que, viendo todo lo que se ve, estaría bien que la selección española de fútbol sala hubiera estado en los Juegos Olímpicos de Río [el fútbol sala no es deporte olímpico], que por lo menos se le diera más bombo a este deporte, que sí es cierto que necesita un último empujón. Pero hay cosas que no dependen de nosotros. Nosotros nos tenemos que dedicar a trabajar, a jugar. Y, a partir de ahí, son los cargos importantes los que tienen que mover ese tipo de cosas.

-¿Qué le parece una injusticia?

-No decir las cosas a la cara. También me parece una gran injusticia que haya gente con mucho, mucho dinero, y no ayude a la gente que no tiene nada.

-¿A qué no puede resistirse?

-A las gambas. Pero que yo me pongo... En Navidades, la familia pone una bandeja para ellos y una bandeja para mí. Exagerado. Lo que me pongas.

-¿Y cuánto se llegó a gastar un día en gambas?

-Pues... La gamba de Formentera cuesta 25 euros cada gamba. Pero no sé lo que me he podido llegar a gastar.

-¿Y a qué le hace ascos?

-No puedo con el calabacín. Ni con el brócoli. Lo intento, pero...

Perro y niño

-A su perro, 'Jackson', ¿le ha dedicado algún gol?

-¡Uf! Muchos. A mi familia siempre se los dedico.

-¿Qué le da su perro?

-De todo. No sé realmente lo que voy a sentir cuando sea padre, pero lo que siento por 'Jackson' es un cariño único. Siempre se dice que los animales son muy agradecidos y, en este caso, 'Jackson' lo es. Es verdad que le cuidamos mucho, le mimamos mucho, pero es muy, muy agradecido, muy cariñoso... ¡A veces muy cabezón! Pero es la esencia del animal. Creo que, si me faltase 'Jackson', me faltaría media familia.

-Y hasta le preparan tartas por su cumpleaños.

-[Risas.] Le grabamos un vídeo soplando las velas y tuvimos que repetirlo varias veces porque se tiraba a comérsela como un loco. Le hemos hecho una tarta cada año. Este era el octavo, y se te pasan muchas cosas por la cabeza, pero vamos... Ahora está con mi suegra y llamo a mi suegra todos los días... para ver cómo está el perro. Lo creo necesario. Ya le digo, lo tenemos muy mimado, muy cercano a nosotros, y él nos responde con todo el cariño.

-Y ahora, el niño.

-Sí, felices. Lo llevábamos buscando desde hace tiempo. Además, nos enteramos antes de jugar la Copa del Rey [que ElPozo ganó esta temporada].

-El título se lo dedicaría esta vez a su mujer y al niño...

-Y a 'Jackson' también [risas]. ¡'Jackson' siempre va en el saco!

-¿Qué intentará enseñarle a su hijo?

-Que sea respetuoso, agradecido, que las cosas las gane por él mismo... Pero que también tenga su punto de locura.

-¿Cuándo quiso parar el tiempo?

-Bueno... Cuando se iba a morir mi padre, me hubiese gustado que se hubiese parado el tiempo y que hubiese seguido en vida. O sea, mi abuelo. Pero yo le digo 'papá'.

-¿Su abuelo?

-Sí, mi abuelo. Tomás. Me crió él desde los 15 días. Mi abuelo y mi abuela, que son mi padre y mi madre, me cogieron ellos y hasta el día de hoy.

-¿Qué aprendió de él?

-Está claro que fue de él de quien aprendí los valores de intentar ser agradecido, ser honrado, buena persona, y que está claro que nadie te va a regalar nada. Él ha sido la persona que ha sido el ejemplo dentro de nuestra casa de trabajador, de intentar darle lo mejor a su familia, aparte de apoyarme todos los días, en todos los entrenamientos. Hiciese el frío, la lluvia o el viento que hiciese, me llevaba en su moto para ir a entrenar.

-¿Un viaje soñado?

-Las Vegas. Pero no voy porque no me dejan [risas].

-Si por usted fuera...

-Se acabaría la violencia.

-¿Qué no hace?

-Ver las noticias. Deportes, sí.

-¿A quién le sacaría una tarjeta roja?

-[Piensa.] A los que no aceptan que el fútbol sala sea un deporte olímpico.

-¿Cuándo le metieron a usted un golazo?

-Cuando me iba a ir del club [ElPozo] sin querer irme, cuando decidieron echarme del club sin querer irme, el año pasado.

-Pero al final se quedó... ¿Acabó parando el gol?

-Lo pararon los rusos. Fueron los rusos los que se echaron para atrás.

-Otra duda. ¿Cómo es su relación con el entrenador del equipo?

-Puramente profesional.

-¿Y con Tomás Fuertes?

-Bien, buena. Siempre que hemos hablado, hemos hablado extensamente, sin problemas, y me ha transmitido muchas veces su confianza.

-¿Le faltan a usted jamones?

-No.

-¿Qué le apetece mucho hacer?

-¡Muchas cosas! A veces, salir con los amigos. A veces, en pareja. A veces, me tiraría al agua desde una altura extrema. Ya me he tirado del Salto del Usero. Me gusta hacer varias locuras. Y muchas cosas, muchas cosas. Me gustaría arreglar la vida de mucha gente... Muchas cosas. ¡Me gusta mucho viajar! Y también me gustaría coger un coche, sabiendo que no va a pasar nada, y ponerlo a lo que dé [de velocidad]. El coche que sea. O una moto. Me encantan las motos. Antes, cuando era pequeño, corría en minimotos con mi primo. ¡Pero no profesionalmente! Cuando era joven, con los amigos y tal, me di una hostia con la moto...

-¿Fue grave?

-Nooo. Tenía 15 o 16 años. Fue haciendo un 'caballito', me caí para atrás... Llevaba todo [el cuerpo] lleno de costras, por las heridas. Llevaba el 'huevo' [un casco] puesto.

-Hablando de huevos, ¿qué cocina?

-Lo típico. Huevo frito, patatas, escalopines, pasta y algo al horno. Y también barbacoas.

-¿Hace barbacoas?

-Sí, lo pongo todo allí, se pega todo y cuando sale digo: 'Hale, ya está hecho' [risas].

-¿Qué ilusión tiene?

-Montar una escuela para niños. Una escuela de fútbol sala. ¡Y ganar el mundial!

-¿De qué se arrepiente?

-De muchas cosas. Pero, sin esas cosas, no hubiese sido lo que soy hoy. Todo lo malo que haya podido hacer, o que haya hecho, me ha hecho recapacitar y ver las cosas de otra manera.

-¿A quién le gustaría parecerse?

-A mi abuelo Tomás.

-¿Qué es lo mejor de la vida?

-Estar rodeado de buena gente, de gente sin intereses.

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