«Estar al frente del Real Murcia sería un sueño hecho realidad»
empresario
Daniel Vidal
Miércoles, 3 de agosto 2016, 10:54
La piscina de la casa que Quique Pina (Murcia, 1969) tiene alquilada este año en La Manga tiene rota la depuradora, así que el agua estancada tiene el mismo aspecto que el agua del Mar Menor que prácticamente golpea el murete de la vivienda donde se solaza este verano cuando no está en las Baleares, su otro paraíso. Hace unos días que ha regresado de Mallorca, de un viaje «inolvidable» junto a su mujer, que está embarazada del segundo hijo de la pareja. El quinto para el hombre que siempre suena en las quinielas cuando truena en el Real Murcia. Tras obrar varios milagros en Granada, hoy Quique Pina está embarcado en otro proyecto que huele a historia en Cádiz, aunque el objetivo primordial allí sea «mantenerse». Poco antes de empezar la única entrevista que Pina ha concedido en años -acompañada en todo momento por el continuo repiqueteo de su WhatsApp- el empresario y dirigente del mundo del fútbol acaba de regresar de una ecografía. Relajado, se toma una Coca-Cola, se come a besos a su hija de un añito y habla de la familia, el centro de una vida con la forma de un balón de reglamento. Lo importante es lo importante. Y lo urgente, lo urgente.
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-¿Un sitio para tomar una cerveza?
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-Si tengo una buena compañía, cualquier sitio es bueno.
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-¿Qué música le suena en el teléfono móvil?
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-La que viene de serie.
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-Un libro para el verano.
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-'El vencedor está solo', de Paulo Coelho.
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-¿Qué consejo daría?
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-No envidies a nadie.
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-¿Facebook o Twitter?
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-Twitter.
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-¿Le gustaría ser invisible?
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-Algunas veces, por supuesto.
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-¿Un héroe o heroína de ficción?
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-Supermán.
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-Un epitafio.
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-No quiero ni hablar de ello.
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-¿Qué le gustaría ser de mayor?
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-Lo mismo que soy ahora.
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-¿Tiene enemigos?
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-Sí, y los tengo identificados.
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-¿Lo que más detesta?
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-La traición.
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-¿Lo peor del verano?
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-Los sitios sin aire acondicionado.
-¿Y todo bien?
-Sí, todo bien. Está previsto que nazca en febrero. Sabremos el sexo del bebé dentro de un mes, aproximadamente. Yo estoy convencido de que será un niño.
-Será padre por quinta vez. ¿Qué se siente?
-He sentido lo mismo cada vez que he sido padre. Es algo fuera de lo normal que no se puede explicar con palabras. Lo mejor de la vida.
-¿Cómo le cambia la vida?
-Yo soy una persona con muchísima responsabilidad. No significa tener más responsabilidad. Cambia porque, cuando no estás con ellos, estás deseando verlos y los echas mucho de menos. Sientes que ya no puedes pasar sin ellos.
-¿Qué planes tiene para ellos?
-Lo que quiero sobre todo es que estudien, que hagan deporte, que tengan educación. Y que sepan curtirse ellos mismos para esta vida. Y ya el destino dirá lo que le tocará a cada uno.
-¿Y si alguno le sale futbolista?
-En estos momentos, mis dos niños son jugadores, los dos juegan en el UCAM. Pero no suelo ir a verlos para que no tengan esa presión de que son mis hijos, o que la gente pueda pensar que mis hijos juegan porque yo estoy pendiente de ellos. Pero si ellos deciden ser profesionales, seguro que los sigo. A lo mejor no en directo, pero...
-¿De qué juegan?
-Quique, que tiene 16 y va a empezar la etapa juvenil, juega en banda. Lo puede hacer de lateral y como centrocampista en banda. Las pocas veces que le he visto tiene valentía, tiene recursos técnicos... Y puede llegar. La base del fútbol en estos momentos es valentía, fuerza física, y aunándola con calidad se puede llegar. Y él lo tiene. Miguel Ángel tiene 9 años, pero todavía no se puede ver su desarrollo. Es un apasionado del fútbol y le encanta jugar. Eso también es fundamental para ser jugador.
-Esas pocas veces que les ha visto en acción... ¿Entró en modo 'padre acalorado'?
-No, no. Soy muy frío en ese aspecto. No soy apasionado en ese momento, ni por supuesto soy el típico padre que solo ve virtudes al hijo y defectos a los demás. Soy muy exigente, y el punto de vista que le doy después del partido siempre es más negativo que positivo.
-Tampoco le grita al árbitro...
-No, no... Yo suelo estar en un espacio independiente, reservado, para que no se note mi presencia en el campo de fútbol.
-¿Le veremos al frente del Real Murcia algún día?
-Siempre diré lo mismo. El Real Murcia es el equipo que me dio la oportunidad de jugar cuando era joven. Fueron entre cuatro y cinco años. Cuando era pequeño, el primer estadio que pisé fue La Condomina para ver al Real Murcia. Lo vi en Primera, en Segunda... En fin, es el equipo que siempre he seguido, el equipo con el que he mamado el fútbol. Y soy de Murcia. Que Quique Pina dijera «no me gustaría estar en el Real Murcia» o que rechazara al equipo de su ciudad, me consideraría un desagradecido. Creo que todos tenemos que defender de donde somos, al club de la tierra. Y encima de todo, jugué en el equipo. Lo del Ciudad de Murcia [club que fundó de la nada y al que estuvo a punto de llevar a Primera] fue una fundación de un club con el que empezamos a ganar partidos, empiezas a evolucionar, creces... Pero en ningún momento se creó para enfrentarse al Real Murcia ni para ir contra el Murcia. Fue un proyecto más en Murcia, que igual que comenzó, terminó. El equipo base está claro que es el Real Murcia. Yo no me puedo negar.
-¿Entonces?
-Pues que las circunstancias que se dan para entrar en un equipo de fútbol no dependen de uno mismo, dependen de muchas situaciones. Hoy en día, si no hay alguien con un poder económico fuerte para solucionar un problema anterior en el Real Murcia, que son las deudas que tiene, por mucho que Quique Pina quiera, no puede solucionar ese aspecto. Ahora bien, lo que es trabajar deportivamente, en la gestión del Real Murcia, es algo que nunca rechazaría. Si me pregunta si soy capaz de eliminar la deuda del Real Murcia, le digo que es imposible. Yo no tengo esa capacidad.
-Pero el sueño sigue ahí...
-Estar al frente del Real Murcia es una ilusión que en la vida se puede dar, que te puedes llegar a encontrar según las circunstancias de la vida. Yo lo vería como un sueño hecho realidad, como una ilusión cumplida porque es el equipo de tu ciudad. Pero, sin embargo, si no se produce, tampoco sería una frustración. Simplemente, es de los clubes a los que no diría que no.
-Ahora, con el Cádiz.
-Sí, es un proyecto al que siempre he ayudado externamente. Ahora voy a dedicarme en cuerpo y alma al Cádiz.
-Y llevarlo a Primera.
-Bueno, yo creo que el objetivo que debe tener es quedarse en Segunda. Subir a Primera ya sería como subir diez escalones de golpe. Y hoy, en el fútbol, hay que ir escalón a escalón.
-¿Qué soñó con tener y ahora tiene?
-Lo que tengo ya es un sueño. Una familia, mis hijos están bien, estudian, son chicos aplicados que quieren a su padre. Vivo una situación buena y encima rodeado de lo que es mi pasión, que es el fútbol. Eso es un sueño.
-Y del fútbol, ¿qué le impacta?
-Sobre todo, las emociones que puedes provocar en la gente. La ilusión de un niño, o ver a un hombre llorar porque nunca había visto a su equipo en Primera Divisón. Y eso te crea más responsabilidad aún, porque dices: Joder, nunca podría hacer que la sonrisa de ese niño se convierta en llanto, ni que la ilusión del hombre mayor por conseguir el ascenso se convierta en desilusión por tener que vivir un descenso. Nunca eres consciente de la felicidad o de la tristeza que puedes crear en una persona.
-Para impacto, el que tuvo hace unos años su jugador Henok Goitom contra unas rocas del Mar Menor cuando disfrutaba sobre una lancha...
-Eso son curiosidades de los jugadores. Los jugadores, por su edad, tienen la valentía de hacer cosas en las que, muchas veces, no utilizan la cabeza. Son anécdotas que divierten. Cuando yo era jugador me pasaba igual. Si yo le contara...
-¿Tiene para escribir un libro?
-Mis amigos, que han vivido muchas cosas a mi lado, me lo dicen. Sería impresionante. He vivido situaciones y anécdotas muy complicadas porque he tenido que rebasar siempre muchos obstáculos. No hemos tenido nunca facilidades, y eso da lugar a muchas curiosidades.
«Tristeza»
-Hablando del Mar Menor, y teniéndolo a menos de un metro de su casa. ¿Se bañará este año?
-No. Es una de las mayores tristezas que yo he vivido. Siempre he veraneado en La Manga, y es una pena que tengamos esto así. Es un símbolo de la Región, una de las cosas más especiales de esta tierra. Lo único comparable en el mundo a La Manga, con un mar menor y un mar mayor está en Brasil. Es triste ver el color del mar. Siempre ha sido cristalino y es el primer año que lo veo así, y ha sido una sorpresa. Los responsables de esto se lo tienen que tomar en serio.
-¿Qué no tolera?
-La traición. Que alguien cambie de acera, de bando, porque le conviene en un determinado momento o por querer ganar más poder. Esas situaciones me asquean bastante, en el mundo del fútbol y en la vida.
-¿Le han traicionado mucho?
-Siempre he sufrido traiciones, pero siempre las he superado muy bien. Si las traiciones han conllevado batallas y al final una guerra, podemos decir que he perdido batallas pero he ganado la guerra. No puedo consentir tener a mi lado a una persona que me ha traicionado, pero sí soy capaz de perdonar fallos humanos, traiciones menores del ser humano sin mala intención que se pueden perdonar.
-¿Qué le enseñaron sus padres?
-La educación. A ser respetusoso, a saber estar en los sitios y a no meterte donde no debes.
-¿Qué le cuesta mucho hacer?
-Despertarme temprano por la mañana cuando hay que madrugar. Soy de las personas que, si fuese por mí, el día comenzaría a las doce de la mañana.
-¿Algún achaque?
-¡Qué va! Estoy mejor que nunca. ¿Sabe lo que pasa? Cuando era jugador era muy vago para entrenar y ahora me pasa todo lo contrario. Me encanta entrenar. Ahora estoy mejor físicamente que cuando jugaba.
-¿Qué le sienta fatal?
-La mentira. Soy de las personas a las que les gusta la transparencia cuando está manteniendo una conversación. Que las cosas se hablen claras. Cuando has hablado de algo y te das cuenta de que te han mentido... ¡Te entra una impotencia fuera de lo normal! La mentira es un defecto que nace de la maldad. Y no aguanto la maldad. Te sientes mucho mejor cuando actúas con bondad. El que no ha aprendido esto es porque es malo porque sí o porque tiene unos problemas que no le han dejado asumirlo.
-Hablando de asumir... ¿Cómo se tomó usted su pérdida de pelo?
-Yo puse todos los recursos para no perderlo, para recuperarlo, y me preocupé bastante en esa situación. Me puse en manos de los médicos y los médicos me aconsejaron ponerme en tratamiento, que había un montón de oportunidades, y acudí a ellos y recuperé mi pelo. También sé que, si hubiera abandonado, no lo hubiera conseguido. Pienso que, si le puedes poner remedio a algo, para eso están los avances. ¡Ojalá todas las enfermedades tuvieran una curación tan sencilla como la pérdida de pelo!
-¿Real Madrid o Barcelona?
-No soy de nadie. Me he acostumbrado a ser del equipo al que represento. Cuando era pequeño era de Maradona y de Schuster, pero cuando se fueron del Barcelona no era del Barcelona. Ahora, de mayor, le deseo lo mejor a todos aquellos que me han tratado bien. A veces, en el mundo de fútbol, pesa más la persona que el escudo.
-¿Qué es lo mejor de ser Quique Pina?
-No me falta el cariño de la gente. Ni el reconocimiento.
-¿Qué ha aprendido?
-Que el único camino para vivir tranquilo es el de la lealtad, el de la honradez y el de la tranparencia.
-¿Qué mantra suele repetirse?
-No hay mal que por bien no venga.