«Yo acerté una quiniela de catorce»

A Domingo Coronado Romero parece que el reloj le va descontando y no acumulando tiempo. A sus 61 años -nació un 10 de julio en El Provencio, Cuenca- aparece en las entrevistas cada vez más delgado y sin un asomo de arrugas en el rostro. La piel de su largo cuello sigue firme y la ausencia de vello facial le favorece. Pese a que le van creciendo ya los nietos -tiene dos, de 11 y 5 años-, sigue afrontando retos. El penúltimo, la gerencia del Área I de Salud, que incluye La Arrixaca. Y mantener la alcaldía de Las Torres de Cotillas, que ocupa desde 2003. Volverá a ser candidato el año que viene, porque fue la condición que puso este médico de familia con plaza en Roldán para aceptar su nombramiento al frente de uno de los máximos cargos de gestión sanitaria en la Región. Asegura que ahí ha tocado techo y que no ambiciona ser consejero.

- ¿Sigue usted duchándose tres veces al día, pese a la sequía?

- En ocasiones sí, depende de la necesidad. Dos son casi seguras.

- ¿Cuándo se rapó la cabeza?

- Cuando me quedé calvo, a partir de los 44 o 45 años.

- ¿Y el bigote?

- Después de mi accidente, en diciembre de 2007. Hice honor a mi padre, porque yo he llevado bigote siempre y a él no le gustaba. Como tuve una segunda vida, dije que en esa estaría de acuerdo con él.

- ¿Le ha 'echado ya la pata encima' a La Arrixaca ?

- [Duda] No. A La Arrixaca tienes que llegar enamorado, como yo, porque para un gestor es lo mejor que le puede pasar en la vida. Creo que todavía no la conozco lo suficiente, necesito que sea ella la que se enamore de mí.

- ¿Le queda algún rincón aún por descubrir del hospital?

- Pocos, porque me han paseado por los más recónditos, para ver si hay suciedad o alguien fuma a escondidas.

- ¿Cómo llega alguien de El Provencio a Las Torres de Cotillas?

- No creo que fuera por azar. Estudié en Villarrobledo, donde había un catedrático que era de Las Torres de Cotillas. Luego vine a estudiar Medicina a Murcia, viví en Algezares y luego en Molina de Segura. Y terminé aquí, en 1999, porque tenía que acabar aquí. Y porque este es el sitio donde mejor he vivido.

- ¿Como anda de amores su alma?

- Bastante solitaria.

- Se casó con apenas 20 años. ¿Tenía prisa o lo tenía muy claro?

- Lo tenía muy claro.

- Luego se divorció...

- Me separé en 2006 y el divorcio me llegó en diciembre de 2007. No me he vuelto a casar y no tengo intención.

- ¿Se liga mucho de divorciado o es una leyenda urbana?

- ¡Es un mito!

- La última vez que hablamos tenía dos nietos. ¿Ha aumentado ya la plantilla?

- Nada, ahí seguimos. Y el caso es que yo querría alguno más.

- ¿Le han puesto alguna multa sus policías locales?

- Sí, y fue precisamente por aparcar en la puerta del cuartel, un día que iba a un acto. La pagué y sanseacabó.

- ¿Cuál es su palabra favorita?

- 'Felicidad', con toda seguridad.

- ¿Y la coletilla que siempre se le acaba escapando?

- 'Me explico'.

- Aparte de su profesión, que es muy vocacional, ¿qué otra le hubiera gustado desempeñar?

- Periodista.

- No me diga eso, que mire como está la cosa.

- Pues sí, y hubiera sido también algo vocacional. Me encanta el mundo de la comunicación.

- ¿Le gusta apostar?

- No, pero acerté una quiniela de catorce que me permitió pagar los muebles allá por los años 70. Me tocaron unas setecientas y pico mil pesetas y pagué todo lo que debía.

- ¿Cuánto hace que no ve sangre en un quirófano?

- Mucho tiempo. Yo creo que lo último que vi en ese ámbito fue a mi nieto en una UCI infantil, lleno de tubitos. Y me impactó mucho.

- ¿Sigue machacando a sus funcionarios 'culés' con la conquista de la Copa de Europa por su Real Madrid?

- Soy del Madrid, pero me gusta mucho el fútbol, como expresión de que todos juntos podemos. Pero me encanta ver al Barcelona, al Betis o al Real Murcia jugar bien.

- ¿Cuál fue el problema de la selección en Brasil?

- Estaban agotados, tenían exceso de competición.

- ¿Cuántas veces ha intentado dejar de fumar?

- Una y lo logré. Tenía 25 años, pero era un fumador sufridor, social. No me gustaba.

- Pero tampoco va ahora de talibán antitabaco...

- Yo me creo eso de 'prohibido prohibir'. Cada uno tiene que tener la libertad suficiente para hacer con su vida lo que quiera mientras no moleste.

- ¿En qué se considera un virtuoso?

- En el arte de querer mucho a la gente.

- ¿Cuál es su plan para un domingo lluvioso?

- Leer y escuchar música, preferiblemente de los años 60, incluso el Dúo Dinámico. Y simplemente acercarme a la ventana y ver caer la lluvia, que aquí es algo raro.

- ¿Cómo lleva la campaña para empadronar a los residentes en el municipio?

- Seguimos igual, y seguramente la proporción es mayor. Te empeñas en decirle a la gente que donde uno recibe los servicios es donde tienes que estar empadronado, pero luego está el interés de cada uno. Espero que alguna vez funcione eso del distrito único escolar, porque mejorará las cosas. Pero si quieres llevar a tus hijos a Maristas o a Capuchinos, y vives a apenas diez minutos de Murcia...

- ¿Le siguen preguntando por su parentesco con José Coronado?

- No, en cuanto nos ven la cara saben que no tenemos nada en común.

- ¿Ni siquiera la facilidad de tránsito?

- El tránsito lo llevo bien si me cuido. Pero desde que salió el omeprazol estoy estupendo. Me tomo uno de 40 por la mañana y a funcionar.

- Siguiendo con el aparato digestivo, ¿cuál es su comida favorita?

- La tortilla de patatas.

- Y un plátano de postre...

- Helados, helados. Bueno, plátano si hago deporte. He comido plátano con todo desde que un día mi padre me hinchó en una tienda de Ibiza.

- Traumatismo craneoencefálico, pérdida de consciencia, fractura de muñeca, luxación de la clavícula y dos costillas rotas. ¿Recuerda su accidente de bicicleta?

- Como si lo estuviera teniendo ahora mismo. Y la sensación de normalidad cuando me desperté, tratando de tranquilizar a mi hijo, diciéndole que no era nada. Lo pasé mal.

- ¿Qué cambió tras el accidente?

- Somos tan insensatos que creo que poco. Y un accidente de esos debería hacernos vivir la vida de una forma más auténtica, más como si cada día fuera el último.

- ¿Cómo le gustaría morir a un profesional de la medicina?

- De un infarto, algo rápido.

- ¿Es creyente?

- He tenido etapas de levantarme a las seis de la mañana para ir a misa. Ahora estoy en una de agnosticismo, pero me gustaría creer en algo, necesito creer en algo.

- ¿Y en qué cree ahora?

- En el trabajo y en la capacidad de las personas para hacer el bien.

- ¿Cuál es su palabrota?

- 'Joder'.

- ¿Y el defecto que le produce más indulgencia ?

- Cualquier cosa relacionada con el amor.

- ¿En qué falla usted?

- Soy poco cariñoso con mi entorno. Pienso que soy muy seco.

- ¿Beatles o Stones?

- Beatles, el submarino amarillo.

- ¿Qué recuerdo le queda del servicio militar?

- Que es una estupidez que te enseña mucho.

- ¿Con qué vinos brinda?

- Con los de la tierra, me gustan mucho los Jumilla, el Juan Gil... Pero también Bullas y Yecla.

- ¿Cree que tiene cara de malo de película?

- Creo que tengo un físico que no me ayuda a que la gente piense que soy bueno.

- ¿Es usted de poesía?

- Soy de versos, y me gusta mucho Salvador Sandoval.

- ¿Es un lector voraz?

- Sí, pero no tengo escritor favorito, voy saltando de Baltasar Gracián a 'El código Da Vinci' o a temas de gestión sanitaria.

- ¿Escribirá algún libro?

- Algún día escribiré lo que pienso de la gestión del sistema sanitario público, que creo que debemos defender a capa y espada.

- Será polémico, entonces.

- Puede, porque habrá que decirles a algunos la verdad.

- ¿Qué desayuna?

- Siempre lo mismo. Un café con leche y o bien galletas o una tostada. Y zumo de naranja. Y un plátano.

- ¿Algo de lo que se arrepienta?

- De haber hecho daño a alguien.

- ¿Se daría un retoque en el quirófano?

- No, creo que la vida va escribiendo sobre tu cuerpo y no puedes negarlo.

- ¿Cómo va de idiomas?

- Mal. Yo era de francés, pero si no lo practicas... Si me hablas despacio, te entiendo, eso sí. Y luego aprendí también catalán, que hablo cuando voy a Ibiza. Es un déficit que tengo, pero en mi época querer aprender inglés era poco menos que querer que nos volvieran a ganar en Trafalgar. En mi instituto, de 750, solamente uno estudiaba inglés entonces.

- ¿Se pone la bata blanca aunque esté solo en el despacho ?

- Todos los días.

- ¿No quiere ser consejero?

- No hay ningún sitio mejor para mí que en el que estoy ahora.

- ¿En qué ciudad le encanta perderse?

- En Nueva York. Entre otras cosas, porque sin saber inglés me he entendido con todo el mundo. Me he sentido como en casa. Cuando pasé por el puente de Brooklyn me encontré una pareja de conquenses recién casados. Y entendí que aquéllo era el ombligo del mundo.

- ¿A qué juega?

- Al ajedrez.

- ¿En cuántos grupos de WhatsApp está metido?

- Creo que en cuatro. En uno de los 'chalequistas', los que vamos de vez en cuando a comer a El Chaleco, en Alhama. Y en otro de ciclistas, otro de la familia y en el del comité ejecutivo del PP en Las Torres.

- ¿De qué profesor guarda mejor recuerdo?

- De don Juan en El Provencio, que me tiraba de las orejas cuando no aprendía.

- ¿Era buen estudiante?

- Hasta que terminé el bachillerato. Salía en el cuadro de honor bastante.

- ¿Si pudiera ser ministro, de qué sería (y no me diga de Sanidad)?

- De algo relacionado con la inmigración, supongo que Asuntos Sociales.

- ¿Tiene un color favorito?

- Me gusta mucho el amarillo, el color de los médicos.

- Casi justo después de ponerse el sueldo de alcalde, se lo tuvo que quitar. Al final ¿por cuánto le ha salido al pueblo?

- Pues estuve un año más o menos, unos 54.000 euros.

- Usted cree en la limitación de mandatos, pero optará de nuevo a la alcaldía. ¿Cómo lleva esa contradicción?

- Es un oxímoron, ¿no? Creo que no hay que estar más de ocho años, pero volveré a ser candidato porque la situación me va a hacer que lo vuelva a ser. Ya me lo han pedido, de hecho. Será la última, que voy a cumplir ya los 65.

- ¿Sabe tocar algo?

- La guitarra.

- ¿Recuerda una frase lapidaria de sus padres?

- «Nene, para ser algo en esta vida hay que estudiar».

- ¿Cuál es su tentación?

- Confiar mucho en la gente.

- ¿Qué es lo último que se le pasa por la cabeza antes de dormirse?

- Qué cansado estoy.