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Su innovación busca localizar los almendros enfermos en el secano murciano, muchos de ellos ubicados en parcelas abandonadas o antiguas. R.O
Tecnología para acabar con la almendra amarga

Tecnología para acabar con la almendra amarga

Innova ·

Agricultura digital. Expertos de Murcia y Andalucía ponen en marcha una 'app' que permite geolocalizar árboles afectados y desarrollan una máquina para detectar la amigdalina en el proceso industrial

LYDIA MARTÍN

Miércoles, 29 de julio 2020, 02:05

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Por todos es conocida esa sensación de estar disfrutando de unas almendras y que, en el momento más inesperado, llegue hasta el paladar una amarga que no solo perjudica el disfrute de ese bocado, sino que además contamina el sabor del resto de almendras dulces del plato. Esto se produce debido a la amigdalina, un compuesto que hace que al comerse se libere ese sabor amargo, teniendo en cuenta también la parte tóxica, al entrar en juego otro componente: el cianuro. No es una ingesta perjudicial para la salud, al tratarse de cantidades muy pequeñas, pero tanto productores como el sector industrial orientan sus esfuerzos para que estas almendras amargas no lleguen al consumidor, invirtiendo en investigación y buscando un producto final de excelencia máxima para cumplir con las exigencias del mercado.

En España siguen existiendo almendros que producen un fruto amargo que acaba en el mercado: a veces por fallo de agricultores a la hora de recolectar los árboles que no están en buen estado, o fallos al injertar los almendros en el campo que dan como resultado este tipo de almendras.

Para ofrecer una solución y coordinar la detección de estos frutos, se creó el 'Grupo operativo para el diseño e implantación de un plan de erradicación de la almendra amarga en España', del que forman parte la cooperativa Coato, COAG, Cebas-Csic así como Almendrera del Sur, OFM y Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía. A las que se han sumado como subcontratas Inés Optics, Universidad de Córdoba y la empresa de Molina de Segura ECN Electronic, impulsando soluciones a través de la tecnología.

Fue en 2018 cuando presentaron el proyecto 'Plan para la erradicación de la almendra amarga en España', dentro de las Ayudas a Grupos Operativos de la Asociación Europea de Innovación (AEI), cuyo objetivo es incrementar la productividad y sostenibilidad agrícolas a través del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2020, obteniendo un presupuesto de 523.022,25 euros, financiado por fondos europeos (80%) y el Ministerio de Agricultura. Así, orientaron su iniciativa hacia tres bloques: la detección de la almendra amarga en la industria, la identificación y geolocalización de almendros amargos en campo y, por último, campañas de sensibilización, difusión y colaboración con la Administración.

Un censo digital para almendricultores

El problema base es la existencia de almendros amargos en el campo. No se trata de una cifra muy numerosa, pero «se va a dar en plantaciones antiguas o fincas abandonadas donde se hayan producido rebrotes por debajo del injerto y estos producen almendra amarga», señala Celestino Cervantes, miembro de Coato. La solución es geolocalizar estos almendros y marcarlos para poder actuar sobre ellos. Así, el Grupo Operativo se puso en contacto con la empresa ECN Electronics, de Molina de Segura, para el desarrollo de una aplicación móvil que permita, a pie de campo, situar los árboles en el mapa para poder ubicarlos y gestionarlos de cara al futuro.

La 'app' Censo Almendro Amargo –ya disponible para dispositivos Android e iOS– propone dar de alta los árboles e ir actualizando su estado, indicando cuáles están enfermos o son amargos. Así, estos árboles pasan por una serie de estados en la aplicación desde la fecha en la que se han dado de alta.

Primero el agricultor marca el almendro y este es comprobado por los técnicos de la cooperativa para saber si realmente es amargo. Estos lo localizan e indican si se ha gestionado, pudiéndose replantar, reinjertar o arrancar; pueden incluir modificaciones como su ubicación, su estado o dar información añadida del árbol. Una vez gestionado, el árbol desaparece del censo.

Estas cooperativas dan de alta a sus usuarios para que puedan manejar su propio equipo de localizadores y tener así una base propia de datos de árboles para facilitar la gestión. Se estima que en la Región hay unos 1.200 agricultores dedicados a la almendra.

«Se trata de una herramienta para facilitar un proceso que de otra forma parte del operario, localizador o propietario de la finca, que cree que tiene un árbol que está afectado lo pone en conocimiento de la cooperativa mediante voz o correo electrónico. Pero con el uso de la aplicación se da de alta directamente y la cooperativa sabe de su existencia y dónde está el árbol exactamente», indica Rubén Olalde, jefe de Desarrollo de ECN Electronics.

Prototipo para líneas de producción

No solo se trata de encontrarse una almendra amarga en la ingesta de este producto de forma directa, sino que se usa como materia prima en el sector agroalimentario y en el proceso industrial. Y una simple almendra amarga puede contaminar la totalidad de un lote. Aunque el porcentaje de almendra amarga es bajo, la contaminación sigue siendo un problema ante clientes finales cada vez más exigentes que piden productos libres de almendra amarga.

Teniendo en cuenta esto, hay que asegurar que la almendra que llega es totalmente dulce. En este aspecto, otra de las patas del proyecto es el desarrollo de un prototipo para la identificación de almendra amarga en líneas de producción mediante sistemas de visión artificial en la industria, con el fin de poder realizar una clasificación y separación.

Este incluye una cámara con sensores de infrarrojos que detecta las almendras amargas y las separa de las dulces. La maquinaria la está desarrollando la empresa OFM de Sevilla, formando Inés Optics parte del proceso así como la Universidad de Córdoba.

Para hacerlo posible, la implicación del Cebas-Csic ha sido imprescindible. Su papel ha consistido en el asesoramiento científico para poder desarrollar esta máquina. Para ello, en primer lugar ha realizado un análisis de las almendras suministradas por las cooperativas, así como las que poseen dentro del programa de mejora de almendro, para detectar el compuesto amargo que acumulan.

Con esto se efectúa un modelo matemático que se incorpora a la máquina y, a través de una serie de parámetros, detecta por infrarrojos la cantidad de amigdalina de la almendra, sabiendo cuáles son amargas, retirándolas, y solo pasando las dulces en la cadena industrial.

«El objetivo es que el mercado español tenga un 100% de almendras dulces», afirma Raquel Sánchez, investigadora Ramón y Cajal en el Cebas-Csic, en el Departamento de Mejora Genética Vegetal.

Este organismo lleva más de 20 años dedicándose a obtener todas las variedades de semilla dulce, de floración tardía y autocompatibles (polinización por los propios árboles) desde su línea de investigación. Además, ha estudiado el gen responsable de la acumulación de amigdalina en la semilla del almendro, consiguiendo descubrirlo y protagonizar una publicación en la prestigiosa revista Science tras más de diez años de estudios.

Divulgación

En las próximas semanas, el Grupo Operativo va a realizar jornadas de formación y divulgación de la 'app' dirigidas a agricultores, técnicos de cooperativas y grupos de desarrollo rural en el mes de agosto, para darla a conocer y que apuesten por su uso. Además, a finales de agosto se presentarán los resultados del proyecto a nivel regional, tanto en la Región de Murcia como en Andalucía, y se hará una presentación nacional conjunta en Madrid.

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