Reutilizar contraseñas o enviar datos con WiFi abierto, errores comunes entre los internautas

Cada vez es más frecuente que los ciberdelincuentes se aprovechen de los errores de los usuarios de internet para rentabilizar sus actividades delictivas, por lo que es muy importante conocer los riesgos para poder evitarlos. Por ello, la empresa ESET dedicada a la detección de amenazas en la red, ha elaborado un informe con los cinco errores básicos que los internautas suelen cometer más habitualmente.

El objetivo de este estudio, que se ha publicado coincidiendo con la celebración con el Día Internacional de Internet, es concienciar a los usuarios ante la proliferación de los ataques, sobre todo las extorsiones que están sufriendo internautas y empresas por infecciones de ransomware, la técnica que consiste en chantajear al usuario que quiera recuperar sus documentos después de haber entrado en su equipo ilegalmente y habérselos robado.

La compañía ESET enumera cinco errores básicos que cometemos los internautas con más frecuencia. El primero consiste en confiar en cualquier enlace que aparece en redes sociales, especialmente tras algún desastre natural o acontecimiento de interés general, según el informe. Al hacer clic en ellos, los usuarios son redirigidos a sitios maliciosos que han sido comprometidos con el objetivo de robar credenciales (mediante una página de login bancario, por ejemplo) o un ataque 'drive-by-download' para inyectar malware en el ordenador.

Reutilizar contraseñas es otro de los errores más comunes que seguimos cometiendo. Desde ESET confirman que hay quienes "siguen anotándolas en papeles o en otros lugares de sus ordenadores y las reutilizan en distintos servicios online", por lo que si un atacante logra comprometer una cuenta, podrá acceder a las demás usando las mismas credenciales.

Además, es muy recomendable actualizar el software porque, de lo contrario, los usuarios pueden verse expuestos al robo de datos, fraudes financieros y demás problemas de seguridad. El cuarto error más común consiste en descargar aplicacones desde tiendas no oficiales. Esto conlleva ciertos riesgos porque permite que las 'apps' se comporten de modo impredecible. Por último, enviar información sensible a través de WiFi abierto, como la red de hoteles y cafeterías, que permite a los atacantes acceder al dispositivo y robar datos sensibles o ejecutar virus.