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Pini Zahavi es un agenteisraelí de 74 años que ha participado en grandes traspasos del fútbol mundial. Arnaud Journois/Le Parisien

Zahavi, el conseguidor de futbolistas

Dejó el periodismo para hacer dinero de verdad en el fútbol. Fue quien logró sacar a Neymar del Barça. Asegura que sirve a agentes, jugadores y clubes... mientras pague uno de los tres

Fernando miñana

Viernes, 22 de junio 2018, 12:05

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Tiene 74 años pero jamás habla de su jubilación. Normal. Pini Zahavi ha demostrado estar en plena forma. El verano pasado logró que el Paris Saint Germain desembolsara 222 millones de euros para que Neymar, uno de los jugadores más deseados del mundo, lograra salir del Barcelona. Este año se especuló con que repetiría la operación, pero saltando del Parque de los Príncipes al Bernabéu. Cuando vio que no era factible, Zahavi proclamó a los cuatro vientos que los mejores futbolistas, como es el caso de Messi, Cristiano y Neymar, no pueden, o no deben, jugar juntos. Pero este tahúr del fútbol escondía una carta. Estuvo en el Bernabéu el día del Real Madrid-Bayern y, cuando todo el mundo especulaba que estaba allí para allanar el camino a Neymar, es posible que estuviera negociando el fichaje de su último representado, Robert Lewandowski.

Dicen que su gran virtud es llevarse bien con todo el mundo. Él asegura que no es estrictamente un agente. Su cliente puede ser un futbolista, sí, pero también un club e incluso otro representante. Mientras el dinero llegue a su cuenta corriente, le da igual quién pague. Como aquella famosa operación con Neymar que le reportó un 'pellizco' de doce millones de euros. «El fútbol es un negocio», repite a cualquiera que se ponga romántico con esto del balompié.

Antes de convertirse en el hombre que todo lo consigue, en la figura más importante en los tejemanejes del fútbol, fue periodista deportivo en su país, Israel. Este hombre nacido en Nes Ziona, a 35 kilómetros al sudeste de Tel Aviv, trabajó en varios periódicos. Nunca más de cinco años. Aprovechaba cada partido, cada entrevista, cada campeonato, para mejorar sus relaciones, para hacer contactos. Siempre tuvo claro que no iba a estar toda la vida viviendo con el modesto sueldo de un redactor.

En 1979, siendo aún 'plumilla', se quedó atrapado en el aeropuerto de Heathrow en uno de sus viajes periódicos a Inglaterra. Allí topó con un dirigente del Liverpool. Lo abordó y le habló de un prometedor defensa israelí, Avi Cohen, quien, semanas más tarde, dejó el Maccabi para fichar por el Liverpool por 200.000 libras.

Un negocio redondo

  • Otros 'superagentes' Los cinco más influyentes son Jorge Mendes, Jonathan Barnett, Fernando Felicevich, Kia Joorabchian y Mino Raiola, un antiguo pizzero de Haarlem (Holanda) que se llevó 48 millones de euros de los más de 100 que pagó el Manchester United por Paul Pogba.

  • 251 millones de euros, según la federación inglesa, se gastó la Premier League en honorarios de agentes entre febrero de 2016 y enero de 2017, un 38% más que en el periodo anterior.

  • Mayores porcentajes La comisión de Mino Raiola es la demostración de que ya quedó atrás la época en que los agentes se llevaban un diez por ciento de las operaciones. Ahora estos porcentajes han aumentado enormemente debido a la 'inflación' que parece sufrir el fútbol.

  • 800 millones de euros es el valor de la cartera de clientes de Gestifute, la agencia de jugadores y entrenadores del portugués Jorge Mendes, que lleva a Cristiano Ronaldo y José Mourinho.

Su primer pelotazo tardaría. En 1988 se hartó del periodismo. «No quiero ser un pobre corresponsal deportivo», explicaría. Y en 1990, 11 años después de su primera operación -no había muchos israelíes para mercadear-, colocó en el Liverpool al delantero Ronnie Rosenthal, del Standard de Lieja.

Domina cuatro idiomas

Mientras, seguía tejiendo su red de contactos. Se hizo fuerte en Suramérica -logró representar al chileno Marcelo Salas- y siguió prosperando en la Premier, donde descubrió a Rio Ferdinand, al que convirtió en el defensa más caro de la historia. Aquellos negocios no cambiaron demasiado los hábitos de este hijo de comerciante con dos hermanas y un hermano, un reputado cardiólogo. Hace unos años vivía en un apartamento junto al mar, al norte de Tel Aviv, que compró por 230.000 euros. En Londres usaba un piso alquilado al lado de Hyde Park.

Su gran virtud son sus contactos. «Tengo muy buenas conexiones porque nunca defraudo a nadie en el mundo», explicó a un periodista de 'The Guardian' que le preguntó por qué había accedido a que le entrevistara. Zahavi le contestó que simplemente le había gustado su tono de voz, algo que valora mucho.

Su irrupción en el fútbol coincidió con una etapa de contratos disparatados. La inflación la motivó el millonario Roman Abramovich, que conoció a Zahavi en Moscú en 2001. Dos años después, el presidente del Chelsea, incapaz de pagar las nóminas, pidió ayuda al israelí para vender el club londinense. En abril de 2003 se llevó al ruso a ver un Manchester-Real Madrid; dos meses después Abramovich compró el Chelsea y ese verano gastó 127 millones de euros en fichajes. Seis se los llevó el israelí.

Zahavi, que habla hebreo, inglés, portugués y alemán, fue de los primeros en recurrir a los fondos de inversión para comprar jugadores. Así llevó a Tévez y Mascherano al West Ham. También se atrevió a comprar algún club modesto. La justicia, tras quedarse uno en Bélgica, le comunicó que su condición de agente se lo impedía. El israelí cogió y se lo vendió a su sobrino por 10 euros.

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