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Un grupo de manifestantes protesta ante los tornos, al grito de 'Venecia libre'. EFE
Venecia cierra sus puertas

Venecia cierra sus puertas

Los tornos de acceso podrían activarse ante la avalancha de 120.000 visitantes que se espera este Primero de Mayo

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Miércoles, 2 de mayo 2018, 12:36

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Prueba de fuego para los tornos instalados el sábado en los accesos desde tierra a Venecia para controlar el flujo de entrada de turistas. Se espera que entre 100.000 y 120.000 personas lleguen a la Ciudad de los Canales, casi el doble que en una jornada normal por tratarse de la festividad del Primero de Mayo. Se sumarán a los 54.000 habitantes de esta urbe que tiene en el turismo su principal negocio, pero también su mayor amenaza: hace tiempo que dejó de ser un lugar agradable para vivir para convertirse en una especie de parque temático.

Venecia, con sus 54.000 habitantes, recibe anualmente a 30 millones de personas. En un último intento por tratar de evitar el deterioro del centro histórico, el alcalde, Luigi Brugnaro, ordenó la instalación de dos barreras para regular el paso de personas en las inmediaciones de la estación ferroviaria de Santa Lucía: una en el Puente de los Descalzos y otra en la parte opuesta, a los pies del Puente de la Constitución. Concebida por el español Santiago Calatrava, esta última infraestructura tiene una historia bastante accidentada a sus espaldas por las caídas y resbalones que sufren habitualmente quienes la utilizan. La obra tampoco se libra del sobrecoste, ya que salió por el doble de lo proyectado.

Subida de precios

«Es la primera vez que se intentan regular los flujos en Venecia. Claramente, cometeremos muchos errores y tendremos muchas críticas, pero por ahora está funcionando todo a la perfección», señaló Luigi Brugnaro el sábado. En sus tres primeros días de vida, los tornos no se cerraron y solo sirvieron para poner en pie de guerra a un grupo de militantes antisistema. Al grito de 'Venecia libre', protestaron contra su instalación forcejeando con los miembros de la Policía Local para retirarlos. Consiguieron su objetivo durante unos minutos, hasta que los agentes volvieron a colocarlos. La escena acabó en nada, pero sirvió para que los medios se hicieran eco de la desesperación de una parte de los venecianos, obligados a 'exiliarse' de su propia ciudad por la subida brutal de los precios. Un incremento directamente ligado al turismo. «No somos una especie en vía de extinción», advertían los manifestantes en su pancarta.

Ante la marea humana que se espera hoy en Venecia, es posible que los tornos entren por primera vez en funcionamiento. Si la Policía considera que ha entrado demasiada gente al centro histórico, bloqueará el acceso a los visitantes y solo dejará pasar a los residentes, trabajadores y a quienes tengan una reserva en algún alojamiento. Entre los venecianos hay diversidad de opiniones. De hecho, no faltan quienes apoyan la decisión del alcalde, porque la consideran una forma de alejar el turismo de bajo coste. «Aquí queremos a visitantes ricos, que vengan al menos a pasar una noche», advertía una señora de mediana edad.

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