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Donald Trump Jr. (tercero por la izquierda, arriba) posa con sus compañeros de partida y solo, en la imagen de abajo. r. c.
El hijo de Trump, de caza en Teruel

El hijo de Trump, de caza en Teruel

El primogénito del presidente de Estados Unidos ha disfrutado de tres días de caza, sobre todo cabras monteses, en Teruel

DANIEL ROLDÁN

Domingo, 15 de abril 2018, 17:48

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Todo era información reservada. Se exigió la máxima discreción a todos los profesionales que trabajan en el hotel . Y, como en muchas series y películas de acción o espías, la operación se realizó a la perfección y sin incidentes. ¿Cuál era? La de llevar al hijo mayor del presidente de Estados Unidos, que también se llama Donald, hasta el hotel La Trufa Negra de Mora de Rubielos, localidad turolense de la comarca de Gúdar Javalambre. Junto al primogénito del inquilino de la Casa Blanca llegaron unas treinta personas, en su mayoría miembros de su equipo de seguridad aunque también le acompañaron algunos aficionados a la caza. No tuvieron ningún problema de sitio entre los 35 apartamentos y 39 habitaciones de los que dispone el complejo turolense.

Donald Trump Jr. pudo desarrollar en España una de sus mayores aficiones, como es la caza, y hacerse con una de las presas más codiciadas por los amantes de esta actividad: la cabra montés. La búsqueda de estos animales le llevó durante cuatro días por diferentes rutas a través de esta sierra turolense. Además de la localidad donde dormía, Trump estuvo en Gúdar, Alcalá de la Selva, Nogueruelas y Rubielos de Mora. Aunque la pista de su presencia en España la dio el propio Trump al publicar dos fotos en Beceite, en la comarca de Matarraña. En una se le aprecia junto a una casa de piedra. «Me han dicho que ha estado aquí desde hace siglos. No construyen cosas como antes», señala en las redes sociales el empresario neoyorquino, que tuvo como guías a dos cazadores profesionales españoles, Pablo Carol y Joaquín Vadillo, de Wild Hunting Spain, una firma que organiza partidas de caza mayor y menor. En un coto cinegético gestionado por esa empresa en Nogueruelas, logró cazar dos ejemplares de cabra montés.

Ellos también se han aplicado la ley del silencio, aunque sí desvelan dos pequeños detalles. Que disfrutó de la experiencia, y que es «muy buen cazador» y tranquilo. En el mismo sentido se expresó Sandra Pérez, gerente del hotel: «Es muy afable y agradable», destacó, abrumada por el interés que ha desatado la presencia de Trump y su séquito, que llegaron el sábado, aunque no supo precisar desde dónde. La embajada de Estados Unidos únicamente confirmó la llegada del ilustre cazador con 24 horas de antelación y pidió que se guardara el secreto. Ayer, a las 4.00 horas, se marchaba de vuelta a casa.

Trump se hospedó en una de las habitaciones, «como un huésped más», y no solicitó nada en especial. Además, no dudó en acudir a diferentes restaurantes de esta comarca del sur de Teruel para probar productos de la zona, como el ternasco, la trufa negra -esta región produce el 80% de la cosecha mundial de este apreciado producto- o el jamón de Teruel, y no se negó a posar. Para los Trump, Teruel existe.

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