Dónde y cómo reciclar los cigarrillos electrónicos o vapers

Los cigarrillos electrónicos o vapers están muy de moda. Los usan algunas personas en el proceso de dejar de fumar y otras tantas se aficionan a ellos por la variedad de sabores que hay. Son menos dañinos que el tabaco habitual, pero su consumo también tiene muchos otros riesgos. A pesar de todo están cada vez más a la orden del día y es necesario saber qué hacer con ellos cuando se agotan. ¿Pueden reciclarse? Lo cierto es que sí, pero no en los contenedores habituales.

El cigarrillo electrónico o vapeador está considerado como un residuo peligroso porque coniene una batería eléctrica. Es posible reciclarlo, pero se debe proceder de la forma correcta. En ningún caso se debe depositar en el contenedor amarillo, porque «ni el cartucho, ni la batería ni el aparato en sí es un envase doméstico», explica Ecoembes. Se deben reciclar de forma separada a otros residuos, de manera que se pueden tirar a puntos limpios y en las tiendas que los venden.

Según la Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo (UPEV), si se trata de cigarrillos desechables, se tira todo junto, mientras que si son recargables se pueden separar por partes. Las tiendas especializadas en cigarrillos electrónicos deben tener contenedores especiales para depositar cada parte y componente y proceder a su reciclaje. De hecho, todos los establecimientos con una superficie destinada a la venta de aparatos eléctricos y electrónicos con un mínimo de 400m2 «están obligados a la recogida de los RAEE muy pequeños de modo gratuito», señalan.

Por tanto, se pueden depositar tanto en estos contenedores específicos como en el punto limpio de cada municipio, intentando separar la batería del dispositivo si es posible para facilitar la reciclabilidad. Esta va acompañada por un tanque de líquido y un pequeño mecanismo electrónico cubierto por una carcasa de plástico o metal, según el modelo, y todas las partes se pueden reciclar.

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