Lejía, amoniaco, salfumán... los productos de limpieza que nunca deberías mezclar

Lejía + Amoniaco: esta mezcla es altamente peligrosa. Según 20 Minutos los vapores que genera pueden dañar las vías respiratorias. Además, la sustancia derivada es tan explosiva que pude producir fuegos espontáneos.

Salfumán o Aguafuerte + Lejía: tanto si empleamos salfumán o aguafuerte la reacción es la misma. La reacción química que resulta produce gases tóxicos que provoca desmayo e incluso parada cardiorrespiratoria.

Lejía + Vinagre: la tos, el mareo, daños en los ojos o en los pulmones son los efectos de la exposición a los gases tóxicos que produce esta mezcla.

Lejía + Alcohol en gel: el cloroformo y el ácido muriático al que dan lugar pueden dañar el sistema nervioso, el hígado, los ojos, los pulmones, los riñones y la piel. También puede derivar en náuseas, mareos, pérdida de conciencia o incluso la muerte.

Bicarbonato de sodio + Vinagre: es muy común combinarlos para sustituir a otros productos de limpieza pero generan una sustancia muy explosiva que agrava sus consecuencias si se emplea en lugares cerrados o con poca ventilación.

Vinagre + Agua oxigenada: el ácido paracético resultante irrita y daña la piel, los ojos, la garganta, la nariz y los pulmones.

Productos de limpieza de diferentes marcas: las fórmulas utilizadas por cada marca son distintas por lo que, al juntarlas, causan reacciones inciertas.

Amoniaco + Blanqueador: si inhalamos la cloramina, el gas tóxico que produce, podemos tener problemas respiratorios y quemaduras en la garganta.

Lejía + Otros productos: cuando la lejía se une al limpiacristales, limpiadores para váter o detergentes para lavavajillas se produce el gas cloro, que causa problemas respiratorios y oculares.

Desatascadores: si el limpiador de desagüe no logra desatascar el inodoro, no debemos mezclarlo con otro para potenciar el efecto porque derivará en una reacción nociva para la salud.