Secciones
Servicios
Destacamos
C. García
Jueves, 7 de septiembre 2017, 08:47
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
El efecto del verano en nuestro cuerpo deja una sensación agridulce. Por un lado, bien, tenemos la piel más bronceada y el nuevo color de cara parece que incluso nos sienta bien. Por el otro, esos michelines no estaban en junio y, una mala noticia, los pantalones vaqueros que te aprietan ahora no han encogido. Exacto, hemos cogido unos kilos de más, irremediable, muy las cervecitas, los cócteles y los aperitivos infinitos terminan pasando factura.
Septiembre es el nuevo enero, un mes en el que nos marcamos retos, como apuntarse al gimnasio, comer sano... A continuación te presentamos el método australiano, para conseguir quitarse esos kilos que el verano nos ha puesto encima, que viene a poner en práctica lo que el refranero popular ya reza: «Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo».
1- Desayuna hasta hartarte
Puedes elegir un par de huevos, un yogur griego o un batido de proteínas. Lo importante es conseguir saciarte para toda la mañana. Estudios demuestran que consumir 20 gramos de proteínas por la mañana ayuda a controla la insulina en sangre, la hormona que regula el metabolismo de las grasas en el cuerpo.
De hecho, recientemente se averiguó que comer chocolate por las mañanas también tenía un efecto beneficioso durante el día. Consumir este alimento ayudaba a controlar la cantidad de grasa que quemaba el cuerpo.
Ahora bien, los expertos aseguran que el desayuno debe hacerse una hora después de levantarse. De este modo habremos quemado bastantes calorías durante ese tiempo y saciaremos el hambre hasta la próxima comida.
2- Marca un horario para las comidas
Siempre se ha dicho que no es bueno comer entre horas, y así es. Picotear cada vez que tengas hambre no ayuda nada al metabolismo y a la forma de quemar grasas del cuerpo. Hay que marcar un horario exacto para las comidas y cumplirlo religiosamente. Algunos estudios han demostrado que adelantar un poco las comidas más importantes también ayuda a adelgazar. Por ejemplo, desayunar entre las 7 y 8 comer entre las 12 y las 13, y cenar a las 18 o 19.
3- Cena muy poco
Esta comida es la que el cuerpo peor digiere, por lo que no se lo pongamos más complicado. Por la noche el cuerpo descansa y la digestión se hace mientras dormimos. Será mejor cenar ligero y evitar que se almecenen muchas grasas. Tomar una comida ligera y baja en calorías no demasiado tarde es una manera fácil de perder unos cuantos kilos rápidamente
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.