¿Qué pasa si acabas de comprar un coche diésel?

Subida del precio en las gasolineras, demonización por sus supuestos índices altos de contaminación... el coche diésel no pasa por su mejor momento y así lo demuestra la venta de modelos de este tipo de combustible, que ya ha sido superado por las versiones de gasolina. Algunos ayuntamientos, además, han dejado caer que empezarán por los coches diésel a la hora de limitar la circulación en el centro de las ciudades por altos índices de contaminación, cuando la realidad es que todos estos estigmas solo afectan a vehículos más antiguos, ya que los nuevos diésel han logrado igualar sus emisiones con los coches de gasolina. Los coches diésel fabricados actualmente emiten un 30% menos de CO2 y un 85% menos de dióxido de nitrógeno que los turismos de hace 10 años.

Según datos de Trive, una empresa de asesoramiento en la compra de vehículos, todos los carburantes contaminan, ya que es algo que va ligado directamente al proceso de combustión. La gasolina emite gases CO2, culpables de problemas como el efecto invernadero y el cambio climático, mientras que el diésel emite también óxido de nitrógeno, que es el que causa nubes tóxicas que hacen irrespirable el aire de las ciudades. La evolución de los motores diésel ha conseguido que estos reduzcan considerablemente la cantidad de emisiones de partículas de carbono, por lo que actualmente, la diferencia entre la contaminación de un combustible u otro es menos significativa.

Si acabas de comprar un coche diésel y te estás planteando qué va a pasar con este escenario que se plantea, debes saber que todos los que se han fabricado cumplen con la normativa Euro 6 sobre contaminación. Existe un proceso de transición ecológica, pero lo cierto es que solo un 1,4% de los vehículos en el mercado son eléctricos y 5% de combustibles alternativos, por lo que este proceso no afectará ni a la industria ni a los coches de diésel actuales, así como tampoco a los clientes que adquieran uno.

La normativa Euro 7, que entrará en vigor en 2020, realmente no afectará solo al diésel, sino que lo hará con todo tipo de combustibles con el objetivo de enforcar el mercado al del coche eléctrico. No existe, eso sí, ningún calendario exacto y los expertos dudan que este plan se ponga en marcha antes de 2030, dado que los fabricantes necesitarán dar salida al stock y necesitarán tiempo para adaptar sus nuevos diseños al modelo ecológico.

Es cierto que el Gobierno de España ya ha anunciado su intención de subir el impuesto al diésel, pero lo que va a pasar en realidad es que se va a equiparar con el que tiene la gasolina.

Respecto a las restricciones en ciudades, se espera que este tipo de control de vehículos se haga mediante las etiquetas medioambientales de la Dirección General de Tráfico (DGT), por lo que también afectará a los vehículos de gasolina y en realidad la imposibilidad de circular por las ciudades estará más relacionada con la antigüedad del vehículo que con el tipo de combustible del mismo.

Sí será importante tener en cuenta que la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) se centrará mucho a partir de ahora en el control de emisiones -de dióxido de nitrógeno en diésel y de CO2 en gasolina-, aunque por el momento, según la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos, no existen normas establecedidas respecto a las emisiones de los coches diésel y posiblemente cuando se establezcan ocurrirá como en los anteriores puntos mencionados: la clave será más la antiguëdad del vehículo que el tipo de motor de combustión que lleve.