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Murcia
Domingo, 31 de mayo 2020, 21:39
El Día Mundial del Medio Ambiente se celebra en este 2020 de una manera diferente debido al impacto de la Covid-19. Las ciudades no se van a llenar esta vez de actividades para poner en valor el desarrollo medioambiental sostenible, creando la habitual red en todo el mundo que promueve las Naciones Unidas. Pero, no obstante, desde la Organización han desarrollado alternativas para que desde casa se sigan promoviendo conductas respetuosas, se conozca la realidad de todos los territorios en cuanto a la situación del medio ambiente y se avance hacia un futuro verde.
Así, organizaciones de todo el mundo e instituciones han creado iniciativas propias para recordar la necesidad de cuidar el entorno y favorecer que las nuevas generaciones sigan disfrutando de este tesoro.
'La hora de la naturaleza' es el lema elegido este año para este día internacional, con el fin de dar a conocer los vínculos que conectan a todos los seres vivos de la Tierra y cómo actuar #PorLaNaturaleza. Tal y como informa la ONU en su web, sin los servicios de la naturaleza no sería posible la vida en el planeta: ni los alimentos que se comen, el aire que se respira ni el agua que se bebe. Como ejemplo, cada año, las plantas marinas producen más de la mitad del oxígeno de la atmósfera, y un árbol es capaz de limpiar el aire absorbiendo 22 kilos de dióxido de carbono y liberando oxígeno a cambio. Sin embargo, a pesar de esto, todavía son muchas las acciones irrespetuosas con el entorno que requieren seguir trabajando por un medio ambiente en su máximo esplendor, siendo el Día del Medio Ambiente el momento idóneo para recordarlo y ponerlo en valor.
De hecho, es la fecha más importante en el calendario oficial de las Naciones Unidas para fomentar la acción ambiental. Desde 1974, el 5 de junio se ha convertido en una plataforma global de alcance público que reúne a gobiernos, empresas, celebridades y ciudadanos en torno a un asunto ambiental apremiante. Porque conseguirlo es asunto de todos los sectores que influyen en la sociedad, porque hay que implicar a toda la población en al conservación del planeta.
En este 2020 el tema es la biodiversidad, ya que eventos recientes como los incendios forestales sin precedentes en Brasil, California y Australia, la invasión de langostas en el Cuerno de África y ahora la pandemia de la Covid-19 demuestran la relación inextricable entre los humanos y las redes de la vida. La biodiversidad es la base que sustenta toda la vida en la tierra y debajo del agua. Tiene relación con todos los aspectos de la salud humana. Proporciona agua y aire limpios, alimentos nutritivos, conocimiento científico y fuentes de medicamentos, resistencia a enfermedades naturales y mitigación del cambio climático. Cambiar o eliminar un elemento en esta intrincada red afecta todo el sistema de vida y puede producir consecuencias negativas.
Las Naciones Unidas destacan datos importantes para tomar conciencia de qué es la biodiversidad, que abarca aproximadamente 8 millones de especies del planeta, y cómo se vea alterada. En este aspecto, en los últimos 150 años la superficie de arrecifes de coral vivos se ha reducido a la mitad y en la próxima década, una de cada cuatro especies conocidas podría extinguirse. Por eso, para tomar conciencia, en la web de las Naciones Unidas no solo se ofrece información y datos para actualizarse sobre el impacto de la actividad humana en el medio ambiente, sino que ha puesto en marcha un juego con preguntas para que los usuarios puedan comprobar cuánto saben de la naturaleza y los problemas que afectan a la misma en los diferentes territorios.
Para proteger el medio ambiente, los Objetivos de Desarrollo Sostenible están siendo una brújula para guiar al futuro y, sin irse muy lejos, a la Agenda 2030. Así, el 25 de septiembre de 2015 los líderes mundiales adoptaron un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible. A través de 17 objetivos para las personas y para el planeta, cada uno de ellos con metas concretas, se busca que tanto gobiernos como sector privado, sociedad civil y personas individuales hagan su parte.
Ahora, con los últimos diez años hasta conseguir los objetivos, se ha instado a los líderes mundiales a intensificar las iniciativas para llegar a las personas más rezagadas, apoyar la acción y la innovación a nivel local, fortalecer las instituciones y los sistemas de datos, reequilibrar la relación entre las personas y la naturaleza, y obtener más financiación en favor del desarrollo sostenible.
En la actualidad, administraciones y empresas están poniendo en marcha multitud de acciones para acercarse a estos objetivos, contribuir a cuidar el medio ambiente y frenar el cambio climático, invirtiendo recursos, esfuerzos e ilusión; reconvirtiendo su actividad y fomentando, a través de la responsabilidad social corporativa, acciones que contribuyan a compensar el impacto de su actividad en el entorno. Revisan cómo obtener energía de forma más sostenible, hacen uso de nuevos materiales que eliminen el plástico y que sean biodegradables y dan nueva vida a los residuos para minimizar el impacto ambiental. Porque una de las grandes metas es cambiar la visión de los residuos como basura y como algo inservible para darle valor.
En este último aspecto, el reciclaje es un factor clave, con la correcta separación de los materiales a reciclar y el tratamiento y recuperación de envases para poder transformarlos posteriormente. Además de la necesidad de hacer un consumo responsable para evitar desperdicios y reducir los efectos nocivos en el medio ambiente, está el concepto de economía circular, que se posiciona como intersección de aspectos ambientales, económicos y sociales, teniendo en cuenta que la línea de fabricar productos de nuevo uso ha alcanzado sus límites y que hay recursos naturales y combustibles fósiles que comienzan a agotarse. Se presenta así un nuevo modelo de negocio que optimiza los flujos de materiales, energía y residuos para una mayor eficiencia. Los residuos de unos se convierten en recursos para otros y los productos se diseñan para ser deconstruidos. Nuevas materias primas que avanzan hacia un futuro más sostenible.
No hay que olvidar las energías limpias, aprovechando, especialmente en la Región de Murcia, las horas de sol, con la instalación de plantas de placas solares; el cambio de flota de vehículos para que los desplazamientos se acerquen a las cero emisiones –especialmente en el sector de los transportes y la logística–; la apuesta por la tecnología y la innovación para reconvertir la industria y que los procesos de producción sean más eficientes y resupetuosos,así como las ayudas sociales para contribuir al bienestar de los colectivos vulnerables, siendo este último un valor que se ha puesto en énfasis en esta crisis sanitaria mundial, respaldando el abastecimiento de productos de primera necesidad.
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