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Ricardo Bofill posa ante el Hotel Vela. EFE

Ricardo Bofill, un genio rebelde de la arquitectura, muere a los 82 años

Expulsado de la escuela de Arquitectura de Barcelona, se licenció en Ginebra y se consagró como un gran arquitecto internacional

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Viernes, 14 de enero 2022, 14:30

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Ricardo Bofill Levi, fallecido este viernes a los 82 años en su Barcelona natal, fue un arquitecto díscolo, rebelde, e internacional. Nacido el 5 de diciembre de 1939, lo echaron de la Escuela de Arquitectura de Barcelona por razones políticas, pero se consagró pronto como un genio rebelde de su oficio. Se montó un estudio taller de arquitectura en Sant Just Desvern y epató a la profesión mucho antes de poder titularse e Suiza, graduándose en Urbanismo y Arquitectura en la Haute École du Paysage, d'Ingénierie et d'Architecture y protagonizar una brillante carrera con casi un millar de obras en 40 países.

Se había matriculado en la ETSAB en el año 1957 en plena de dictadura franquista, y ese mismo año el joven Bofill fue detenido y expulsado de la Universidad no pudiendo cumplir su deseo de estudiar Arquitectura en la escuela de su ciudad natal. Bofill fundó en 1963 el Taller de Arquitectura con un equipo multidisciplinar formado no solo por arquitectos, sino también por otros profesionales y artistas como el crítico literario Salvador Clotas, el poeta José Agustín Goytisolo o la economista Julia Romea.

Su padre, Emilio Bofill y Benessat, era arquitecto también, y fue sido socio estudiante del Grupo de Arquitectos y Técnicos Catalanes para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea (GATCPAC).

En Sant Just Desvern , localidad cercana a Barcelona, destacó con un edificio de viviendas que se llama 'Walden 7' qué rompió moldes en 1975 y marcó el inicio de una brillante y marginal carrera que acabaría siendo canónica con grandes obras en Francia, cómo les Arcades du Lac y la Ville Nouvelle, además diseñó barrios como Echellez du Barroc en París, o Antigone en Montpellier.

También hizo viviendas sociales en Argel, diseñó la sede de Shiseido en Ginza, el edificio más caro de Tokio o la sede Cartier en París. En Chicago alzó el emblemático rascacielos llamado 77 West Wacker en 1992, además de diseñar torres en Luxemburgo, Casablanca o Beirut.

En Madrid es autor del Palacio de Congresos en el Campo de las Naciones de Madrid. En su Barcelona natal firmó la T1 del Aeropuerto de El Prat y el contestado Hotel W, también llamado Hotel Vela en la playa de la ciudad Condal, una mole de acero y vidrio en forma vela que se alza sobre el mar Mediterráneo, y del Teatro Nacional de Catalunya, que se sitúa frente al Auditorio Nacional de Rafael Moneo.

También diseñó los jardines del Túria, en Valencia o parte del parque lineal del madrileño Manzanares en Madrid. Unos proyectos obras obligatoria mención en los anales de la arquitectura de las últimas cinco décadas, como la Universidad Mohammed VI con sedes en Ben Guerir y Rabat.

La Universidad Politécnica de Cataluña, le invistió el año pasado como doctor 'honoris causa' en reconocimiento a su trayectoria en diferentes estilos arquitectónicos contemporáneos, tanto de obra urbana como de vivienda.

Bofill mereció numerosos premios y distinciones, como el Vittorio de Sica Arquitecture Prize y la distinción honoris causa por las universidades de Hamburgo, en Alemania, y Metz, en Francia. Además, ha sido galardonado por la Ordre des Arts et des Lettres de París, en Francia; la Académie Internationale de Philosophie de l'Art de Berna, Suiza, la American Society of Interior Designers de Nueva York y la Cruz de Sant Jordi, entre otros.

Fue el padre de Ricardo 'ricardito' Bofill, que acabó también titulándose en arquitectura después de protagonizar una vida de conflictos y amroríos en las revistas del corazón. No en vano fue el primer esposo de Chábeli Iglesias, la hija de Julio Iglesias e Isabel Preysler

Para despedir a Bofill, los días 26 y 27 de enero se celebrará un acto en el que amigos, allegados y admiradores podrán acudir a la emblemática sede del estudio para rendirle homenaje.

El ministro de Cultura, Miquel Iceta, lamentó la muerte «del arquitecto barcelonés más internacional». «Descanse en paz. Su obra le mantendrá siempre vivo en nuestro recuerdo», ha afirmado Iceta en Twitter.

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