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Ixone Díaz Landaluce
Martes, 12 de diciembre 2017, 10:55
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Primer día de clase. El profesor de Matemáticas entra en el aula erguido, con paso decidido, mirando a los ojos. No sonríe, pone los brazos en jarra y las piernas separadas. Antes de despegar los labios, sus alumnos ya saben a quién tienen enfrente. Les ha tocado un ‘hueso’. Toda esa información, esa radiografía exprés, es fruto de nuestra íntima relación con el lenguaje no verbal, fundamental en la comunicación humana. De hecho, en los años sesenta, el famoso profesor de psicología de la Universidad de California Albert Mehrabian publicó un revolucionario artículo que sostenía que la comunicación humana está basada en un 55 por ciento en el lenguaje corporal, en un 38 por ciento en la voz (el tono, las pausas…) y solo en un 7 por ciento en el mensaje que verbalizamos.
¿Pero cómo construimos nuestra colección personal de gestos? «Hay una parte innata y otra adquirida. La risa, la expresión de miedo o ira vienen ‘programadas’ de serie. Pero muchos gestos que hacemos son aprendidos a partir de los modelos que tenemos en casa, en la escuela o en los medios», dice Teresa Baró, experta en comunicación y autora del libro La gran guía del lenguaje no verbal.
Y ¿somos exactamente lo que dice nuestro lenguaje no verbal de nosotros? Sigue leyendo el reportaje completo en el suplemento de La Verdad XL Semanal
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