Borrar
Urgente Un terremoto de 2,6 grados sacude Murcia y alarma a los vecinos
La clave está en la cintura; nuestro contorno no puede ser superior a la mitad de la altura si queremos tener un peso adecuado. r. c.

La gordura ya no es lo que era

Expertos cuestionan la fiabilidad del Índice de Masa Corporal a la hora de declararnos obesos

IRMA CUESTA

Miércoles, 16 de mayo 2018, 11:02

Comenta

Toda la vida cruzando los dedos cada vez que el médico nos anunciaba que se disponía a calcular nuestro Índice de Masa Corporal (IMC) porque del resultado de la famosa fórmula dependería salir de allí en busca de un nutricionista, y ahora resulta que no es concluyente; o lo que es lo mismo, que uno puede tener un IMC por encima de lo se considera adecuado y, sin embargo, estar hecho un adonis. Tras décadas en las que el método ha sido una suerte de prueba irrefutable de nuestro exceso de peso, algunos expertos cuestionan su fiabilidad. Basado en la altura y el peso, el IMC no solo no tiene en cuenta que la grasa pesa menos que los músculos, sino que no valora los lugares donde esta acumula.

Una de las defensoras de esa teoría que echa por tierra nuestra fe -casi ancestral- en ese indicador como oráculo del nivel de adiposidad es la profesora de Nutrición y experta en obesidad de la Universidad de Barcelona Laura Isabel Arranz. La doctora afirma que calcular la ratio entre la altura y el perímetro de la cintura es mucho más efectivo que determinar el IMC y que, en una persona sana, el perímetro de la cintura debería ser ligeramente inferior a la mitad de su altura. «Está claro que el IMC no es el dato que más información proporciona sobre el exceso de peso, entendiéndolo como exceso de grasa. Desde luego que nos da una idea, sobre todo en un individuo adulto no deportista, pero hay otras maneras de manejar más información. Puedes tener alto el IMC porque estás musculado o eres especialmente fibroso pero no padecer exceso de grasa. O, al contrario, ser una persona tirando a delgada pero en tu delgadez tener más grasa de la que deberías», explica la dietista nutricionista.

Alineada con la utilización del llamado Índice Cintura-Altura (ICA), Arranz mantiene que se trata de la manera más rápida y segura de diagnosticar un exceso de grasa en un lugar en el que, además, resulta particularmente poco recomendable acumularla. «Incluso es más motivador para el paciente. Ajustar el IMC es lento. Sin embargo, cuando uno toma esa otra referencia, la de altura y cintura, puede ver cómo, con cierta rapidez, se va acercando a los parámetros deseables si toma las medidas adecuadas».

«Puedes tener alto el IMC porque estés musculado, pero no padecer exceso de grasa»

Aun así, Laura Isabel Arranz entiende que se sigan echando cuentas con nuestra altura y peso porque, obviamente, si el IMC es alto es posible que estemos acumulando grasa donde no deberíamos y el riesgo de padecer determinadas enfermedades se multiplicará por mil. Por eso, si alguien cree que en el próximo reconocimiento médico pasarán por alto su IMC, se equivoca. Especialmente después de conocer que un estudio de un grupo de investigadores de la Universidad de Granada sobre una muestra de 60.000 personas concluye que el IMC es un predictor casi infalible de riesgo futuro de morir por enfermedad cardiovascular.

El predictor más potente

En su trabajo, los autores se plantearon si realmente una medida precisa de la grasa corporal sería un predictor más potente de mortalidad por causa cardiovascular que el simple, barato y rápido de medir el Índice de Masa Corporal. Para sorpresa de muchos, el resultado fue justo lo opuesto: el IMC constituye un indicador significativamente más valioso que el porcentaje graso en la predicción del riesgo de degeneración cardiovascular. Incluso cuando el análisis se restringió a la mitad de la muestra (30.000 personas) con estimación de la grasa corporal medida por el método de referencia del pesaje histrostático, extremadamente caro y complejo, el IMC se reveló como el mayor predictor de mortalidad.

Al preguntar a Francisco Ortega, el científico que ha estado al frente de la investigación, cómo es posible que el IMC prediga mejor las enfermedades cardiovasculares que indicadores precisos de la cantidad de grasa que acumula una persona, la respuesta fue en términos de «hipótesis posible»: que no solo grandes cantidades de grasa se asocian con mayor riesgo, sino quizás también grandes cantidades de músculo o masa no grasa. El hecho es que la fórmula que propuso por primera vez el patriarca de la estadística Adolphe Quetelet en el año 1832 se sigue usando en todo el mundo para definir cuando una persona tiene sobrepeso (IMC≥25kg/m2) u obesidad (IMC≥30kg/m2). Es lo que hay.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad La gordura ya no es lo que era

La gordura ya no es lo que era