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Los abrazos.... se echan de menos en tiempos de pandemia. r. c.
El abrazo «imprescindible»

El abrazo «imprescindible»

21 de enero, día del abrazo ·

Una profesora de Psicología dice que estas pruebas de afecto suben la autoestima, reducen el estrés y disminuyen la sensación de dolor

J. A. G.

Miércoles, 20 de enero 2021, 13:28

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Los abrazos, que tanto echamos de menos en estos tiempos asépticos marcados por la pandemia, son imprescindibles para nuestro «equilibrio emocional». Lo sostiene la profesora del Grado de Psicología en la UIC Barcelona, Paloma Alonso-Stuyck, que certifica las bondades de esta manifestación de afecto: mejora la autoestima, reduce el estrés, fortalece el sistema inmunológico, disminuye la sensación de dolor y sube el estado de ánimo. Por eso, a falta de poder darlos a amigos y familiares que no viven con nosotros, recomienda fomentarlos con las personas convivientes. Aunque el regalo del abrazo es «insustituible», Alonso-Stuyck cree que es posible manifestar la cercanía con las personas a través de otros gestos, como «expresarles que se les quiere o desdramatizar la situación introduciendo el sentido del humor».

Con motivo del Día Internacional del Abrazo, que se celebra mañana 21 de enero, Alonso-Stuyck ha recomendado fomentar los abrazos en casa porque tienen «un estatus propio, insustituible«, especialmente en un momento de «distancia social en el que nos sentimos raros, parece que nos falta la energía».

«Los bebés necesitan la suavidad del contacto físico más que el alimento»

No obstante, ha asegurado que fuera del núcleo de convivencia es posible manifestar la cercanía con otros gestos, como por ejemplo interesarnos en acompañar a la gente en sus batallas diarias, decirles que se les quiere o introducir el sentido del humor para quitar hierro a las cosas. «Reír juntos es una terapia poderosa», dice la profesora.

El abrazo de los niños

La profesora de Psicología también se ha referido a la importancia del abrazo en la etapa infantil. En este sentido, ha explicado que «al inicio de la vida conocemos a través de las sensaciones y los movimientos, entendemos el mundo y a nosotros mismos emocionalmente a través de toda la superficie corporal». Por ello, en su opinión, los bebés «necesitan la suavidad del contacto físico más que el alimento», ya que «el calor humano forma parte del proceso de apego».

Los abrazos y el modo de expresar el afecto, según la psicóloga, son clave en el desarrollo de la personalidad de los niños. «Son ilustrativas las experiencias de los niños que pasaron la primera etapa de su vida en hospicios, sin ternura afectiva«, recuerda Alonso Stuyck, quien ha dejado claro que, a pesar de ello, »se pueden superar esas experiencias tempranas«.

Mientras tanto, y a falta de poder plasmar esta preciosa forma de cercanía y cariño, aprovecho para mandarles... un abrazo.

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