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La Santa Cena, en un momento de la procesión de este Viernes Santo. N. García / AGM

Los 'Salzillos' llenan de arte el Viernes Santo murciano

Las agradables temperaturas animan a miles de personas a presenciar el cortejo 'morao', que volvió a convertir las calles de la capital en un auténtico museo al aire libre

EP

Viernes, 30 de marzo 2018, 15:26

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A las ocho de la mañana salió de la Iglesia de Nuestro Padre Jesús Nazareno, propiedad de la cofradía, una de las procesiones más representativas y conocidas gracias a las obras de arte que realizara el escultor murciano del siglo XVIII Francisco Salzillo Alcaraz, 'La Mañana de Salzillo', Bien de Interés Cultural de carácter Inmaterial (BIC).

En una mañana de primavera, los nazarenos 'moraos' volvieron a convertir la ciudad de Murcia en un auténtico museo al aire libre. Las agradables temperaturas animaron a miles de personas a presenciar el cortejo.

Más de cuatro mil nazarenos, entre penitentes, mayordomos, estantes, promesas y secciones de bocinas, vistieron la túnica morada y muchos de ellos caminaron descalzos a lo largo de más de ocho horas de procesionar por las calles murcianas.

La procesión tuvo momentos muy intensos, como puede ser la salida del templo, el paso por la calle San Nicolás, donde, incluso, los espectadores tienen que levantarse de las sillas para que los pasos puedan discurrir. El entorno del convento de las Agustinas o, ya con las primeras horas de la tarde, ver la recogida de nuevo en la plaza San Agustín, con la dificultad que entraña su entrada en el templo.

Cuenta con nueve pasos: La Santa Cena (1763), La Oración en el Huerto (1754), El Prendimiento (1763), Los Azotes (1777), La Verónica (1755), La Caída (1752), Nuestro Padre Jesús Nazareno (1600), San Juan (1756) y La Dolorosa (1755). Todas las obras son de Francisco Salzillo, excepto Nuestro Padre Jesús Nazareno, que es anónima.

A lo largo de cuatro siglos, la procesión de Jesús ha ido cambiando con el tiempo, desde sus origenes modestos, pero vinculados a la devoción al Nazareno.

Se dice que el siglo XVIII es el siglo de oro de la Cofradía, y, sin duda, así es, porque las viejas "insignias" o escenas de la Pasión del señor que acompañaban al Nazareno por las calles de Murcia durante los primeros años, fueron sustituidas por los pasos que Salzillo realizó para esta procesión. Al mismo tiempo, los nazarenos construyeron su propia iglesia, la de Jesús, privativa de esta institución.

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