Murcia se rinde a los 'salzillos' en otro Viernes Santo mágico
La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno ilumina las calles de la capital y vuelve a convertir la ciudad en un auténtico museo arropado por una multitud de espectadores
Con los nervios a flor de piel, pero la ilusión por las nubes. Con la emoción desbordada y las ganas intactas. En el interior y fuera de la Iglesia de Nuestro Padre Jesús de Murcia. Es Viernes Santo, día especial en la Semana Santa de la capital. El reloj marcaba las 8.00 horas de la mañana y la ciudad estaba a punto de teñirse de morado y convertirse en un auténtico museo. Dejen paso a los 'salzillos', abran paso a La Santa Cena.
Las calles de Murcia volvieron a 'abrazar' la procesión de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, quizás la más esperada de cada Semana Santa y una de las más emblemáticas de la capital. Los 'salzillos' regresaron un año después para iluminar una ciudad que se viste de gala para vivir el día más especial antes de empezar a despedir este periodo del año.
La procesión de los 'salzillos' de Murcia, en detalleVer 34 fotos
La espera hasta otro Viernes Santo se hizo larga, sobre todo las horas previas. «Cuando ves la túnica y el capirote preparados en la silla la noche antes sientes un nudo en el estómago; sabes que te queda poco para disfrutar de la mañana más bonita de la Semana Santa y del año», confiesa Antonio Nicolás, penitente. Su sonrisa camufla los nervios, quizás el sueño, pero no las ganas de recorrer Murcia acompañado de los suyos: «No hay un día igual que este», subraya.
En el exterior del templo, la impaciencia y el deseo se fundían entre los vecinos. Dentro, el nerviosismo entre penitentes y portapasos se palpaba en el ambiente. Pocos segundos pasaban de las 8.00 horas cuando el primer estandarte, precedido de las primeras bocinas, abrió de una vez las puertas. El barrio de San Andrés dio una calurosa bienvenida a los primeros nazarenos 'moraos' y a La Santa Cena, primer paso de los 'salzillos'. Desde ahí, la procesión enfiló el barrio de San Andrés con el deseo de volver a saborear la gloria de enseñar las ocho imágenes del escultor Francisco Salzillo y el paso que es de autor anónimo.
Los tambores pusieron el ritmo en la mañana 'morá'. Se acabaron los ensayos, era el momento de entrar en escena. «Es un orgullo y sentimos una ilusión tremenda. Cada golpe representa la burla que le hacían a Jesucristo de camino a la cruz en el monte de los romanos. Cada año hay más ganas de que llegue este día, que no se puede comparar con nada», asegura un Pedro Martínez que no suelta su tambor.
Murcia madrugó con gusto este viernes. El frío de las primeras horas del día no era problema, había cómo combatirlo. Los que se acercaron a la puerta de la iglesia privativa pudieron disfrutar de un chocolate caliente en la plaza San Agustín, donde se instalaron unas barras para endulzar aún más la mañana y subir la temperatura. El sol no tardó en aparecer, tampoco quería perderse la cita. Y con él, poco antes de las 8.30, La Santa Cena, el primero de los pasos, que fue arropado por los aplausos de los allí presentes.
Debajo de las túnicas se esconden tradiciones familiares imposibles de romper. Es el caso de Inés Bermejo, una penitente que sale todos los años con sus padres y este lo hace con su tía: «Lo vivimos con mucha ilusión y mucha espera. También con algo de nervios por la meteorología, pero es un día especial». Casi todos esperan con emoción el paso por la Catedral, pero existen otros rincones de la ciudad especiales que teñir de morado: «El paso por la calle San Nicolás es mi momento favorito, algo único. Apenas hay espacio para los pasos y la gente se pone de pie. Observar las caras cuando miran al Cristo es muy emocionante», añade Inés.
Pequeños, jóvenes y mayores, la mayoría preparados con teléfono en mano para inmortalizar el momento y capturar la mejor imagen 'morá', abarrotaron la plaza San Agustín, primer enclave de Murcia que recibió a penitentes, banda y los encargados de llevar sobre sus hombros -y en el corazón- los 9 pasos. Desde ahí, la procesión continuó por la calles Arrixaca, Sagasta y Pilar antes de poner rumbo a San Pedro.
Frente a las puertas del templo se dieron cita numerosas personalidades, entre ellas, el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, el alcalde de la capital, José Antonio Serrano, el presidente de la Asamblea Regional, Alberto Castillo, y el consejero Marcos Ortuño.
Como cada año, uno de los momentos más emocionantes se vivió en la plaza Cardenal Belluga, que presentaba un gran ambiente. Junto a la Catedral, en el Palacio Episcopal, se encontraba el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, que siguió muy de cerca la procesión a su paso por este punto de la ciudad. Muchos aprovecharon para inmortalizar el momento de ver La Santa Cena a los pies de la Catedral.
El clima, tantas veces un enemigo en Viernes Santo, acompañó para ponerle algo más de magia a la jornada. Un sol que iluminaba cada escultura de Francisco Salzillo y cada detalle de los penitentes y una sensación térmica algo más fresca de lo esperado hicieron que las principales vías de Murcia presentaran un aspecto inmejorable. La ocasión lo merecía.
La jornada prometía y cumplió todas las expectativas. Desde el principio y hasta el final, donde miles de personas se dieron cita para disfrutar, también, con la entrada de los tronos a la iglesia, uno de los momentos más emocionantes. Los 'salzillos' vuelven a conquistar los corazones y a teñirlos de morado. Un Viernes Santo difícil de superar... hasta 2024.