Un ángel sobre el paso y otro a pie para la 'Oración en el huerto'
Pilar Bernal, joven afectada por un raro síndrome, estrenará la distinción de Nazarena del Año durante su desfile en la 'Mañana de Salzillo'
«Al cabo de andas del paso de la Oración en el Huerto le gusta decir que ahora llevamos con nosotros dos ángeles». Tres años tuvo que esperar Diego para ver a su hija Pilar desfilar en la 'Mañana de Salzillo', la procesión más emblemática de la Semana Santa murciana. La lluvia impidió que el cortejo de Nuestro Padre Jesús Nazareno saliera a la calle en 2019 y la irrupción de la pandemia obligó a aplazar este simbólico momento un par de años más. Pero finalmente, el Viernes Santo del año pasado la nazarena «más feliz» de la Cofradía pudo cruzar las puertas de la Iglesia de Jesús, casi con el primer rayo de luz del día, con el capuz en alto y del brazo de su emocionado padre.
«Soy miembro de la hermandad desde 1966 y siempre he querido que todos mis hijos pudieran participar conmigo en esta tradición tan emblemática, ya que no creía que hubiera ningún impedimento para que Pilar, como sus dos hermanos, también lo hiciera», explica Diego. Quizás para otros podía haber existido la duda de si esta adolescente de 16 años se encontraba preparada para cumplir con semejante responsabilidad. El motivo, su condición de afectada por el síndrome Angelman, un trastorno genético incluido dentro del grupo de enfermedades raras que ocasiona un importante retraso en el desarrollo cognitivo. «La verdad es que yo temía que entre tanta gente, y con el ruido de los tambores, pudiera alterarse», reconoce su madre María José.
Pero Pilar se portó como toda una campeona. «Es muy cariñosa; lo llevó con una tranquilidad admirable y consiguió ganarse la simpatía de todos», comenta con emoción Diego, convencido de que acciones como esta permiten ayudar no solo al desarrollo de las capacidades de su hija, sino también a visibilizar que una discapacidad intelectual no debe ser una barrera para que una persona participe en cualquier ámbito social. Por ello siempre ha luchado Diego, que trabaja por ello y por mejorar la calidad de vida de estos enfermos desde la directiva de la fundación D'Genes. «Lo único que hemos evitado durante el cortejo es que porte un cetro, para prevenir cualquier tipo de accidente, pero de vez en cuando, le dejo repartir caramelos», añade el orgulloso progenitor.
La valiente decisión de Diego y el enorme cariño ganado por Pilar en la familia cofrade ha supuesto otra recompensa, más allá de la satisfacción de ser ya parte de una de las citas más arraigadas de la Pasión murciana. Y es que el Cabildo Superior anunció el pasado mes de febrero que Doña Pilar Bernal Giménez será la nazarena de honor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno en 2023. No será hasta el mes de septiembre cuando Pilar reciba esta distinción en persona, pero en la mañana de Viernes Santo todo el mundo, menos ella, sabrá que que la alegría de esta joven y el arrojo de su padre son un ejemplo de amor y devoción por una tradición que es parte del alma de la ciudad. Dos ángeles para una oración.
