Vuelve la Semana Santa a Murcia
El cortejo ha salido de la parroquia de San Nicolás, con mascarillas, a las siete de la tarde
La primera procesión de Murcia ha dejado una impactante imagen: procesionistas y estantes llevando al Santísimo Cristo del Amparo y María Santísima de los Dolores portando mascarillas. La estación de penitencia de la Cofradía del Santísimo Cristo del Amparo y María Santísima de los Dolores abrió este viernes, a partir de las 19.00 horas, la Semana de Pasión murciana tras dos años sin que ninguna institución nazarena saliera a las calles a causa de la pandemia.
Lo hizo con todas las precauciones sanitarias, como la entrada escalonada de los estantes al interior del templo y el uso de mascarillas.
El azul de sus túnicas nazarenas discurrirá por la ciudad, desde el primer paso de la institución –un Ángel de la Pasión de Roses– hasta el trono del titular. En total, esta institución recorrerá 2,3 kilómetros y su tiempo estimado de paso es poco más de hora y media.
Desde primera hora de la mañana, la convocatoria de la cofradía recorrió las principales calles de la ciudad mientras en la sede canónica de la institución, también como era costumbre antes de la Covid y de 9 a 14 horas, se expusieron los tronos y enseres.


El segundo paso de la procesión es la Sagrada Flagelación, una obra de José Hernández que realizó para la cofradía entre 1994 y 1996. El tercero es de Antonio Labaña, Jesús ante Pilatos, y fue realizado entre 1991 y 1994.
El cuarto de los tronos se conoce popularmente como el Cristo de los Toreros, aunque representa todavía al Nazareno, Jesús del Gran Poder, una talla imaginada por el escultor Nicolás de Bussy en 1693. Es costumbre que diversos toreros y periodistas murcianos carguen el trono sobre sus hombros.
Gregorio Fernández Henarejos es el autor de los dos siguientes grupos escultóricos. El primero, el Encuentro Camino del Calvario. El segundo, San Juan, entregado en el año 2001, al que sigue una talla atribuida a Francisco Salzillo, la Virgen de los Dolores, que está datada en el año 1741. Por último, cierra el cortejo el Santísimo Cristo del Amparo. Es una obra de Salzillo que los expertos datan en el año 1732. Aunque en cualquier rincón de la ciudad luce espléndido el cortejo del Amparo, muchos nazarenos recomiendan la salida de los tronos de la parroquia de San Nicolás de Bari. Allí, a la entrada, se escenifica un encuentro entre el titular y la Virgen. La larga espera para volver a disfrutar de las procesiones augura esta tarde una gran multitud de personas a lo largo de la carrera.