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Semana Santa de Cartagena
Los tres apóstoles abren el cieloSan Pedro, San Juan y Santiago llenan de júbilo con sus característicos estilos un casco antiguo con miles de personas
Después de tres días de nubes y bruma, San Juan, San Pedro y Santiago abrieron el cielo por unas horas. Lo hicieron tres horas ... antes de que sus cortejos abarrotaran de público y júbilo las calles del casco antiguo. Solo quedó una brisa, que a veces resultó un tanto molesta pero que en ningún momento restó vistosidad a los desfiles. Pese a ello, los cofrades y penitentes continuaron mirando al cielo, porque el riesgo de lluvia seguía existiendo. La probabilidad bajó del 35% marcado a mediodía al 20% de la tarde noche. Eso sí, cuando los santos llegaron a las calles más céntricas, se hizo necesario la ropa de abrigo para disfrutar de los bellos momentos.
Las tres procesiones del Martes Santo más castrense de España, cada una con su estilo propio, cumplieron el programa establecido. Santiago, San Juan y San Pedro salieron a las horas previstas desde el Gobierno Militar, el Parque de Artillería y el Arsenal Militar. Este martes de los traslados, el de ayer, fue de mirar al cielo y parte meteorológico. Por la mañana llovió lo suficiente para crear pequeños charcos, dificultar el trabajo del montaje floral de los tronos e inquietar a casi todos los que tenían que salir en procesión por la noche. Avanzada la tarde, los claros comenzaron a dejarse ver y el Cabildo de Mesa californio, reunido de urgencia por el hermano mayor, Pedro Ayala, dejó el programa de procesiones tal y como estaba anunciado.
Con el paso de las horas, la amenaza persistía y hubo instrucciones concisas de recrearse lo menos posible en la calle con tercios y tronos y de asumir un ritmo rápido, aunque finalmente no fue así. San Pedro salió protegido con plásticos para impedir un estropicio de túnicas y mantos en caso de lluvia. Santiago y San Juan no los llevaban. Sí los estandartes, galas y banderines.
Rendición de honores
Dos horas antes ya había gente en la puerta del Arsenal esperando para pasar hasta las inmediaciones del muelle Juan de Borbón, en cuyo pañol de cañones se puso en marcha el trono del San Pedro con bastante antelación a la puesta de sol. Con los barcos de la Fuerza de Acción Marítima, entre ellos el 'Alborán' y el 'Tarifa' como telón de fondo, sampedristas y marinos rindieron honores a la enseña nacional, además de recordar a los que faltan con la ofrenda de una corona de laurel. Allí, por la mañana, en el Taller de Cañones, se celebró el acto de entrega de distinciones a los sampedristas, simpatizantes y cofrades de otras cofradías y agrupaciones que han colaborado con la entidad a lo largo del año.
El vicealmirante Alejandro Cuerda pidió «proteger» con su manto a «todos los cartageneros, en especial a los que lo pasan mal»
El vicealmirante Alejandro Cuerda Lorenzo tuvo el privilegio, según sus palabras, de despedir por primera vez al viejo apóstol en su salida en procesión. El militar pidió «proteger» con su manto a «todos los cartageneros, en especial a aquellos que lo pasan mal». En un discurso simpático y original de seis minutos en el que se resisitió a dar permiso a Pedro Marina Cartagena, para salir en la procesión de hoy, Cuerda Lorenzo, se lo concedió no sin antes advertirle de que lo esperará hasta su vuelta al Arsenal.
Mientras el trono de San Pedro (de blanco y amarillo, los colores del Vaticano) salía por el Arsenal, escoltado por futuros oficiales de la Armada y el piquete de Infantería de Marina, también lo hacía el de San Juan del interior del patio del Parque de Artillería, tras ser despedido por el teniente coronel Ernesto Terry, director del Museo Histórico Militar y a su vez presidente de la Agrupación de San Juan Evangelista (Marrajo). Iba Cuajado de claveles blancos, con adornos amarillos en los costados, fue arropado por el tercio de capirotes que irrumpió majestuoso del túnel del antiguo cuartel.
Tras el arriado de bandera, mientras sonaba el himno de España, el discípulo predilecto fue despedido por decenas de vecinos que lo vieron partir camino a la Caridad entre ¡Viva el San Juan! procedentes de personas de entre el público. Allí, como es tradición, los caballeros portapasos realizaron una ofrenda floral a la Virgen de la Caridad en la Basílica. Entonces, los hermanos del Santo y Real Hospital se unieron a la procesión.
El ultimo en salir fue Santiago del Gobierno militar, rodeado de clavel blanco y en su frontal y laterales banderas de España realizada con la misma flor. El coronel Carlos Quijano Barroso, que lleva año y medio como comandante militar de la plaza y jefe del Regimiento de Artillería Antiaérea 73 presidió la salida del apóstol Santiago. Después inició la procesión arropado por numeroso público, que se concentró en los alrededores de Santa María de Gracia para ver también, dos horas después de ese momento la recogida de los tres apóstoles. Porque los tres traslados se unificaron a las nueve de la noche en la Plaza de San Sebastián para desfilar como una sola procesión por las calles Mayor, Cañón y Aire antes de entrar sobre las once en Santa María de Gracia.
Procesionistas aliviados
Fue entonces cuando los californios respiraron aliviados de ver que todo el trabajo realizado durante muchos meses de esfuerzos salió como estaba previsto: muy bien. Aunque esta jornada auténtica de procesiones la disfrutan mucho quienes van de aquí para allá saliendo al encuentro de los santos, buscando la estampa menos habitual en las bocacalles de la Serreta, junto a los restos arqueológicos del Molinete y en el muro del Arsenal, cazando entre el murmullo las notas de las marchas. Esos, anoche, disfrutaron con los apóstoles.
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