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Semana Santa de interés

Color morado ·

La declaración de Interés Turístico Internacional de nuestras procesiones también nos obliga a preservar la esencia de esta manifestación de religiosidad popular

PEDRO MARÍA FERRÁNDEZ GARCÍA

Cartagena

Viernes, 9 de marzo 2018, 09:47

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La Semana Santa de nuestra ciudad es desde el año 2005 fiesta de Interés Turístico Intencional. Reconocida así como «manifestación de valores culturales y de tradición popular», tenidos en cuenta «el origen, la antigüedad, la raigambre tradicional de esta manifestación y su valor cultural, significación, y su alcance como atractivo turístico». Características exigibles para otorgar esta distinción de calidad a las diferentes «fiestas y acontecimientos» de nuestro país que lo solicitan, y fácilmente reconocibles en nuestras procesiones. Dentro de poco nos encontraremos con todo ello en la celebración pasionaria de Cartagena. Tradición, cultura, origen y antigüedad, raigambre, e indudable atractivo turístico, convierten la nuestra en una de las privilegiadas semanas santas de interés, y aún más, de indudable interés internacional que se pueden admirar en España.

Este reconocimiento y esta distinción que a todos nos enorgullece, también a todos nos obliga. Obliga, no cabe ninguna duda, a la ciudad, reconocida así en la que seguramente es su manifestación, y su fiesta, más importante y de mayor repercusión. La atención, el cuidado, la participación y la presencia de distintas maneras, la «apuesta» en definitiva por la Semana Santa de la ciudad principalmente y en primer lugar de quienes asumen la responsabilidad de todo cuanto tiene que ver con Cartagena, debe ser inequívoca e indudable. La Semana Santa es patrimonio y manifestación de la ciudad, no es sólo de los procesionistas, y en ese compromiso que supone su «interés internacional» todos podemos decir y todos podemos hacer algo.

El merecido reconocimiento por otra parte no era desde luego un reconocimiento a las cofradías y a los cofrades, que también. Pero sin embargo, y al mismo nivel que a la ciudad, la distinción nos obliga igualmente a los procesionistas, y nos compromete. Nos obliga por todo lo dicho de nuestra Semana Santa: por la tradición, la cultura, el origen, la antigüedad y la raigambre de esta manifestación, por su carácter festivo, y por su atractivo turístico y la repercusión que a todos los niveles en Cartagena tiene. Nos obliga y nos compromete porque para llegar hasta hoy, hace siglos surgieron en nuestra ciudad las cofradías y los cofrades con el único interés, con la única intención, de dar testimonio de su fe a la Luz del Evangelio mediante unos desfiles pasionales hoy justamente valorados. Procesiones que guardando en su interior y guiadas por la misma razón que las vio nacer, conformaron andando el tiempo un lujoso envoltorio y un rico artificio visual y artístico. Una manifestación externa singular al servicio del fin último y único de la pública reafirmación del Credo de los que en ella participan.

Cuidar, mantener, mejorar y enriquecer su inmenso patrimonio, preservar la esencia de esta manifestación de religiosidad popular que mereció su reconocimiento en ámbitos en cierto modo ajenos a ella misma, constituye la obligación fundamental y el compromiso de las cofradías.

Estamos en el tiempo de Cuaresma que nos conduce a la Semana Santa, celebrada con el profundo sentido religioso que revivir la Pasión, Muerte, y Resurrección de Jesucristo tiene para los procesionistas, para muchos cartageneros, y para numerosos visitantes que a esta tierra se acercan en esos días. Para otros quizás estamos sólo ante la llegada de la gran fiesta primaveral de Cartagena. Unos y otros, fuera cual fuera la intención o el interés con el que nos acerquemos a esta celebración, deberemos cumplir con nuestra obligación. Y así otorgarle a la Semana Santa de Cartagena y a sus procesiones, distinguidas para satisfacción de todos, la consideración, el respeto, y la dignidad que merecen. No lo olvidemos, unos y otros

Pedro Mª Ferrández García es cronista de la Cofradía Marraja.

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