Las cofradías custodian el vestuario de todos los penitentes de Cartagena
Marrajos y californios, que son los que más desfiles organizan, dan un salto de calidad en la protección de prendas, joyas y los enseres de procesión
Los diez días que se prolonga la Semana Santa en Cartagena son la condensación de todo un año de minucioso trabajo en los almacenes de ... las cofradías penitenciales, especialmente en los de la California y la Marraja, las que más procesiones organizan y las que más patrimonio atesoran. Ambas poseen grupos de trabajo específicos encargados de la conservación de las imágenes devocionales, pero también de otro patrimonio no menos valioso: el que conforman prendas y enseres empleados en la representación.
Una veintena de hermanos integran el equipo de 'guardalmacenes' de la Cofradía Marraja, que tiene como responsable al comisario general Juan Luis Aguirre de la Monja. Bajo su custodia se encuentran los vestuarios de los miles de penitentes y portapasos que desfilan en las cuatro procesiones de la hermandad, trajes que a diferencia de otras ciudades son propiedad de la cofradía. También, mantos, capas, estandartes y hasta las joyas que lucen algunas imágenes. El funcionamiento es similar en las otras tres cofradías cartageneras.
En esas tareas nunca se descansa. En este época del año comienzan a sacar de los armarios el material necesario para las procesiones. Y cuando acaba la Semana Santa arranca otro periodo de concienzudo trabajo en el que todo se limpia minuciosamente, se protege y se vuelve a colocar en los armarios, donde se conservan en condiciones óptimas de temperatura y humedad para prevenir deterioros.
Tras el periodo estival hay otra segunda inspección para comprobar que las telas están libres de insectos, el peor enemigo de este patrimonio, sobre todo cuando aprieta el calor y suele descomponerse el engrudo de harina que durante años se utilizó para sostener los bordados entre las telas. «Hoy en día ya no se usa esa masa de harina, pero sí antiguamente para hacer algunos de nuestros grandes bordados», explica Aguirre.
La Cofradía California renueva su almacén de prendas y bordados, situado en su sede de la céntrica calle Jara. La obra ya está en marcha en una de sus tres plantas. El mayordomo presidente de la Comisión de Arte, Francisco Sáez, es partidario de poner sistemas de climatización para mantener tan delicado patrimonio con temperatura estable todo el año. «Es irrepetible. Muy valioso. En muchos casos ya no encuentras artesanos para hacer algo igual, ni materiales de la misma calidad», advierte.
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