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Cartagena se tiñe de luto en el Santo Entierro marrajo
El recogimiento y la solemnidad marcan este cortejo, en el que brilla con luz propia una imaginería suntuosa de prestigiosos escultores como José Capuz y González Moreno
La Cofradía Marraja decidió el año pasado adelantar el Santo Entierro de Cristo una hora y sacarla por el casco histórico de Cartagena a las ... ocho de la noche para «no acabar tan de madrugada y ganar público en la Salve» de recogida en la parroquia de Santa María de Gracia, según explicó su hermano mayor, Francisco Pagán. La iniciativa volvió a ser aplaudida esta Semana Santa por el público: «Las procesiones son para que los cartageneros vivan el Evangelio con una catequesis andante. Es un acierto que modifiquen horarios para todos aquellos que no tenemos vacaciones y amamos también la Semana Santa. Deberían hacerlo con más cortejos para acercarlos a la población», dijo Esther García, que siguió el Santo Entierro en la calle Jabonerías. El numeroso público se ubicó entre las sillas dispuestas en el recorrido, de pie, y en las terrazas de los bares. Las gradas situadas junto a Santa María de Gracia, en la calle del Aire, ofrecieron una imagen más desangelada.
Tras los guiones, la escolta de la Policía Local con uniforme de gala y el paso de la escolta de cadetes, -en el que parte de la cantera marraja viste el traje de los tradicionales granaderos-, el público pudo contemplar el Santo Cáliz. El trono, que va precedido de una cruz reliquia de la cofradía del siglo XVII, es obra de Manuel Orrico Gay, siguiendo un diseño del pintor Francisco Portela, mientras que los cuatro evangelistas ubicados en las esquinas pertenecen a Manuel Biot Rodrigo. Además, los sobrios y elegantes hachotes diseñados por Diego Paredes Forné cumplen su 25 aniversario, mientras que los músicos estrenaron petos.
Después de la Agrupación de Granaderos, la imponente imagen del titular de la cofradía: Jesús Nazareno, obra de José Capuz de 1945, enmudeció al público por «su fuerza y ternura». El Nazareno encabeza el cortejo del Santo Entierro con una túnica de terciopelo morado bordada en oro por Anita Vivancos y sobre un trono realizado en maderas nobles por la Casa Granda. Le siguieron los tercios del Expolio de Jesús, -décima estación del Vía Crucis-, de la Agonía, la Agrupación del Cristo de la Lanzada y el tercio del Descendimiento con un singular y arriesgado grupo escultórico de Capuz, que precedió a la popular y querida Virgen de la Piedad. A diferencia del Lunes Santo cuando es seguida por miles de promesas, el trono es desplazado sobre ruedas con la música de la Salve cartagenera y 'Plegaria'. Tras ella, la Agrupación del Santo Enterramiento de Cristo -cuyo grupo escultórico es del murciano Juan González Moreno-, la Agrupación de los Soldados Romanos, el tercio del Santo Sepulcro, la Agrupación de Santa María Magdalena y el tercio de San Juan Evangelista.
La Corporación municipal, encabezada por la alcaldesa, Noelia Arroyo, desfiló tras el trono del Santo Sepulcro, que es el eje central del cortejo de Viernes Santo. Esta Agrupación, primera en constituirse en la Semana Santa de Cartagena celebrará su centenario el próximo año.
Cerró la procesión el tercio y trono de la Santísima Virgen de la Soledad, que lució un manto de grandes dimensiones de terciopelo negro bordado en oro por Consuelo Escámez en los años cincuenta del pasado siglo. Fue escoltada por un piquete del Tercio de Levante de Infantería de Marina, que arrancó numerosos y cálidos aplausos en cada calle del itinerario.
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