Miomectomía para tratar a tiempo y con efectividad los miomas

La miomectomía es la intervención quirúrgica que sirve para extirpar los miomas uterinos, que son tumores -benignos, en la mayoría de casos- muy frecuentes durante la edad fértil y que crecen en el interior o a lo largo de las paredes del útero hasta que la mujer tiene la menopausia; después, suelen dejar de crecer. Esta causa se conoce como miomatosis uterina.

La miomectomía es una técnica segura y eficaz para la eliminación de miomas, que son la tumoración mas frecuente en el aparato reproductor femenino, y la más adecuada para las pacientes con síntomas graves y que quieren conservar su útero.

El Hospital Quirónsalud Murcia dispone de la Unidad de Ginecología y Obstetricia, compuesta por un equipo multidisciplinar, con experiencia y vocación de servicio, para atender con los mejores resultados a las pacientes que presentan estas estructuras procedentes del propio tejido muscular del útero y que adquieren una forma generalmente redondeada.

Los miomas en el útero pueden ser únicos o múltiples, y en función del estudio de varios factores se aplica un método quirúrgico u otro (histeroscopia, laparoscopia y laparotomía). Para ello, hay que evaluar tanto el tamaño como la cantidad, porque en ocasiones pueden coexistir hasta 30 masas tumorales. Por su parte, la localización en el útero es fundamental: si los miomas están muy metidos en la pared, se denominan miomas intramurales; si se encuentran en la capa externa del útero, son miomas subserosos, y si se ubican en la capa interna del útero, se trata de miomas submucoso.

Curiosamente, solo el 25% de los miomas producen sintomatología; el resto son asintomáticos. En ocasiones, según el tamaño y la localización pueden ocasionar sangrados severos con anemia, infertilidad o problemas por compresión de órganos vecinos como el intestino, la vejiga o los uréteres. La edad de la mujer también es determinante para decidir si conviene extirpar los miomas o el útero, teniendo en cuenta si la paciente desea tener hijos tras la intervención.

Existen tres tipos de miomas, clasificados de acuerdo con su localización en el útero. Los submucosos se encuentran en proximidad y afectando la cavidad endometrial, que es la parte interna del útero y la responsable de la menstruación e implantación embrionaria para el embarazo; los subserosos están próximos a la capa externa uterina y crecen hacia fuera, y los intramurales se sitúan en la pared uterina y crecen hacia dentro y fuera.

Una de las dudas más extendidas entre las pacientes es cuándo hay que operar los miomas. Los expertos recuerdan que la intervención quirúrgica se ha de llevar a cabo cuando presentan sintomatología, como sangrado, infertilidad o esterilidad y/o compresión de órganos vecinos como el intestino, la vejiga o los uréteres e incluso cuando experimentan un rápido crecimiento.

La recuperación postoperatoria varía en función de la técnica de miomectomía empleada, que puede prolongarse hasta dos o tres semanas mientras que la cicatrización y el tiempo tras el que se recomienda la gestación rozan los seis meses.

La miomectomía o eliminación de los miomas uterinos es una técnica en la que se extirpa el mioma y se sutura el útero, pero el tipo de intervención varía dependiendo de la localización y el tamaño. Por ello, es fundamental que el cirujano valore cada caso de manera individualizada para decidir la mejor opción para la paciente y su futura gestación si lo desea o su futura recuperación de la manera más rápida y sin complicaciones.

La miomectomía histeroscópica es una intervención quirúrgica que consiste en extirpar los miomas submucosos (sin incisión o corte abierto) mediante el uso de instrumentos como el resectoscopio, que se introduce vía vaginal con una cámara a través del cuello uterino y se extirpa el mioma. La miomectomía abdominal se caracteriza por extirpar los miomas realizando la apertura de la pared abdominal, bien con una incisión vertical cada vez menos utilizada o bien con una incisión transversal como la de una cesárea de más o menos tamaño.

La miomectomía laparoscópica es una técnica mínimamente invasiva que permite utilizar la endoscopia para realizar la cirugía, es decir, no se realiza la apertura de la pared abdominal en ningún momento, por lo que la recuperación y la estética son superiores a la técnica de cirugía abierta. Por su parte, la radiofrecuencia de miomas es una técnica muy novedosa en la que los miomas se desintegran con una aguja que se coloca vía vaginal y bajo control ecográfico, cuya intervención no precisa más que unas horas de ingreso y el resultado es excelente, con mínimas complicaciones de dolor y sin cicatrices. Los cirujanos coinciden en que esta técnica «es muy buena y la mejor, sin duda, si los miomas de la paciente cumplen los requisitos para su realización», apunta Carlos Millán, ginecólogo del Hospital Quirónsalud Murcia.

La histerectomia está recomendada a mujeres que ya no tienen deseo de maternidad, ya sea porque ya han sido madres o por edad. En estos supuestos, se aconseja la extirpación total del útero y no solo de los miomas, para reducir la tasa de complicaciones, que esos miomas vuelvan a aparecer y, además, solucionar problemas del suelo pélvico en la misma cirugía.

Después de una intervención quirúrgica, existe un miedo generalizado a que vuelva a repetirse el mismo escenario y pasar nuevamente por esa situación. En el caso de los miomas, se ha observado que ciertas mujeres, por su estado hormonal y edad, tienen más tendencia a la generación de miomas, aunque, tras una primera cirugía realizada correctamente, resulta extraordinario que se reproduzcan de manera que vuelvan a necesitar cirugía antes de los dos años.

Otra pregunta muy formulada en las consultas de los cirujanos es si una intervención en las pacientes con miomas puede afectarle en la maternidad. La respuesta es sí. En primer lugar, porque los miomas pueden dificultar el embarazo. Además, durante la cirugía de miomas en ocasiones por mucho sangrado y dificultad técnica, puede ser necesario la extirpación de todo el útero, con lo que ya no es posible el embarazo. Y, por último, en muchas ocasiones se recomienda cesárea y no parto natural por el riesgo que existe de complicaciones.

Igualmente, tras una cirugía de miomas el útero queda debilitado y el embarazo supone un riesgo tanto para la madre como para el feto, de ahí la importancia de indicar bien cuándo hay que operar los miomas, de qué manera se ha de hacer y quién los debe operar, dado que la maternidad posterior se puede ver condicionada.

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