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Ignacio Fernández-Cid es presidente de la Federación Empresarial de Dependencia. R.C.
«El sistema público de salud ha fallado, no las residencias»

«El sistema público de salud ha fallado, no las residencias»

Ignacio Fernández-Cid - Presidente de la Federación Empresarial de Dependencia ·

Afirma que siguen faltando test para realizar la desescalada en las residencias con garantías

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Sábado, 9 de mayo 2020, 00:29

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La Federación Empresarial de Dependencia (FED) engloba a más de 2.400 residencias, unas 150.000 plazas. La mitad de estos centros tiene menos de 50 plazas y son propiedades de familias. «Solo el 12% está en manos de multinacionales», recalca Ignacio Fernández-Cid, presidente de la FED, quien ha sido muy crítico ante la falta de material para luchar contra la pandemia. Además, afirma que la Administración no ha escuchado al sector en ningún momento, incluso cuando el virus hacía estragos en los centros de mayores.

-Han reclamado, primero, EPI y ahora test para sus residencias. ¿Se sienten abandonados?

-Sí, y de forma incomprensible. Nuestro perfil en las residencias es el de personas muy dependientes. Si el virus ataca principalmente a estas personas, es vital prever un plan que les dé cobertura y protección.

-Pero no ha sido así.

-La sanidad pública fue la primera en hacer aguas porque estaba totalmente colapsada. Se hizo un hospital en dos días y se habilitaron hoteles medicalizados de un día para otro para luchar contra la Covid-19. Cuando llegamos a los mayores, el escenario fue totalmente distinto. Al igual que los sanitarios hemos tenido problemas con los materiales de protección. No llegaban. Más o menos al principio, a unos precios carísimos, podíamos comprar. Pero a partir de la declaración del estado de alarma, se acabó el mercado. Nuestros proveedores nos decían que la mercancía estaba requisada o parada por un problema administrativo en la aduana. Como no teníamos test, derivábamos a los hospitales como hemos hecho siempre. Pero cambiaron los protocolos.

-¿En qué sentido cambiaron?

-Cualquier persona puede entrar por urgencias. Nosotros, no. Teníamos que llamar a un geriatra del hospital de referencia, que decía si sí o no. Es increíble. Entonces planteamos, si no podemos enviar al residente, que nos dieran la medicación para tratarlo en el centro. Otro problema. Los retrovirales y la hidroxicloroquina (medicamento para la malaria) los mandan según qué hospital. Unos sí, otros no. Así hemos funcionado. Para que luego digan que las residencias han funcionado mal y que hay que medicalizarlas. Eso es falso. El sistema público de salud ha fallado porque se ha olvidado de las personas mayores. Las residencias han hecho lo que hacen siempre: cuidar que no curar.

LAS FRASES:

  • Familias. «Da mucha intranquilidad que nadie coja el teléfono. Tenemos que pedir perdón»

  • Cambios. «Algunas residencias pueden medicalizarse para descargar de trabajo a los hospitales»

-Una de las propuestas de la FED era reconvertir residencias para que solo se tratasen casos de la Covid-19. ¿Ha habido algún avance?

-Algunas comunidades han hecho algo como Cantabria, Cataluña o Castilla-La Mancha. Es una medida que pensábamos que tenía toda la lógica del mundo.

-¿Y la situación actual en las residencias? Se consideró en su día uno de los focos más importantes de infección.

-La situación ha mejorado muchísimo, pero seguimos sin test en este comienzo de la desescalada. Hablamos de personas que llevan confinadas, en algunos casos, dos meses en la habitación. Necesitan dar sus paseos porque no se han movido. Y nosotros debemos saber cómo están.

-Después de esta pandemia y ver lo que ha pasado en las residencias, ¿cree necesaria una reforma legislativa?

-Siempre es bueno sentarse a hablar, aunque nunca tomar decisiones en caliente. Pero no hay que cambiar todo. En una situación normal, el 40% de las plazas hospitalarias están ocupadas por personas mayores con enfermedades crónicas. Una opción sería que algunas residencias estuvieran medicalizadas para descargar de trabajo a los hospitales. Pero lo que no podemos hacer es volvernos locos y medicalizarlo todo, porque es al final una duplicidad de recursos. Y el país no se puede permitir gastos innecesarios.

-¿Han fallado ustedes en algo?

-En la comunicación con las familias, claramente. Se podía haber mejorado porque da mucha intranquilidad y desconfianza y que nadie coja el teléfono. Tenemos que pedir perdón y disculparnos.

-La Fiscalía está investigando por la vía penal a 134 residencias. Hay que sumar otras 176 diligencias civiles. ¿Está preocupado por esta situación?

-Nos viene muy bien que se abran diligencias. Más criminalizados no podemos estar. Se verá que las residencias han estado llamando por activa y por pasiva a los hospitales y que les han negado los ingreso. Las llamadas están grabadas. Si resulta que un director de una residencia o un médico no ha llamado, han actuado muy mal. Y saldrá a la luz. Y cuando ha pasado el colapso funerario, también nos han echado la culpa. Pero hemos hecho lo que nos decían dejar el cadáver con un doble sudario en la habitación hasta la llegada de los servicios funerarias porque era muy contagioso.

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