Ana Belén Bastida, junto con el glucómetro que utiliza para medir su nivel de azúcar en sangre. Vicente Vicéns / AGM
Día Mundial de la Diabetes

«Con solo 10 años me ingresaron en el hospital y la diabetes se quedó conmigo para siempre»

María y Ana, dos amigas e integrantes de la Asociación Murciana para el Cuidado de la Diabetes (Adirmu), explican su experiencia como pacientes de esta enfermedad

jorge martínez del olmo

Domingo, 14 de noviembre 2021, 08:41

Ana Belén Bastida y María López cuentan con muchas cosas en común. Ambas son murcianas, tienen 25 años y padecen una enfermedad que les ha marcado desde niñas: diabetes tipo 1. Mientras que a María le diagnosticaron este trastorno del metabolismo cuando tenía 11 años, a Ana se lo detectaron con solo 10. «Mis padres me llevaron a la pediatra, donde me hicieron un análisis y me sacaron que tenía 800 de glucosa. A partir de ahí, me ingresaron y la diabetes se quedó conmigo para siempre», relata Ana.

Publicidad

La diabetes tipo 1 es aquella caracterizada por una producción deficiente de insulina y que requiere la administración diaria de esta hormona. Entre sus síntomas, que pueden aparecer de forma súbita, se encuentran la excreción excesiva de orina, sed, hambre constante, pérdida de peso, trastornos visuales y cansancio.

Como ocurre con otras patologías, el momento más duro, psicológicamente hablando, es el día del diagnóstico. Al ser tan pequeñas, la incomprensión de ambas era absoluta y no entendieron muy bien lo que se les venía. Sus padres, sin embargo, sí que imaginaron lo que supondría la diabetes en la vida de sus respectivas hijas. Para los de Ana fue mucho más complicado, ya que su madre tenía que ir al recreo del colegio todas las mañanas para medirle el azúcar hasta que ella aprendió a desenvolverse. No ocurrió lo mismo con María, quien desde bien pequeña se la controlaba ella misma y nunca ha tenido esa dependencia hacia sus progenitores en ese sentido.

Control del nivel de azúcar

Este es uno de los mecanismos cruciales que una persona diabética tiene que tener automatizado desde el día en el que le diagnostican la enfermedad: el control del azúcar. «Me inyecto insulina sobre unas cinco o seis veces al día. Además, llevo como una especie de sensor en el brazo que me mide cada cinco minutos y con el que puedo comprobar mis niveles de glucosa a través de una aplicación. Entonces, no me tengo que pinchar en el dedo», explica Ana.

Cuando la diabetes llega a la vida del paciente, este se ve 'obligado' a cambiar de forma drástica ciertas rutinas. Una de las mejores decisiones que puede tomar dicha persona es la adopción de una serie de estilos de vida saludables. Así que, «cuanto más comas y más actividad física realices rutinariamente, tus niveles de azúcar serán más estables», como subraya María.

Publicidad

María López, que padece diabetes desde los 11 años.

Para su amiga Ana, fue un poco chocante al principio porque, a pesar de que comía de todo y no era una niña muy difícil en ese sentido, tenía que tener unas rutinas muy exactas en cuanto a horarios. Respecto al ejercicio físico, es fundamental adaptarse al deporte que se vaya a realizar, pues «según el tipo de entrenamiento que vaya a ser tienes que llevarte o no comida», como declara Ana. Además, resulta realmente importante preocuparse de no tener el nivel de azúcar demasiado alto o, por el contrario, excesivamente bajo. En definitiva, es posible concluir que la diabetes te 'obliga' a ser más responsable desde el primer instante. «Coges una madurez desde niña que 'arrastras' a lo largo de tu vida», destaca María.

La asociación que cambió sus vidas

Pero, sin ninguna duda, lo que realmente unió a estas dos amigas fue la Asociación Murciana para el Cuidado de la Diabetes (Adirmu), una institución que vela por la personas con esta enfermedad y mejora su calidad de vida y la de sus familiares. «Una vez que 'debuté', yo le contaba a mis padres que todos los niños me preguntaban por qué me pinchaba todo el rato y entonces ellos creyeron que necesitaba conocer a alguien que tuviese diabetes, ya que en mi familia nadie padece esta enfermedad», relata Ana.

Publicidad

Algo llamó la atención de ambas familias cuando contactaron con Adirmu, más concretamente, los campamentos de verano. Allí, conocieron a muchos otros niños que se encontraban en la misma situación que ellas y les sirvió para apoyarse los unos con los otros. «Esa fue la base de mi superación diaria», recalca María. Desde entonces, ambas continúan en esta asociación realizando distintas actividades con los nuevos pacientes que se suman a la entidad. Mientras que Ana realiza charlas de psicología, María es voluntaria y ayuda a otros padres y niños a que asuman esta enfermedad como un estilo de vida más.

La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune y, a pesar de las distintas y conocidas investigaciones que se están llevando a cabo, aún no existe ninguna cura para la misma. «Tenemos que aprovechar las nuevas tecnologías que tenemos hoy y que nos ayudan, pero sinceramente no pienso en la llegada de una cura. Al final, tu día a día va a ser el mismo, por lo que prefiero no pensar en el futuro», concluye María.

Publicidad

La diabetes afecta a más de 160.000 murcianos

Según la información del Ministerio de Sanidad, la diabetes afecta a entre el 5 y el 10% de la población general. En España afecta a más de cinco millones de personas, y en la Región de Murcia hay más de 100.000 personas con diagnóstico de diabetes, pero se calcula que otras 60.000 la padecen sin saberlo, lo que eleva la cifra a cerca de 170.000, según datos de los que dispone la Consejería de Salud.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis

Publicidad