El 'sello grana' no es aval suficiente para quedarse en la categoría

Al que sí le ha cambiado su año como grana ha sido a Álvaro Rodríguez, que tras no recibir oferta de renovación del Murcia desde enero (fecha legal para poder negociar con otro club), decidió buscar acomodo en otro lugar. Su gran campaña a las órdenes de Adrián Hernández, con 25 partidos como titular y 2.186 minutos disputados, llamó la atención de muchos equipos, entre ellos un Burgos que ha hecho una clara apuesta por el ascenso. Antes de su llegada al Murcia, el lateral derecho apenas había jugado cuatro partidos en Segunda B, pero el Enrique Roca lo ha catapultado.

Peque, nacido en Albudeite hace 26 años, fue el primero que, tras dejar el Murcia, se enroló en un Segunda B que aspira a meterse en la Liga Pro o Élite. El centrocampista participó en 26 partidos del equipo grana, aunque en solo 15 lo hizo de titular. Eso sí, fue sustituido en diez de ellos. El ex del Jumilla, el otro equipo de Segunda B en el que jugó, marcó un gol y dejó la sensación en la afición grana de que podía haber dado más. Pudo ser más decisivo. Ahora tendrá otra oportunidad en la Balompédica Linense.

Dorrio, otro de los que brilló la temporada pasada, también se le escapó a Julio Algar tras jugar 26 partidos y marcar dos goles, y ahora espera un hueco en Segunda o una buena oferta de Segunda B. Las posibilidades de que siga en el Murcia son escasas, aunque si no encuentra una oferta mejor que la grana y Algar no tiene recambio, podría regresar.

Pero poco más. Manolo, con 34 años, ha encontrado sitio en el Racing Murcia de Vidal, un equipo cuya apuesta por subir a Segunda B es muy clara. Aparte de contar con futbolistas de gran bagaje como Carlos Álvarez, será uno de los animadores del grupo XIII por armar una plantilla de futbolistas curtidos en Segunda B. El año en el Murcia del jugador de Bullas fue más que decente, con 22 partidos de Liga disputados, 15 de ellos de titular. Lo peor fue que en la segunda vuelta su nivel físico cayó y no fue el mismo del inicio.

El resto de futbolistas que tienen contrato y con los que Algar y Adrián no cuentan, o no se quieren mover del Murcia o no encuentran equipo. Es el caso de Alberto Rodríguez y Escudero, ambos con contrato profesional para el próximo año. Al primero le ha perjudicado claramente haber tenido ficha del primer equipo el pasado curso sin contar antes con experiencia en Segunda B, donde solo había jugado 47 minutos con el Lorca FC. Eso hace que en la campaña 2019-20, en total, solo jugara 22 minutos en Liga y no pudiera competir con el filial. Todo indica que su lugar está en un Tercera con aspiraciones.

Además, hay otro grupo de futbolistas que, pese a pasar por el Real Murcia, no encuentran sitio en Segunda B. Algo inaudito años atrás. Como Juanra Martínez, que demostró su polivalencia jugando como centrocampista, tanto defensivo como ofensivo, y también de central. Participó en 18 partidos, 14 titular, e hizo dos goles. Aun dejando algún destello de calidad, su renovación no ha sido una prioridad para Adrián Hernández y Julio Algar, aunque Juanra todavía podría volver si se frustra la llegada de Mario Abenza, que todavía no se ha desligado legalmente del Almería.

Julio Algar, Marcos Legaz e Iñaki Quereda son otros de los futbolistas que tras acabar contrato con el primer equipo grana no tienen acomodo en Segunda B.

El primero participó en siete partidos de Liga y solo ante el Racing de Santander en Copa del Rey y ante el Castellón en la Copa Federación dio un buen nivel. Legaz, por su parte, no explotó como se esperaba, mientras que Quereda llegó del filial y cumplió, pero tiene a Iván Pérez por delante. El meta Gallego, sin embargo, seguirá de grana tras renovar. Tendrá ficha con el Imperial.