El Real Murcia recupera la pelota y el pulso con Adrián Colunga
El técnico asturiano vivió un debut feliz con una propuesta ofensiva y una versión mejorada de los granas respecto a las últimas semanas
Adrián Colunga ya sabe lo que es celebrar un triunfo con el Real Murcia. Después de ganar en el banquillo del División de Honor ... y del Imperial, el entrenador grana se estrenó con el primer equipo superando la eliminatoria ante el Antequera por penaltis, en el encuentro de primera ronda de la Copa del Rey. Apenas pudo disponer de dos entrenamientos, pero en la presentación del asturiano ante el gran público ya dejó varios detalles que pueden dar pistas sobre lo que se puede ver mañana, ya en partido de Liga, ante el Betis Deportivo (12.00 horas).
Con el compromiso de Primera Federación tan próximo en el tiempo, la cita copera también podía servir como un ensayo buscando la mejor alineación posible. Jugadores como Gazzaniga, Alberto, Héctor, Andrés, Sekou y Moyita ya fueron titulares en Elda y otros como Isi Gómez, Bustos, Ekain y Palmberg también deben tener ese protagonismo. Igualmente llamó la atención la gestión de los cambios. En el minuto 55, Colunga ya había realizado las cinco sustituciones. Así, además de dar descansos ante la proximidad del siguiente choque, también pudo ver durante mucho tiempo la respuesta de Mier, Juan Carlos Real, Pedro Benito, Cristo y Flakus.
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Lo que el técnico propuso con unos y otros fue llevar la iniciativa. El Murcia fue propositivo y apretó arriba. Ahí entra la parte táctica. Colunga jugó con hasta cuatro centrocampistas a la vez: Sekou, Isi Gómez, Moyita y Palmberg en un 4-4-2 sin el balón que se convertía en un 3-5-2 que también recordaba al usado por Joseba Etxeberria. El matiz es ese mediocampista extra. Moyita partía de la derecha y le dejaba toda la banda al lateral Rubén Vila. A su vez, Palmberg jugaba más arriba acompañando a Ekain. Su movilidad hizo que en ataque fuera un segundo punta o formara con los otros tres medios una especie de cuadrado por dentro. «Cuando coges un equipo con dos días de trabajo, intentas dar un orden defensivo y ofensivo en base a lo que crees que necesita. Hemos usado a mucha gente por dentro, mucha secuencia de pases cortos que también nos facilitaba recuperar rápido el balón cuando lo perdíamos», explicaba el técnico al acabar el choque copero.
Fue Palmberg, junto con Gazzaniga, el gran nombre propio de la noche. Pocas veces ha podido jugar en posiciones avanzadas a pesar de ser un jugador diferente, con talento e imaginación. La temporada pasada, la mediapunta fue propiedad de Juan Carlos Real y las diferentes bajas en la medular le hicieron jugar más retrasado y dedicarse también al trabajo defensivo. Con Adrián Colunga actuó muy arriba y se vio a un jugador capaz de todo, disfrutando en el campo y sacando mucho fútbol de dentro. Más arriba dio un plus.
Peligro al espacio
Colunga también alternó perfiles dentro del sistema. Mientras que en la primera parte tuvo ese repertorio de centrocampistas más un atacante como Ekain que es más un mediapunta o un segundo punta, tras el descanso encontró dos jugadores arriba que ofrecen más amenaza al espacio y en profundidad como Flakus y Pedro Benito. «Cada jugador te da una respuesta diferente. Se tienen que relacionar, saber qué jugador tengo por delante y por detrás», indicó.
Igualmente, otro elemento destacado fue la implicación de una afición que ha sufrido mucho en las últimas semanas. Afrontó el partido en gran número y con mucho ánimo. El mejorado juego del equipo ayudó. Cada pérdida del rival o cada llegada propia se celebró con energía. Un momento delicado fue el fallo de Gazzaniga en el 1-1. Los pitos de una parte de la grada se fueron apagando con el aplauso del resto para el portero. El factor ambiental también fue una nota positiva en una noche en la que el Real Murcia recuperó el pulso antes de volver a afrontar una realidad liguera muy comprometida.
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En segunda ronda de Copa y tras unos penaltis seis años después
El Real Murcia encontró la alegría más necesaria en el torneo menos propicio. Al menos tradicionalmente. La Copa del Rey le ha dado la espalda muchas veces al conjunto grana con muchas eliminaciones para olvidar, pero el pasado jueves logró superar al fin una primera eliminatoria que le permite aspirar a un gran partido en la segunda ronda. Además, lo hizo ganando una tanda de penaltis. Dos situaciones que hacían mucho que no sucedían ni caían de cara para los murcianistas.
El Real Murcia no pasaba una eliminatoria copera desde la temporada 2019-20. Entonces, con el equipo en Segunda B, fue capaz de superar al Racing de Santander, de Segunda División. Lo hizo por 1-0 y ese triunfo le permitió jugar contra un Primera en la siguiente ronda. En esa ocasión le tocó precisamente el Leganés de Felipe Moreno, que resolvió la cita en el Enrique Roca con un contundente 0-4. En cambio, en los siguientes años la historia fue distinta. Cayó a las primeras de cambio ante el Atlético Paso en la 22-23 y contra la Arandina en la 23-24.
Aquel equipo que ganó en la primera ronda había acccedido a la Copa mediante la Copa Federación. Y precisamente en este torneo fue también la última vez que cantó victoria en una tanda. Fue para ganar la final celebrada en casa ante el Tudelano. Desde entonces, el Murcia había perdido desde el punto de penalti. Fue ante el Atlético Paso, anteriormente citado, y ante el Sabadell, la tempopada pasada, en la Copa RFFE. El equipo quedó eliminado en dieciseisavos y no pudo competir en la Copa del Rey. Tampoco participó en la campaña 2020-21 y en la 2021-22.
Un Primera, el sueño
Ahora ya piensa en el sorteo del próximo 11 de noviembre, que decidirá los emparejamientos que se celebrarán el 2, 3 y 4 de diciembre. Volverá a aplicarse la proximidad geográfica y al Murcia le espera un equipo de Segunda División e incluso un Primera menos Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid y Athletic, exentos por disputar la Supercopa. Jugará en el Enrique Roca.
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