El nuevo Murcia de Etxeberria nace con hambre pero falla atrás
Ekain y Bustos comandan a un equipo presionante y vertical, pero los errores individuales permiten la remontada del Marbella
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El Real Murcia de Etxeberria jugó de manera abierta en un primer tiempo con intercambios de ocasiones
El Real Murcia de la primera parte en Marbella fue brutalmente honesto. Etxeberria prometió ataque y goles en su equipo y los granas solo tardaron ... un minuto de Liga en perforar la portería contraria. Y durante más minutos no bajó esa voracidad para presionar y ser vertical. Generaba peligro con facilidad, pero del mismo modo vio cómo el rival, poco a poco, le llegaba sin muchas complicaciones. Hay que recordar que los murcianistas habían marcado en todos los amistosos de pretemporada menos en uno. Y que también había encajado en todos excepto en otro. Con el técnico vasco parece que van a pasar muchas cosas durante los partidos, aunque en el debut, de más a menos, el balance fuera negativo.
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Un accidente inesperado en el estreno grana en Marbella (2-1)
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Con Ekain, que canalizó el fútbol ofensivo, y Bustos, que llevó peligro desde la izquierda, hubo un salto de calidad
A diferencia de otras temporadas, la prioridad en mantener un bloque de jugadores en el Enrique Roca se vio reflejada en la primera jornada. Hasta siete jugadores del curso anterior fueron titulares en el Murcia. Aunque precisamente fueron dos de los nuevos los que más destacaron en los momentos más briosos del equipo dando un salto de calidad en ataque. Y no solo porque juntos fabricaran el 0-1. Álvaro Bustos dio la asistencia desde el extremo izquierdo y dio mordiente a su equipo desde ese lado con más envíos como el que acabó con un cabezazo de Seyram al larguero. Por su parte, Ekain no solo abrió el marcador, sino que también fue el gran canalizador del juego en campo contrario siendo el mediapunta y librándose del control de los mediocentros rivales.
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Saveljich perdió un duelo en el área en el 1-1 y Gazzaniga falló como nunca en el 2-1, dos situaciones controlables
El Marbella fue capaz de llegar con peligro en varias ocasiones ante un Murcia que parece dejar más puertas abiertas por su propuesta de juego. Lo curioso es que los dos goles encajados fueron en situaciones teóricamente controlables. En el 1-1, Saveljich no supo dominar el área como sí cabría esperar y permitió el remate de Rodri en el primer palo. Y el 2-1 fue un fallo grave de Gazzaniga, que quiso embolsar una falta que no conllevaba grandes complicaciones. Se le escapó el balón, pero la clave fue no posicionar el cuerpo tras los brazos. Un error impropio de un portero que salvó tantas veces a su equipo la campaña pasada.
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Los murcianistas se sacudieron de inmediato el primer gol y recuperaron su juego dominante y profundo hasta el descanso
Respecto al gol del empate, la mejor noticia del Real Murcia fue su capacidad para asimilar el golpe. Quizá fuera lo mejor más allá de su puesta en escena. Los de Etxeberria, que habían perdido un poco su capacidad de intimidación antes del 1-1, recuperaron el dominio en campo contrario y tomaron la iniciativa. Se rehizo con la pelota y se reencontró con Ekain, obligando a un central como Puñal a salir de la línea defensiva para pararle en falta. La pizarra o un zurdazo de Bustos también ayudaron a que los de Etxeberria pusieran en aprietos a la zaga del Marbella.
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La lesión de Zeka y el fallo en el segundo gol en apenas un minuto dejaron al equipo tocado y esta vez sin capacidad de reacción
Distinto fue lo que pasó en el Murcia con el 2-1. En un equipo que quiso seguir mandando pero que había dejado de generar peligro en el segundo tiempo, la jugada del gol le afectó por partida doble: se lesionó Zeka y llegó ese accidente en la portería. El conjunto grana se puso por debajo cerca del final y los problemas en una rodilla del jugador nada más entrar al campo y tras hacer esa misma falta fatídica dejó a los suyos con 10 en la práctica. De hecho, ya sin cambios, Etxeberria hizo que Schalk jugará en la izquierda para que Zeka quedara más liberado por dentro, pero su cojera al caminar era evidente. Con un 2-1 inesperado y sin todos los jugadores al 100%, la capacidad de reacción fue mínima.
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