El Niño Torres deja con cara de tonto al Real Murcia

El problema no son solo los goles encajados, también la facilidad que tienen los rivales a la hora de generar ocasiones peligrosas a un equipo que ha pasado de ser una roca atrás a mostrarse muy blando en las últimas semanas. Lo mejor, y a pesar de las tres semanas consecutivas sin ganar, es que el objetivo del liderato todavía está a tiro y el Real Murcia tiene tiempo para reconducir la situación. Aunque para eso tendrá que encontrarse a sí mismo, aparcar el miedo y mostrarse más vehemente y decidido en todo lo que hace. Es la hora de los pesos pesados del vestuario, de la cordura y de no hacer saltar por los aires todo lo que se ha hecho bien hasta ahora.

Fran Fernández decidió agitar su once inicial después de la derrota del pasado domingo en Ceuta. En defensa Saveljich ocupó el puesto de un Antxon Jaso que en algunos lances de la temporada se ha mostrado ingenuo, mientras que Toral, tras varios partidos titular, cedió su puesto a Loren. También David Vicente se quedó sin jugar, un defensa diestro convertido en extremo que se fue al banquillo para dejar paso a un Pedro León que en Ceuta fue de lo mejor. Lo que no pudo alterar el técnico grana fue su medular, formada por Moha y Palmberg, ya que aunque Larrea y Boateng estuvieron en el banquillo de inicio ninguno de los dos está todavía para afrontar un partido desde el inicio.

El equipo grana arrancó el duelo ante el Atlético de Madrid B obligado a ganar tras sumar un punto de los últimos seis y comprobar que el Betis Deportivo, actual líder, no levanta el pie del acelerador. El filial bético en una hora ya le había marcado cuatro goles al Alcoyano en un choque que precedió al de los granas y que demostró una semana más su potencial. El saber que no ganar le alejaría demasiado de la cabeza del grupo incomodó al equipo grana, le metió una dosis de presión más a la hora de jugar en casa, donde no termina de arrancar.

El partido necesitaba maduración ya que en los primeros minutos estuvo mejor el Atlético y tuvo más control del juego. Se notó desde el principio que el filial colchonero es un equipo desinhibido al que no le cuesta jugar fuera de casa, que no se asusta en los grandes escenarios. De hecho, a los seis minutos disfrutó de la primera ocasión del partido después de que Ale García quebrara a Saveljich al borde del área y disparara con potencia sobre la meta local impactando el balón sobre el cuerpo de Alberto González. El Murcia estaba tenso y jugaba a arreones, pero sin confianza, se mostraba cohibido ante un Atlético de Madrid B que tenía mucho más claro lo que quería hacer. Los granas no tenían la energía necesaria y les pesaban los últimos resultados.

Pero poco a poco el choque se hizo más parejo y el Murcia pudo hacer el primer gol tras un remate dentro del área aunque sin potencia de Pedro Benito a la media vuelta. Pero los pupilos de Fernando Torres también disfrutaron de otra buena ocasión de Adrián Niño que acabó en las manos de Gazzaniga. En el Murcia, no obstante, varios jugadores necesitaban mejorar. Como Moha, algo encogido y desacertado en su juego, o Cadete, impreciso en la mayoría de las acciones al igual que Saveljich. Y también Loren, que participaba poco en los ataques de su equipo.

De hecho, el extremo andaluz no igualó el rendimiento de Toral en los últimos partidos y no justificó su entrada en el once hasta la media hora de partido, cuando consiguió marcharse de Boñar y poner un balón atrás para el remate de Pedro León, que estrelló el disparo contra un defensor. El rechace lo cazó el mismo Loren, pero cruzó demasiado el disparo. El futbolista cordobés, poco después, robó un balón cerca del área rival y dispuso de otra gran ocasión, aunque no acertó con el disparo. Fue el mejor, junto a Pedro León, de los últimos minutos de la primera parte, aunque no está al cien por cien, al menos en lo que se refiere a la confianza. El primer acto acabó con un remate de volea de Pedro Benito que desbarató Iturbe, el meta local. Eso sí, el colegiado se llevó el reproche de los aficionados granas al no dejar que se sacará el saque de esquina posterior.

Para la segunda parte Fran Fernández sentó a Saveljich, que había tomado demasiadas malas decisiones en solo cuarenta y cinco minutos y está muy lejos de su mejor nivel, para dar entrada a Jaso. Sin más firmeza defensiva no había posibilidad de ganar a un Atlético de Madrid B que no concedía nada y que volvía a mandar con el balón en el comienzo del segundo acto. Hasta que llegó la jugada de Palmberg y el disparo al larguero de Pedro León que botó en la línea y no entró por poco. Otra vez el Murcia necesitaba mucho para hacer un gol.

Pero la ocasión encendió a la grada del Enrique Roca, que solo le pedía a su equipo más energía e intensidad. Por eso Fran Fernández sentó a Loren, cansado, y dio entrada a Toral, uno de los mejores referentes en ataque en las últimas semanas al que su entrenador había desactivado. Quedaba media hora por delante y los granas necesitaban, por lo menos, comerse el césped, dejarse la piel en el campo, jugársela pese al riesgo de perder. Como cuando una recuperación grana en la medular acabó con una volea de Pedro Benito puso a temblar a Iturbe, el meta visitante.

Así hasta que llegaron los últimos veinte minutos en los que el Real Murcia apretó más en busca de la victoria. Fran Fernández tiró de Carlos Rojas y Cadorini, y la apuesta le salió bien ya que el delantero brasileño anotó el 1-0 y el segundo gol de su cuenta particular desde el suelo, con una maniobra de delantero que puso en ventaja al equipo grana para los últimos quince minutos, aunque había que rematar la faena, quizás hacer un gol más en previsión de que el Atlético de Madrid B se volcará con todo en busca del empate. De hecho los granas tuvieron la sentencia en un contragolpe en el que Boateng asistió de forma precisa a Rojas, que con un fuerte disparo estrelló el balón en el palo. Quizás el ex del Atlético de Madrid debió buscar a su compañero en el área pequeña.

Pero fue el Atlético de Madrid B, cuando quedaban dos minutos para el final del tiempo de descuento, el que encontró el empate en un saque de esquina protestado por la afición grana pero también mal defendido por un equipo local que debió impedir el remate de Niño, el futbolista más peligroso del filial colchonero. Un golpe duro del que el Real Murcia se tiene que levantar lo antes posible, del que no se puede lamentar demasiado si quiere no perder de vista la cabeza de la clasificación, su verdadero objetivo este año.