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SERGIO CONESA
MURCIA
Sábado, 3 de agosto 2019, 02:11
Armando Ortiz firmó ayer la propuesta del Real Murcia para continuar en el club grana por sexta temporada consecutiva y puso fin a uno de los culebrones que han protagonizado este verano la actividad en las oficinas de la Nueva Condomina. La decisión del jugador no ha estado clara hasta el último momento, como demuestra el hecho de que pocas horas antes de firmar el contrato hubiera dudas en la directiva de la entidad sobre el futuro del centrocampista. Es más, estaba todo preparado para anunciar su salida, que parecía una opción más real que el acuerdo definitivo al que han llegado ambas partes.
El vaivén ha sido grande. Así, el viernes de la semana pasada hubo un acercamiento con aspecto de ser el definitivo, y parecía que al comienzo de esta semana la continuidad de Armando en el club era un hecho. La oferta que tenía encima de la mesa era de 50.000 euros anuales, 5.000 menos que el salario que tenía firmado, y se mantenía la duración del contrato del jugador de 28 años hasta 2023. Sin embargo, tras el fin de semana la situación cambió por completo para el capitán grana. Armando no aceptó esa oferta, pese a que superaba el tope impuesto por la directiva de 40.000 euros, un tope que los dirigentes solo pretenden saltarse en casos muy concretos como el de Chumbi. Sin embargo, Armando solicitó el permiso del club para negociar su salida en forma de cesión y el Recreativo de Huelva de Alberto Monteagudo era el club interesado en hacerse con sus servicios, llegando a estar avanzada la operación. Al final, un nuevo giro en el pensamiento del jugador ha sido el que ha acabado con Armando firmando el acuerdo con el Murcia.
Para que se haya producido ese cambio en el futbolista ha sido fundamental la insistencia de parte de algunos miembros del Consejo que confían en el rendimiento y en el valor del jugador para la entidad. «El acuerdo era fundamental, es murciano, está muchos años en el club y es la imagen que queremos proyectar. No entendíamos por qué la situación se había deteriorado un poco, pero al final hemos llegado a buen puerto. Creo que es bueno para el Murcia, para él y para todos los murcianistas», dijo ayer el presidente grana, Francisco Tornel.
La negociación se ha alargado hasta principios de agosto, a pesar de que Julio Algar comunicó a los jugadores en mayo, al acabar la Liga, la situación del club y el esfuerzo necesario para continuar, porque Armando no quería volver a bajarse el sueldo, como ya hizo a principio de año. El de Santiago y Zaraíche fue un hombre cercano a Toni Hernández y a Víctor Gálvez, al que apoyó en la lucha con Mauricio García por la propiedad del club, lo que le llevó a conseguir una renovación hasta 2022 y un incremento en su salario hasta una cifra cercana a los 80.000 euros anuales. Sin embargo, con la salida del oriolano y el cambio de directiva su sueldo bajó hasta los 55.000 euros, con Pedro Cordero en la secretaría técnica, que le amplió un año más la duración de su contrato. Además, los directivos granas eliminaron una cláusula que les permitía despedirlo a cambio de una indemnización no demasiado elevada.
No obstante, la nómina que le paga el Murcia sigue siendo elevada como demuestra el hecho de que pocos clubes hayan estado dispuestos a ofrecerle cantidades similares. No le han llovido las ofertas al segundo jugador mejor pagado de la plantilla, por detrás de Chumbi, que ahora tendrá que demostrar sobre el campo que su rendimiento merece tal cantidad. También está por ver la reacción d e una afición que siempre apoyó a Armando y que ha visto este verano al jugador apretar al club y llevar su situación hasta el límite.
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