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Son un movimiento vital para el Murcia, un pulmón que da impulso cada quince días al equipo grana desde el fondo sur del futuro estadio Enrique Roca Murcia, pero un movimiento, el de la Fepemur (Federación de Peñas Murcianistas) con un malestar importante hacia la directiva grana. El motivo: el tratamiento que ha recibido la peña Los Coloraos por parte del Consejo tras la escisión del grupo que lidera Pepe Almansa de la propia Fepemur. Un trato que no ha gustado a la asociación que lidera Pablo Guzmán y que ha hecho que las relaciones actuales entre la directiva y los peñistas no sean ideales.
El problema de fondo es la mala relación existente entre Los Coloraos y la Fepemur, que pilla al Real Murcia en medio. Esta última, debido al gran número de asociados que posee, cuenta con unos descuentos especiales a la hora de sacar sus carnés, un beneficio al que también aspiran Los Coloraos, a pesar de ya no ser parte de la Fepemur. La entidad grana, desde años atrás, rebaja a los peñistas el precio de sus asientos en el fondo sur desde los 95 euros de la tarifa oficial a los 80. La propia Fepemur, para financiar sus actividades y pagar sus gastos, cobra otros 5 euros a cada peñista, con lo que el carné para los miembros de este colectivo cuesta 85 euros.
Todo funcionaba con normalidad hasta que la peña Los Coloraos, la más numerosa de las que tiene el Real Murcia, decidió abandonar la Fepemur y seguir ejerciendo como colectivo por su cuenta. El problema ha llegado con la exigencia de Pepe Almansa de que sus afiliados paguen por su abono los mismos 80 euros (sin incluir la cuota) que pagan los afiliados a la Fepemur. Los argumentos de Almansa: ser Los Coloraos una peña como otra cualquiera y los casi 300 afiliados que aseguran tener, un activo que deja una importante cantidad de dinero en las arcas del club cada temporada. La Fepemur se opuso a este descuento y obligó a los dirigentes granas a tomar una decisión que no ha solventado las discrepancias.
El club decidió fijar finalmente para Los Coloraos un precio de 85 euros, similar a lo que paga cada peñista de la Fepemur por su abono más la cuota de 5 euros de la Federación de Peñas. El Consejo de Administración del club, a instancia del que era su presidente José María Almela, lo sometió a votación, aprobando este precio en atención a la importancia de Los Coloraos y su gran actividad murcianista. La decisión parecía correcta: el grupo de Pepe Almansa pagaría por el carné 5 euros más que los asociados a la Fepemur (si no se tiene en cuenta el suplemento).
«Me parece un precio justo. Nosotros no pagamos la cuota de la Fepemur pero pagamos el mismo precio que ellos, 85, que va para el Real Murcia. Nosotros no queremos dar los 5 euros de cuota a la Fepemur, no estamos de acuerdo con su gestión económica», dice Almansa, que asegura tener ya 275 afiliados. «Nosotros no cobramos cuota porque generamos recursos con la lotería de Navidad y El Niño que nos permiten realizar muchas actividades y viajes. Ellos tendrían que exlicar cómo, con 3.000 afiliados, no consiguen estos recursos y cómo administran los ingresos que genera la sede», afirma el propio Almansa, que deja entrever las discrepancias.
Pero la Fepemur no está de acuerdo. «Según las condiciones de la campaña, el precio de 80 euros es solo para los integrantes de la Fepemur. Con el acuerdo con Los Coloraos se está desvirtuando la condición de peñista. Que se acojan a otro descuento, pero no al de ser peñista. El club nos ha dicho que va a ser un arreglo con carácter temporal», asegura Pablo Guzmán.
Los miembros de la Fepemur están dolidos, según su presidente, ya que la reducción del precio «es la única ayuda que tenemos. Hemos demostrado el compromiso con este club, para manifestarnos, vender pulseras y generar ingresos para la entidad. Hasta compramos balones el año pasado para el primer equipo y hemos limpiado gratis el estadio», dice Guzmán. Tras la marejada hay calma tensa, pero el club necesitará mano izquierda para atajar un conflicto que parece evitable y hace daño al Murcia.
La primera plantilla del Real Murcia pasó ayer por la tarde por el hospital Mesa del Castillo para someterse a diferentes pruebas, entre ellas de revisión de articulaciones, de movilidad y resonancias magnéticas. El objetivo: detectar posibles lesiones y analizar el estado de forma de unos futbolistas que el sábado jugarán en el Pinatar Arena su último amistoso antes del inicio liguero ante el Villarreal B. En la imagen, el doctor Paco Martínez examina a Josema.
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