Julio Algar, junto a Manuel Fresneda, jefe de prensa del club, el día de la presentación de su hijo. Javier Carrión / AGM
Fútbol | Real Murcia

Las arriesgadas apuestas de Algar

A falta de tres meses para que vuelva la Liga, el madrileño ya tiene casi cerrada la plantilla, con fichajes de perfil bajo para un Murcia obligado a ser candidato al ascenso

José Otón

Murcia

Domingo, 12 de julio 2020, 01:52

Un adelantado o un temerario. No se puede decir que Julio Algar no sea un director deportivo que toma riesgos, que le gusta caminar sobre ... el alambre. Ya lo demostró la pasada campaña, con decisiones arriesgadas que en ocasiones salieron bien y en otras no. Como cuando decidió contratar a su hijo para el primer equipo del Real Murcia sin tener experiencia previa en Segunda B, a sabiendas de la presión que caería sobre los hombros de ambos. Hubo más fichajes inesperados en un club como el Real Murcia: la llegada de Andy Escudero con un historial corto para la entidad centenaria, la apuesta por un Legaz que tras muchos años en categorías inferiores no terminaba de explotar o la fe ciega que mostró en Alberto Rodríguez, un centrocampista también sin bagaje en Segunda B al que conocía personalmente y que llegó para la primera plantilla grana con un contrato para dos años.

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Hasta la llegada de Lejárraga, una de las grandes apuestas del director deportivo madrileño, tuvo su riesgo al hacerlo por encima de un Simón Ballester con contrato o de Mackay, al que apenas insistió el Murcia en renovar por la confianza plena en el portero madrileño que llegaba desde el filial del Granada. Para el banquillo del División de Honor, la joya de la cantera grana, apostó por Miguel Beasley 'Billy', que contaba con un ascenso a Preferente con el Molina y otro a División de Honor con Los Alcázares, aunque con poco experiencia en clubes con tanta exigencia.

Muchas apuestas de Algar no funcionaron como él pensaba, aunque otras, como las de Toril, Edu Luna, Álvaro Rodríguez o Dorrio (fichajes que realizó o supervisó) sí fueron rentables para el Murcia. Pese a todo, esta campaña el director deportivo grana ha seguido siendo fiel a sus principios, y en vez de rodearse de futbolistas más expertos en la categoría para un Murcia que tiene como meta el ascenso, ha continuado guiándose por su instinto.

Solo quedan por llegar un medio y un extremo, mientras que la mayoría de los equipos todavía no han firmado a nadie

Este curso ya ha apostado por Junior, un jugador de 23 años que llega del Internacional de Madrid, con apenas tablas en Segunda B. Y Miguel Muñoz, un central que llega desde el Sanse, el peor equipo en defensa de toda la Segunda B. Es un defensa que esta campaña, además, solo ha jugado 9 partidos por una importante lesión.

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Hasta la apuesta por Pepe Luna como técnico para el Imperial es llamativa. Luna apenas tiene experiencia en en tareas como la encomendada por Algar, su amigo personal desde hace años, tras una carrera marcada más por la formación que por la competición. Luna tiene años de experiencia como coordinador metodológico y profesor en escuelas como la de Molina o Ronda Sur, aunque ahora debe dirigir a un filial que la pasada campaña fue cuarto en el grupo XIII y que debe permanecer sí o sí en Tercera y mirar al ascenso si su hermano mayor también cumple con el objetivo. Es un puesto con mucha responsabilidad ya que, como sus antecesores Acciari, Basadre y Motos, debe estar preparado para dar el salto al primer equipo si a Adrián Hernández no le van bien las cosas.

A Julio Algar no le ha temblado el pulso este verano y a falta de tres meses para que arranque la competición ya tiene diseñado su nuevo equipo. No le ha importado que la mayoría de los rivales que tendrá esta campaña en la guerra por el ascenso apenas hayan hecho movimientos y estén esperando a que el mercado madure un poco más.

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Tampoco ha tenido en cuenta que aún no se conozca el sistema de competición y que la Liga, si nadie lo remedia, puede acabar durando apenas cinco o seis meses. Julio Algar saldrá por la puerta grande y revalorizado si consigue que el Real Murcia cumpla las expectativas con un presupuesto de la zona media, pero terminará muy señalado si el equipo que ya ha construido (a falta de que puedan llegar un centrocampista y un extremo) sucumbe por su falta de experiencia.

Es evidente que el nuevo Real Murcia lleva el sello del madrileño, más que el del pasado curso,y que el triunfo de Algar será la victoria de un Real Murcia que debe subir, mínimo, a la Liga Pro para ver el futuro con más esperanza.

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