Alfonso, ¿eres tú?

Paco Gómez se ha cansado del fútbol. Vende el Efesé por un euro. Madrileños, extremeños (siempre están ahí y no me pregunten por qué), uruguayos, valencianos... Así hemos pasado los últimos 20 veranos en el fútbol regional. Últimamente, nos salimos de temporada. Ya no hace falta que sea verano. Desestacionalización pura y dura. También en la venta de equipos al mejor (o único) postor.

Recurrentemente, el cambio de propiedad en uno de los principales conjuntos de fútbol de nuestra Comunidad ha llenado páginas y páginas de periódico y minutos y minutos de programas de radio y televisión. En cada sitio se han especializado en algo. Y aquí, por lo que sea, lo hemos hecho en esto. Así les ha ido, por cierto, habitualmente a los clubes de las tres grandes ciudades de la Región. Con honradas excepciones y fugaces temporadas de vino y rosas, casi siempre mal.

De lo que había a lo que finalmente hubo en todas esas operaciones contadas casi al minuto ya saben que distó un mundo. Que a menudo aquellos inversores eran cualquier cosa menos inversores. Y los equipos cambiaron de manos solo por fuerza de causa mayor: la muerte de Samper y la agonía financiera del Real Murcia y la axfisia económica y descrédito social del proyecto de Paco Gómez.

Ahora lo que nos toca es hablar de la presunta llegada del aguileño Alfonso García al Real Murcia, radiada, filtrada y convenientemente aireada por una serie de personas que se han echado en sus brazos y que defienden con inusitado fervor que la entrada del expresidente del Almería en el club grana será la solución a todos los males de la centenaria entidad.

No dudo de la capacidad económica de un reconocido empresario que además se acaba de meter en el bolsillo 20 millones de euros gracias a la venta del Almería, el club que cogió en la ruinosa Segunda B y dejó en el fútbol profesional, con un paso efímero pero ciertamente glorioso por la Primera División. Parece obvio que García tiene dinero fresco en la caja. Es palmario.

Otra cosa muy distinta es que se lo quiera gastar en el Murcia. Si estuviera loco por la música, como nos repiten cada día sus portavoces en la capital del Segura, ya habría dado algún paso. No lo da y sospecho que es porque su modelo de gestión, muy similar al de Samper o Paco Gómez, es diametralmente opuesto al que se impone en esta nueva época de esperanza en el conjunto grana. Tornel y los suyos abrazan el sistema alemán, aunque sea cada vez más un objetivo utópico. García, sin embargo, es de la vieja escuela. Ordeno y mando. Pago y decido yo solo.

Es evidente que la alfombra roja la tiene puesta. En Murcia, donde parece que dejará escapar el tren. Y en su Águilas natal, donde de momento no ha querido entrar y sigue al mando el mexicano Fernando Chavero, quien ha aprendido de los errores cometidos este año y prepara un ambicioso proyecto para el próximo. Después de tanto ruido, por tanto, todo sigue igual. Como siempre.