Vega: «Soy incapaz de tocar un instrumento y no crear»

–¿Qué sensaciones tiene durante estos días previos al arranque de una gira tan especial?

–Llevamos unas semanas de ensayos intensivos para llegar muy rodados. ¡Tenemos muchas ganas! Son fechas únicas tanto para el público como para mí. Tenía la necesidad de hacer unos conciertos que respondieran al modo en el que entiendo la música. Todo se está centrando últimamente en festivales y grandes eventos, pero algún día necesitaremos artistas nuevos y para ello son esenciales las salas, que es el circuito en el que se mueven. Con esta gira quería subrayar la necesidad de que existan estos espacios para el directo.

–¿Cómo se ha planteado el repertorio? ¿Se interpretará 'IGNIS' de inicio a fin o será más un recorrido por su trayectoria?

–'IGNIS' salió sin singles para dar la posibilidad de que cada persona que lo escuchara lo entendiera y empatizara coincidiendo con el momento emocional en el que se encontrase, escogiendo así sus canciones preferidas sin avances previos. Pues eso mismo hemos hecho con los anteriores discos de cara a esta gira, seleccionar los temas que son los favoritos del público independientemente de que fueran singles en su momento. Respecto a lo que me preguntas, hay algo dentro de mí que me pide tocar 'IGNIS' entero para no desmembrarlo y luego ir con lo demás. Estamos trabajando en los ensayos con las dinámicas para ver si funciona.

–'IGNIS' es un caso de disco que nació sin saber que lo era. ¿Recuerda cómo descubrió que tenía un nuevo álbum entre manos y no un conjunto de canciones sueltas?

–Ocurre en un momento en el que decido aparcar la música completamente. No me acercaba a ninguna guitarra. No me encontraba bien afrontando todo esto cuando escucho 'En el alambre', el tema de Iván Ferreiro. Empecé a intentar aprender esa canción y fue entonces cuando me di cuenta de que soy incapaz de tocar un instrumento y no crear. Trato de interpretar temas de otros y acabo componiendo. A partir de ahí, fue un momento de reconciliación con la música que terminó con un montón de canciones. Normalmente, el ritmo vertiginoso que marca la industria provoca que te plantees publicar un álbum, pero yo no sabía si quería o no, hasta que vi lo coherente que era el repertorio que había formado. Eso sí, tardé en decidirme. Lo que tuve claro fue que quería hacer un disco de la manera en la que me hacía feliz: sin singles, sin colaboraciones o duetos y con la producción de Ricky Falkner. Nos pusimos a ello, vimos que estaría listo para finales de septiembre, se anunció el cuatro de octubre y lo lanzamos el veinticinco.

–Hablando de canciones, me gustaría centrar la conversación en 'Si los árboles bailan', fabuloso arranque del disco que, en términos incluso de forma, creo que resumen gran parte de la esencia de 'IGNIS'.

–Es la primera canción que llegó y la que me liberó para seguir escribiendo. Es un tema que encierra muchísima música en su interior. Representa muy bien el disco porque te avisa de que vas a iniciar un viaje que va hacia arriba, abajo y vuelve. Además, cierra un capítulo, indica el lugar del que vengo y al que voy.

–El trabajo de vientos y coros que presentan canciones como 'Leviatán' o 'Cristal oscuro' demuestra que la épica se puede controlar y resultar un elemento que acompañe al resto de elementos sin abrumar. ¿Ese término medio en el sonido era uno de los objetivos que se puso junto a Ricky Falkner en el terreno de la producción?

–Busqué a Ricky porque él le da un peso y una solidez como conjunto a las composiciones que me encanta. Y es bajista. He tardado un tiempo, pero me he dado cuenta de que las canciones vienen prioritariamente vertebradas en bajo y batería. Cuando escribes una buena canción ten en cuenta que puede mutar y lo más importante es que siga funcionando. Yo huyo de los fuegos artificiales como recurso para todo porque me parece algo muy caduco y solamente sirve para colocarte como el hit del año. Yo prefiero que la canción sea atemporal.

–En lo que respecta al público, ¿qué peso real tiene su opinión en su modo de trabajar o desarrollar su carrera?

–En la composición te diré que ninguno, porque no me hace falta. Estoy contando cosas que me pasan como persona de a pie y no soy muy distinta a nadie en lo que respecta a sueños, duelos, alegrías y anhelos. La prueba empírica de esto es que llevo más de veinte años de carrera y siempre ha habido personas que se han sentido reflejadas en mis canciones. Ahora bien, en el momento de hacer un disco el público es prioritario. Una vez grabado un álbum tengo claro que si lo edito es porque espero que llegue a la gente e intento que sea de la forma en la que me gustaría que me llegase a mí si estuviera en su posición.

–Tras las llamas, ¿las cenizas de 'IGNIS' huelen más a reconciliación, reencuentro, desafío o una mezcla de todo ello?

–Es una combinación. Todas mis frases tienen varias lecturas, pero siempre digo que conmigo no hay finales, sino eternos principios. Y este nuevo disco también podría representar a mis principios, los cuales son infinitos e intactos. Sin techo de cristal, trabajando y girando como quiero. Las prisas de la industria son algo que no va conmigo. Es una declaración de intenciones: la música sí, pero a mí manera.