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Natalia Benito
Viernes, 5 de octubre 2018, 23:36
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Haberse criado en un pequeño pueblo, La Vilavella (Villavieja, Castellón) y no haber tenido conexión con otros ilusionistas quizá sea la razón para que la magia de Yunke (1975) no esté «contaminada», como él mismo define a 'La Verdad'. El prestigioso mago, uno de los mejores de España, trae mañana a Festimag, el XIV Festival de Magia de Murcia, 'Conjuro', una «degustación de magia donde disfruta tanto el pequeñito como el mayor. Con una parte muy bonita en la que se suben al escenario niños de cinco años». Estarán también, el domingo a las 12.30 y 18.30 horas, Jorge Blass, Domingo Artés, Carlos Adriano y Raúl Alegría.
Cuándo Sábado a las 21.00 horas.
Dónde Teatro Romea.
Entrada 12, 15 y 20 euros.
-Antes me gustaba más trabajar para adultos e incluso me incomodaba trabajar con niños, pero desde que tengo hijos esto ha cambiado.
-No, porque el niño cree que tienes poderes y se asombra por ello. El adulto sabe que no es así pero valora el mérito y se sorprende de no saber cómo pasa algo que es imposible. Hay un trabajo de neurociencia aplicada a la magia desde tiempos primitivos que hace que la magia funcione.
-Porque tengo un taller, Esferatum, en el que se generan las ideas. Me fascina la parte de creatividad más que la de actuar; a veces me siento más un técnico, un científico o un mecánico que un ilusionista. Esferatum es un laboratorio con todas las herramientas y el producto sale para hacerlo en cualquier plató del mundo. Es una labor en equipo. Antes trabajábamos haciendo juegos para otros magos, pero ahora no tenemos tiempo.
-(Risas) Lo más importante en la magia es la persona. Cualquier efecto bueno de magia puede ser malo para otro, depende de cómo lo interiorice. Una vez tengas el carisma y la personalidad, el complemento, que por supuesto es importante, es el truco de magia.
-Es algo innato, sí. Se puede mejorar pero te viene de cuna. Hacer un efecto de magia lo puede hacer todo el mundo pero destacar se hace por nacimiento y por pasión. Cuando algo te gusta y te dicen que lo haces bien, le dedicas más tiempo.
-Siempre, porque es mi pasión. El éxito es crearlo, hacerlo y ya pasó, a otra cosa. La gente me pregunta si el sacrificio merece la pena para cinco minutos de éxito, y es que lo bonito está en el proceso: cómo lo desarrollas, cuando ves que funciona... presentarlo al público es el resultado final.
-No, también es gratificante. Es lo bonito de este mundo de locura. Si siempre saliese todo sería como muy matemático. Cuando te apetece levantarte temprano para continuar trabajando, ese es el mejor regalo para el ser humano.
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