Vanguardia o actualidad razonable
Shabaka Hutchings, el líder de Sons of Kemet, es la nueva piedra angular del jazz londinense, que él mismo ha compilado
Magnífica oportunidad la que esta noche brinda la trigésimo novena edición del festival Cartagena Jazz para comprobar de primera mano las venturas que está suscitando la nueva escena del jazz londinense. Una escena razonablemente vanguardista y muy actual de la que Shabaka Hutchings, el líder y saxofonista de Sons of Kemet, se ha convertido en una de sus piedras angulares. De hecho, el recopilatorio 'We out here' (2018), publicado por el sello de Gilles Peterson y aceptado de manera generalizada como muestra valiosa de este renacimiento creativo, fue compilado por el propio Hutchings.
Si bien el baterista, compositor y productor Makaya McCraven nació en París, se crió en Massachusetts y desde hace años reside en Chicago, su propuesta encaja con ese nuevo jazz londinense, sobre todo en cuanto a su espíritu libre, pero también en cuando a las fuentes: jazz de ritmo alto -más que jazz rock-, hip hop, jazz funk y world music, o mejor, tradiciones rítmicas globales. La fusión, pues, es un elemento común a las dos formaciones que actuarán en la velada de esta noche. Su primer álbum, el muy elogiado 'In the moment' (2015) centró la atención hacia su figura -se le llegó a comparar con Kamasi Washington-, talento confirmado el pasado año con 'Universal beings'.
Sons of Kemet + Makaya McCraven
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Cuándo Viernes 8, desde las 21.30 horas.
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Dónde Nuevo Teatro Circo (Cartagena Jazz).
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Cuánto 20 euros.
Un ambiente más cercano al hip hop, así como los recuerdos rítmicos de la música africana y también caribeña se hacen más presentes en el sonido de Sons of Kemet. Aun habiendo colaborado con diferentes músicos y manteniendo activos otros proyectos, Kemet fue su primera aventura como líder y 'Your queen is a reptile' (2018), su tercer álbum, el primero para el prestigioso sello Impulse!. «Aprender sobre jazz, sobre cómo tocar e interpretar, siempre ha sido un caso de prueba y error. Creo que a donde he llegado recientemente es a dejar de intentar pensar si lo que estoy haciendo es válido, si forma parte de la tradición del jazz. Ahora solo me veo a mí mismo como músico».
Hutchings nació en Londres hace 35 años -McCraven, su 'partenaire' esta noche, tiene 36, carreras ascendentes y con la energía de quienes todavía andan en los inicios- pero vivió en Barbados de los 6 a los 16, llenándose los oídos de reggae, música caribeña y rap de vieja escuela. Y del Carnaval de Barbados vienen sus primeros recuerdos musicales. «Es una fiesta masiva y de algún modo es lo que intentamos obtener con Sons of Kemet, que se genere una energía común con el público, que haya una conexión real», señala un Shabaka Hutchings que a veces en casa toca su saxo sobre viejos discos de rap.
«Lo que trato de hacer a veces con el saxofón es jugar ese papel de MC, no desde una perspectiva narrativa, sino de la de alguien que intenta proporcionar esa rítmica implacable. Cuando me subo al escenario con Sons of Kemet no estoy tratando de ser Sonny Rollins o John Coltrane, sino alguien como Anthony B o Sizzla, en el sentido de la energía que estoy generando. Pero mi vocabulario central es el jazz».