Ganges: «Es muy complicado no seguir la corriente que marca la industria»

-Podríamos decir que 'Sora' era casi como una prueba de fuego definitiva para su proyecto. ¿Lo sintió así? ¿Tuvo que lidiar mucho con la presión?

–Es cierto que había mucha expectativa, tanto por mi parte, soy muy autoexigente, como desde fuera. Teníamos un plan y el disco debía sobresalir por una cuestión de estrategia. No fue sencillo gestionar la presión, pero, al final, quedé muy satisfecha con el trabajo y la gente de mi alrededor también pensó que era un álbum que cumplía las expectativas, así que estoy muy contenta.

–En esos momentos más intensos, alejada del escenario, la promoción, grabación y demás, ¿Teresa Gutiérrez toma el control por encima de Ganges?

–Siempre he pensado que no están separadas. Ganges no está alejada de Teresa Gutiérrez y tampoco es un alter ego, aunque hay partes de mí que no enseño en las canciones. Elijo muy bien de lo que quiero hablar y de lo que no.

–Para ubicarnos dentro de 'Sora', y antes de entrar en profundidad en él, hay un concepto que ha relacionado usted misma con el disco: 'Nightcore'. Más allá de la traducción literal, ¿cómo definiría este estilo?

–Es muy complicado definir tu sonido, pero al final tienes que hacerlo para explicar tu trabajo a los medios y al público. El 'Nightcore' es un término que viene de unos DJs noruegos que aceleraban sus canciones, algo parecido a lo que se hace ahora en Tik Tok, provocando un efecto un poco marciano, incluso en la voz. Es muy estético, pero me encanta y lo he utilizado muchísimo en 'Sora'.

–Hablamos de un trabajo donde la cultura audiovisual japonesa tiene una presencia constante, sobre todo en relación con el mundo del anime.

–Es algo que está más concretado en lo visual. Desde el primer momento tenía claro que quería dibujar manga y que estuviera muy presente en el arte del disco. Las letras, por el contrario, fueron apareciendo poco a poco.

–Desde la primera escucha de 'Sora' tuve la sensación de que era su trabajo más accesible y abierto, incluso luminoso en muchos momentos. ¿Coincide con esta visión?

–Me parece muy curioso lo que comentas. Tenía la sensación de que iba a ser un disco para un público más concreto y reducido, más de nicho, por tener un sonido más oscuro. Para mí, la música más accesible es el pop y aquí no lo veo tanto. Lo de luminoso puede ser, aunque en mi cabeza le electrónica oscurece mucho las canciones. Al final, tú intentas hacer algo y luego la visión desde fuera es totalmente distinta. Es genial conocer otros puntos de vista.

–Hay dos canciones que me gustan especialmente ('Igual hemos roto y no me he enterado' y 'Techno triste') en las que habla del amor y el desamor de una manera muy directa, con imágenes muy potentes y un acabado melódico fabuloso. ¿Cómo es esa parte del proceso relacionada con las letras?

–Es la parte más cercana a mí. Hablo desde el sarcasmo y el cinismo. Hay temas muy profundos que pueden llegar a más gente cuando se enfocan desde el sentido del humor y no desde un lado más profundo o grave. En mis letras siento que estoy charlando con mis amigos.

–Acudiendo de nuevo al título de uno de mis temas favoritos, ¿qué papel juega la tristeza en su proceso compositivo?

–La tristeza es el arma más poderosa para componer. Las veces que más triste he estado es cuando han surgido cosas maravillosas y la música con la que más conecto y escucho también es triste. La tristeza alimenta todo, tanto la inspiración como la forma de expresar las cosas. Aunque soy capaz de hacer canciones alegres, definitivamente la tristeza es un elemento que llega más allá.

–Ha comentado mucho y de forma realmente interesante el modo en el que las propuestas artísticas que surgieron en 2020 han ido abriéndose con los años, resultando ahora más variadas, distintas y estimulantes. ¿Cree que ha sido una simple cuestión de tiempo o se debe a algún hecho concreto y más o menos identificable?

–El tiempo ha provocado que surjan las redes sociales y las conexiones a nivel universal. Puedes escuchar a alguien de Taiwán y esa misma persona puede descubrirte a ti. Antes solamente estaban Alejandro Sanz y La Oreja de Van Gogh, que están genial, pero ahora aparecen propuestas más extrañas y se ponen de moda artistas que antes era impensable que lo hicieran.

–Compagina Ganges con giras como parte de las bandas de Natalia Lacunza o Russian Red. ¿Qué es lo que más ha aprendido de estas experiencias?

–Salir de gira es un trabajo que genera unos picos de emoción enormes, no es lo mismo que estar en una oficina, ni mucho menos. Las conexiones a nivel artístico se han producido de manera natural porque, en mi caso, la mayoría de las veces he participado en estas experiencias con personas que me interesaban también a nivel creativo. La gente con la que he compartida giras se ha convertido en un pilar fundamental en mi vida.

–Todo lo que rodea al proyecto de Ganges parece surgir de una independencia prácticamente absoluta de las normas dictadas por la industria musical actual. ¿Es así realmente?

–Creo que mi música antes era completamente inaccesible y ahora es distinta por letras y sonidos. Ha habido una época en la que he publicado muchos singles y he estado muy presente en las redes, así que, al final, he hecho un poco las cosas que se supone que hay que hacer. Es muy complicado no seguir la corriente que marca la industria.