Enclaves para curiosos en el Valle de Ricote
El cronista de Villanueva, Emilio del Carmelo Tomás Loba, comparte con los lectores una selección de espacios a menudo ignorados
Sostiene Emilio del Carmelo Tomás Loba que «en 25 km está concentrado todo el encanto del Valle de Ricote». El escritor, etnógrafo, trovero, profesor de ... secundaria y cronista oficial de Villanueva del Río Segura alaba la belleza de la comarca, que tiene mucho que ofrecer, más allá de los clásicos espacios de postal. Por ello, como lugareño comparte con los lectores de LA VERDAD una –complicada– selección de parajes que suelen pasar desapercibidos por el visitante y ofrecen diferentes perspectivas desde las que disfrutar del Valle de Ricote.
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1 Cabezo de la Cobertera, Bien de Interés Cultural en Abarán
«El Santuario de la Virgen del Oro, la ruta de las norias o el mirador de Calderón son algunos de los enclaves de Abarán más conocidos por el turista, pero hay un sitio menos habitual que bien merece una visita: el Cabezo de la Cobertera», indica el etnógrafo. Rodeado por la huerta que conecta Abarán y Blanca, este yacimiento arqueológico declarado Bien de Interés Cultural (BIC) es un granero fortificado ocupado durante los siglos XII-XIII y perteneciente a la Alquería islámica de Andarraix. El cerro, que se eleva unos cien metros sobre el cauce del río, ofrece vistas a Abarán, Cieza y el castillo de Blanca. Una subida discreta pero bien indicada para que cualquiera pueda adentrarse.
2 Subida al Chinte, en la Sierra de la Navela, desde Blanca
Entre los recorridos por la naturaleza que ofrece Blanca, uno de los más atractivos es el Chinte, perteneciente a la Sierra de la Navela. Existen diferentes rutas para acceder al paraje, ya sea desde Blanca u Ojós, pues la distancia es de escasos kilómetros partiendo de ambos municipios. Desde Blanca, el cronista recomienda su subida por el Alto del Solvente, donde disfrutar de las vistas del Azud de Ojós, Blanca, Ricote y la Sierra de Ricote. La ruta se encuentra fácilmente señalizada si se parte de la Ermita de San Roque hasta el área recreativa de la Navela.
3 La Ventanica de Ojós, espacio clave del Valle
«El municipio de Ojós cuenta con muchos encantos, también entre su gastronomía. Un territorio donde abunda la tápena, el espárrago y la alcaparra y del que no hay que irse sin disfrutar de unos bizcochos borrachos y dejarse sorprender por algunos de sus rincones más sorprendentes, como la Ventanica». Este espacio natural toma su nombre por una curiosa formación rocosa ubicada en lo alto de la Sierra de la Umbría. Al enclave se puede llegar desde la Vereda de Ojós por el paraje del Carrerón, que nos acerca al Salto de la Novia, un peñasco marcado por la leyenda. La Ventanica de Ojós forma parte también de la Ruta de los Moriscos que parte desde Ricote.
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4 Ulea desde la Verdelena y la Pila de la Reina Mora
Como «una serranía pequeñita muy hermosa y bastante abrupta» define el entrevistado a la Verdelena, una cresta orográfica con escasa vegetación muy conocida por los vecinos de Ulea, pues incluso hace tiempo vivían allí en cuevas. Siguiendo el camino que va de Ulea a Archena por la ruta del río, a mano izquierda se encuentra la entrada a la Verdelena. Para completar la visita al entorno natural del municipio, el experto recomienda la subida a la imagen blanca del Corazón de Jesús para dirigirse después a la Pila de la Reina Mora, un pequeño aljibe en la cima de la sierra de Ulea donde «se dice que en los días de mucha claridad, antes de que caiga el sol, se ha llegado a divisar el mar».
5 La Sierra del Cobi, en Villanueva del Río Segura
«La Sierra del Cobi es el símbolo de Villanueva del Río Segura puesto que forma parte de las vistas del municipio si se mira desde Ulea». En la montaña, destaca el Mirador de la Fuente del Cobi. «Nos encontramos en el límite del Valle de Ricote, por lo que la perspectiva es especial», señala Emilio del Carmelo Tomás Loba, que destaca también el paraje del Pilarico, al que se llega por la carretera que va de Villanueva a Archena. Se trata de la primera zona de huerta de Villanueva y, aunque no existe una ruta concreta, sí hay un camino a la vista por el que acceder. Un rincón «para 'cum laude'».
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