Conexión con el niño que todos llevamos dentro

Un encuentro entre Dómix Garrido y el dramaturgo Juan Montoro Lara en el laboratorio 'Loneliness' celebrado en el centro Párraga en 2012 es la inspiración de la obra 'performativa' de Dómix Garrido y Ela Hernández que, cinco años después del primer acercamiento entre los artistas, se estrena en este espacio, que ha sido testigo de todo el proceso de creación.

Tomando el vacío y el sentido de la existencia como seres humanos como punto de partida, la obra 'performativa' 'Soledad' explora las diferentes formas de experimentar un sentimiento nada sencillo de escenificar. 'Soledad' es el fruto de la coincidencia entre Dómix Garrido y Ela. La artista murciana descubrió a Dómix en el escenario donde ahora se encuentran tras una de las ediciones del Festival Decorrido. Una conexión inmediata entre sus formas de entender el arte desembocó en una residencia creativa conjunta en el Peloponeso.

Ela, artista multidisciplinar, se mueve entre la pintura, la poesía y la música. Actualmente Ela, o Manuela Hernández, combina su residencia en el Centro Párraga con la preparación de lo que será su primer disco, 'Despierta', junto a los Camaleones.

Dómix ya tenía en la cabeza la idea de 'Soledad' cuando invitó a Ela a formar parte de ese viaje que propone el encuentro terrenal con el ser, el universo y la existencia. Ellos lo definen como una conexión con el niño que todos llevamos dentro. Ese niño con mirada inocente y ganas de explorar, experimentar y jugar que crece y se contamina con la violencia y el amor condicionado, con algunos destellos de luz, compasión y solidaridad que a veces nos iluminan. Mientras olvidamos el verdadero amor que siempre late en lo profundo del corazón.