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Raúl Bernal: «Hacer arte es lanzarse al vacío sin obtener nada a cambio, pero te vas a lanzar igualmente»

Raúl Bernal: «Hacer arte es lanzarse al vacío sin obtener nada a cambio, pero te vas a lanzar igualmente»

La banda granadina liderada por Natalia Muñoz y Raúl Bernal se presenta por vez primera en Murcia

J. ALBARRACÍN

Viernes, 8 de marzo 2019, 03:20

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Seguir las huellas apropiadas es algo siempre recomendable en el ámbito de la música. Creadores contemporáneos que asumen un compromiso artístico y personal con su tiempo, con su generación, con su espacio vital. Autores e intérpretes que son conscientes del poder transformador de la música y de su responsabilidad como artistas. En tiempos de cosmética se necesita más que nunca de la ética. Y es ahí donde encaja bien la huella de Raúl Bernal, murciano largamente residente en Granada, a quien hemos seguido durante muchos años como teclista de José Ignacio Lapido y también con su proyecto como Jean Paul, con el que en breve publicará un nuevo libro-disco. Pero en los últimos años, Raúl ha estado volcado principalmente con Dolorosa, la banda de pop tan adorable como comprometido, que ya tiene dos álbumes publicados, y que esta noche se presenta por vez primera en Murcia. Marco el número de Raúl Bernal.

Dolorosa

  • Cuándo Viernes 8, a las 23.00 horas.

  • Dónde: Sala Musik.

  • Cuánto: 10/12 €.

  • Abre: Bobito.

-Leo que las suyas son 'canciones íntimas con conciencia colectiva'. Me gusta eso. Y me parece una buena definición, ¿no?

-Sí, bueno, creo que son canciones que se la juegan un poco, en cuanto a mensaje y en cuanto a intentar hacer un colectivo cada vez más grande de gente concienciada y creo que la música es una herramienta muy potente para hacer eso. Y como hace tiempo leí por ahí, creo que la música va siendo hora de que otra vez nos la juguemos un poco con las cosas que decimos, que es lo que últimamente pasa poco.

-Sí, y es cierto que no dejan de ser canciones íntimas, bonitas, melancólicas...

-Sí, el lenguaje sigue siendo el mismo o la profesión sigue siendo la misma. El lenguaje es ese, las herramientas son esas y es lo que mejor sabemos utilizar. Si supiéramos hacer mejor otras cosas seguramente saldríamos a la calle y lo haríamos de otra manera. Pero sabemos hacer canciones, somos músicos, respetamos el oficio y el arte de hacer canciones. Y no cabe duda de que formamos parte de una generación que ha sido lapidada constantemente.

-¿Qué cree que aporta Dolorosa al panorama del pop español?

-Bueno, tampoco creo que aportemos nada nuevo, salvo una reivindicación de cosas que ya se han hecho o que creemos que deberían seguir haciéndose. El respeto a la profesión, en primer lugar, el cariño a hacer canciones, a hacerlas con amor y sabiendo bien qué es lo que estamos haciendo. Y también teniendo la conciencia de que las canciones siempre han sido herramientas que han cambiado vidas.

-El disco se abre con 'Yo no tengo nada'. Y una frase suya que me ha gustado mucho: «Los que no tenemos nada nos arropamos de sentimientos». Bueno, tenemos la música, como decía Leonard Cohen.

-Tenemos la música, que es lo único que tenemos. Creo que nuestras vidas giran en torno a la música, algo llamó nuestra atención y eso marcó nuestra adolescencia. Decidimos colgarnos un instrumento y pasar muchas horas delante de él, para realizarnos porque no sabíamos hacerlo de otra manera y aprendimos a hacer canciones porque era la manera que teníamos de expresarnos.

-Suele insistir en la honestidad y el respeto máximo a la música. ¿Tiene la sensación de que hay músicos que no aman realmente su profesión? ¡Solo tiene sentido hacer música por amor!

-Sí, hombre, en principio el arte se hace por amor. Hacer arte es lanzarse al vacío sin obtener nada a cambio, lo más probable es que te des de bruces en el suelo. Pero te vas a lanzar igual porque el trayecto puede ser muy bonito.

-No sé si hay más desilusión en sus canciones o, pese a todo, hay esperanza.

-Yo creo que ambas cosas van de la mano. Para que haya esperanza tiene que haber desilusión. Somos de una generación que ha visto marchar a gran parte de sus amigos al extranjero. Y eso es una putada. Somos una generación que no tiene futuro, que vive al día. Cuando todo ha avanzado tanto, el futuro cada vez es más negro. Pero tenemos esperanza. Esperanza en que el amor va a ser más importante que el dinero, las canciones más que la gasolina y Dylan más que Trump. En eso tenemos esperanza.

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