Anna Colom: «El flamenco y el jazz son músicas hermanas»

–¿Cómo fue el trabajo de estudio previo que realizó antes de empezar con el proyecto?

–Ha sido un proceso muy largo y natural donde el estudio, el amor al flamenco y la curiosidad me han llevado a hacer un disco como este casi sin proponérmelo. Estudiar siempre ha sido mi camino. Yo no vengo de familia de músicos, ni la he tenido naturalmente en mi entorno, pero siempre he estado enamorada de este arte y he estudiado música de una forma u otra desde pequeña.

–¿Observar el pasado desde una perspectiva musical provoca un cambio en la manera con la que se enfoca el presente?

–Este disco está hecho buscando las raíces, los viajes y las conexiones del pasado para encontrar los puntos de unión musical entre los distintos pueblos. Conocer el pasado histórico y musical te amplía la perspectiva de todo, te enriquece y siempre aporta mucha organicidad a la música que vas a hacer.

–Me gustaría profundizar en su faceta como arreglista. ¿De qué manera llevó a cabo esta labor?

–'Cayana' lo hemos arreglado y producido junto a Exequiel Coria. La idea es que todas las canciones del disco sean un canto compartido así que me he dedicado a hacer arreglos corales en todos los temas. Exequiel ha sido quien, con su guitarra y sensibilidad exquisita, ha tejido cada tema para que las diferentes músicas se integraran de una de forma natural y redondita.

–Ha viajado con su música alrededor del mundo. ¿Cuáles son los lugares que han dejado una huella más potente en su manera de entender la cultura?

–Argentina, Cabo Verde y Andalucía. Sus músicas y folclores me han acompañado toda la vida y poder viajar a esos sitios para seguir aprendiendo y compartiendo música ha sido un regalo excepcional. Hoy en día siento que el flamenco, el folclore argentino y el caboverdiano forman parte de alguna forma de mi bagaje y lenguaje musical.

–Más allá de lo terrenal, ¿desde qué lugar canta Anna Colom?

–Desde la forma en la que soy y en la que estoy. Siempre. A veces me siento pequeña o vulnerable e intento no luchar contra ello y cantar desde ese lugar. Eso me hace conectar más conmigo y con la música.

–En 'Cayana' encontramos ecos de Omara Portuondo, Atahualpa Yupanqui o Pepe Rebollo, entre otros. ¿Fue un ejercicio voluntario dejar entrar todos estos espíritus creativos?

–Siempre digo que la música es un lenguaje. Cuando eres pequeño o joven aprendes a hablar tus idiomas con tu familia, amistades y entorno. Esto forja tu manera de expresarte y tu acento. En este caso pasa lo mismo, las canciones con las que creces y pasas las horas de tu vida terminan siendo parte de tu forma musical de expresarte. Esa mezcla de ritmos y melodías pasan a ser tu lenguaje.

–¿Cómo definiría la relación entre el flamenco y el jazz?

–El flamenco y el jazz son músicas hermanas. Ambas tienen en común que son resultado de un crisol de razas, que nacieron del pueblo y para el pueblo y que tienen una gran influencia de la población africana. Si bien surgieron desde la más profunda humildad, hoy, gracias a su riqueza cultural y autenticidad, han dado mil vueltas al mundo, se estudian en muchas universidades de diferentes continentes y cada día tienen un alcance mayor.