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Tres niños haciendo pis en los urinarios del colegio.
La fimosis se advierte a partir de los 4 años

La fimosis se advierte a partir de los 4 años

Un tratamiento inadecuado en el niño podría derivar, cuando sea adulto, en relaciones sexuales dolorosas. La circuncisión es una alternativa para los casos graves

L. Ontiveros

Domingo, 30 de abril 2017, 15:13

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A partir de los 4 años, el prepucio de un niño ya debería retroceder lo suficiente para descubrir el glande del niño, de manera espontánea, sin esfuerzo alguno. Si esto no ocurre, podría existir la fimosis y requerir un tratamiento valorado por un especialista, que, en algunos casos, incluya la circuncisión. «La circuncisión consiste en eliminar el prepucio dejando el glande al descubierto», explica el doctor David Belver García, Pediatra para IMQ en Bermeo (Bizkaia). «Aunque es un proceso quirúrgico sencillo no está exento de complicaciones. Es conveniente valorar con el especialista los pros y contras en cada caso. El momento adecuado para realizarla, o decidir si realmente precisa ese tipo de cirugía, puede necesitar de una observación en el tiempo».

La fimosis puede ser fisiológica, de nacimiento o secundaria por alguna lesión del prepucio. «Hasta los 2 años de edad, un 25% de los niños aún tiene problemas de retracción», explica el doctor Belver García, «y no se puede considerar que exista fimosis, pues hacia los 4 años hasta el 80% de los niños podrá retraer el prepucio espontáneamente. Hasta entonces se debe mantener una actitud expectante evitando manipulaciones».

¿Qué pasa si no se trata?

En caso de que la fimosis sea muy evidente, exista balanitis de repetición, produzca dificultad para la micción o abultamiento del prepucio por acumulación de orina, se necesitará hacer la circuncisión. En caso de no tratarla adecuadamente, las consecuencias se verán a largo plazo: «En la preadolescencia y adolescencia las erecciones pueden favorecer la aparición de parafimosis», advierte el doctor Belver García. «El prepucio queda estrangulado bajo el glande provocando edema intenso y dolor. Si esto ocurre es preciso acudir al servicio de urgencias pediátricas. En la edad adulta puede llevar a relaciones sexuales dolorosas para el hombre».

Sin embargo, es importante distinguir entre fimosis y adherencias, que son uniones del prepucio al glande que no permiten descubrir el glande aunque la piel tenga una longitud suficiente. «En el caso de la mayoría de los casos de adherencias se consiguen buenos resultados iniciando retracciones del prepucio, con una técnica indicada por el pediatra», dice el doctor Belver García. «¡Siempre han de ser suaves! De esta forma evitaremos lesiones de la piel que agravarían el problema. Para ser efectivas, estas retracciones deben ser una o dos veces al día, continuadas en el tiempo durante varios meses. Durante el primero, se usará una crema de corticoides tópicos en los bordes liberados del prepucio. La aparición de unas perlas blanquecinas de sustancia grasa llamadas esmegma, es normal y forma parte del proceso».

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